JORGE GARCÍA SOSA
"He añorado siempre que volviéramos a ser la redacción de Vanguardia que una vez fuimos".
UN laborioso y reconocido periodista cubano murió ayer en la ciudad de Santa Clara. Con 61 años, Jorge García Sosa fue un ejemplo de lucidez y ética profesional hasta el final de sus días.
Cuando un amigo fallece es inevitable sentirse apenado. Y yo estoy apenado, aunque todos sabemos que algún día debemos de dejar este mundo, porque la muerte es inevitable.
Y sin poderse imponer a ella, nos ha dicho adiós para siempre el gran colega García Sosa, periodista y diseñador gráfico de la provincia cubana de Villa Clara.
Nueve días faltaban para que su vida tocara los 62, el 10 de diciembre, pero un cáncer fulminante acabó con su existencia.
Lo voy a recordar en sus años de mayor esplendor en la Santa Clara de los 80, cuando yo comenzaba a gatear en el oficio de hacer noticias, y Jorge era un avisor perspicaz del periodismo de nuestro tiempo, desde la silla de Jefe de Información en el diario Vanguardia.
Desde el día en que lo conocí pude darme cuenta que se trataba de una persona buena, con valores y un enorme corazón. Cuando yo llegué a la escuela que fue Vanguardia, fue él quien me dio su apoyo incondicional en aquellos años noveles, cuando las cosas no salían bien a la hora de hilvanar una noticia o un reportaje.
Hoy te digo Jorge, que he añorado siempre que volviéramos a ser esa redacción de "Vanguardia" que alguna vez fuimos. Y vivir tus enfados de jefe impenitente, cuando desde mi puesto de reportero en el Gobierno provincial rompía las páginas con la última hora en mano, pero que en el fondo agradecías por la frescura con que salía el periódico al siguiente día. Eran los tiempos de la rotativa y del periodismo a toda hora, en que hasta nos sobreponíamos a la censura.
Por tu culpa aprendí a ser más rectificador de mis redacciones, y hoy, siempre que escribo me acuerdo de tus sabios consejos sin abandonar la chispa periodística que nos inculcabas. Así salieron muchos de mis reportajes históricos sobre la radio y la vida de los hombres del mar.
Hoy los colegas cubanos y los que pusieron siempre en alto tus valores profesionales, te tributan su último adiós.
A mi solo me queda desear que tu alma descanse en paz.
Hasta siempre Jorge, colega y amigo.