Revista Cultura y Ocio

La Muerte de Adams y Jefferson

Por Uriel

La historia que les traigo hoy es muy curiosa, y tiene como protagonista una gran amistad y coincidencias extrañas. Como seguramente podrán prefigurar por el titulo, también trata de la muerte de dos personajes muy influyentes en la historia de los EE.UU.: John Adams y Tomas Jefferson.

La muerte de Adamas y Jefferson

John Adams en 1816 por Samuel F.B. Morse.

Como, tal ves, varios de los que leen sepa que ambos grandes personajes fueron presidentes del Gran Estado de Norteamérica. El primero de ellos, Adams, fue el segundo en ocupar el cargo en la historia estadounidense, entre los años 1797 y 1801. El segundo fue el tercero, entre los años 1801 y 1809. Además, ambos personajes formaron parte del comité que impulso la Declaración de Independencia de dicho país (La cual también estaba formada por Benjamin Franklin, Roger Sherman y Robert R. Livingston).

La Muerte de Adams Y Jefferson. Thomas Jefferson por Rembrandt Peale en 1800.

Thomas Jefferson por Rembrandt Peale en 1800.

¿Y que con esto? Pues, de este grupo, Adams y Jefferson tuvieron una relación complicada; como es obvio, en un principio fueron aliados en la búsqueda de la independencia, a continuación grandes rivales políticos y más tarde amigos y corresponsales. Pero hay algo mas que sobre sale en esta relación. Es que, en varias ocasiones, Adams se animo a aventurar que sobreviviría a su amigo, a pesar de que Jefferson fuese unos años más joven que él.

¿Y que sucedió? Pues verán, casualmente un 4 de Julio de 1826, en el 50º Aniversario de la Declaración de Independencia estadounidense, a eso de las 6:20, John Adams moría. Sus últimas palabras han sido reportadas como “Thomas Jefferson me sobrevive” (Sólo las dos primeras palabras “Thomas Jefferson” fueron claramente inteligibles). Sin embargo, Adams se equivocaba esta vez. Pocas horas antes de que Adams muriese, Jefferson se le había adelantado en el abandono de este mundo. Luchando por respirar, le susurró a su nieta Susanna, “Ayúdame, hijo! ¡Ayúdame!” luego cayó en un silencio final.

Paradójicamente, la primera prefiguración de Adams, la de que sobreviviría a Jefferson se había cumplido.


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