La muerte
A veces la muerte
te mira de frente,
A veces te ofrece
su mejor perfil,
A veces la olvidas
entre la gente
que vive pensado
que no va a morir.
A veces te envía
un macabro detalle,
un pájaro que yace inerte
en plena calle.
A veces te menea
con un impulso,
que te hace ver
de lleno lo efimero
y recuperas el pulso
y el latido por estar vivo.
Es contradictoria,
y no se deja engañar
por la fina oratoria,
si quiere araña,
no se deja engañar
por ninguna artimaña.
Hoy os presento este poema que he escrito titulado «La muerte», y que obviamente reflexiona o trata de reflexionar sobre ese tema insondable, y que a todos nos alcanza antes o después. La muerte no entiende de ideologías, de razas, de países, de fronteras, de leyes, ni de posiciones sociales o posesiones. A todos nos iguala y al final nos acaba encontrando antes o después. A la muerte no se la puede comprar. Saber y ser conscientes de su presencia y de su existencia nos hace más sabios y nos hace vivir con más intensidad de la vida y del tiempo limitado del que disponemos en este mundo, una vida que no existiría sin su contrario y sin su complementario: la muerte. Espero que os guste y que disfrutéis de este poema.