Hace poco recibí una carta de un lector de este Blog en la que me planteaba una serie de inquietudes y preguntas relacionadas con el hecho de matar, con la eutanasia y en definitiva con la muerte. Esta es la respuesta que hoy comparto contigo:
Toda experiencia vital que recibe el calificativo de muy fuerte, grande o…poderosa, lo recibe por su gran repercusión o influencia que provoca en la vida de la persona. Es decir, una experiencia fuerte es aquella que te cambia la vida.
La experiencia más fuerte que el ser humano puede tener es la Muerte.
Efectivamente la muerte te cambia la vida. Y con esto acabo de decirte que después de que experimentes la muerte, seguirás estando vivo. Lo que pasará es que habra cambiado la FORMA en la que estarás vivo. No me refiero sólo a la forma física sino a la forma de vivir.
Cuando experimentas la muerte, casi nunca puedes regresar a compartirlo con otros. Y aquí he querido añadir “casi nunca” a mi frase para afirmar que SI ha habido personas, y muchas, que han “regresado” para hacerlo. Pero….¿Qué nos cuentan y….. de donde regresan?
Todos aquellos que han regresado para contarlo, nos ofrecen relatos bastante similares pero hay algo en lo que casi todos coinciden: TODOS querían quedarse en ese “lugar”. Y todos querían quedarse en ese “lugar” por cómo se sintieron cuando llegaron. No se trata de un lugar sino más bien de una experiencia. La experiencia de la que nos llevan hablando todos los grandes maestros espirituales de nuestra historia. La experiencia de “volver a casa”.
La experiencia de SENTIR y SER TODO como UNO.
La muerte es el portal de entrada hacia la dimensión de lo absoluto donde el TODO se experimenta como UNO.
¿Te imaginas sentir que eres TODO? Yo tampoco, pero sin duda debe ser algo tan grande…. que nos faltarían palabras para poder describirlo.
Entonces te preguntarás… ¿Por qué hemos elegido salir de esa experiencia tan maravillosa para entrar en esta experiencia terrenal?
Muy fácil. Para vivir otra gran y maravillosa experiencia:
La experiencia de SENTIR y SER UNO en el TODO.
Ser UNO en el TODO lo puedes experimentar únicamente en el mundo de lo relativo. Es decir, en el mundo donde TODO es relativo a algo, donde todo existe respecto a ALGO. Gracias a ello TÚ puedes experimentar la máxima expresión de la individualidad de todas las cosas. Y eso incluye la tuya.
¿Te imaginas experimentar la máxima expresión de ti mismo? Esa es la razón por la que estás aquí.
Tienes la maravillosa oportunidad de vivir la máxima expresión de ti mismo EN ESTA VIDA. Esa oportunidad se te es concedida desde el momento en que decides entrar en este mundo relativo para vivir ALGO. Ese ALGO es lo que llamaríamos como tu propósito más alto. Tu propósito de vida. Hay algo que deseas vivir, cuya experiencia supondrá que has cumplido con tu “agenda”. Algunas personas mueren sin saber que han cumplido con su agenda. Algunas personas mueren sin cumplir con su agenda.
La vida y la muerte son dos portales de entrada hacia dos experiencias maravillosas. Nacer, morir, dar a luz o matar no son conceptualmente ni malos, ni buenos. La pregunta es ¿Cuál es realmente el deseo profundo de la persona?
Efectivamente cuando una persona vive en sufrimiento la muerte se convierte en una liberación. Esta declaración también abarca a aquellas personas que deciden suicidarse y es aquí donde quiero ampliar la respuesta con una nueva afirmación. Si decides quitarte la vida sin haber vivido el propósito más alto que has venido a vivir, entonces ese propósito volverás a desear vivirlo. Volverás a realizar otro viaje con el mismo “equipaje”, volverás a nacer con ese mismo propósito, lo cual no te evitará la posibilidad de volver a vivir en las mismas circunstancias que te llevaron a decidir suicidarte en la otra vida. ¿Entiendes lo que te quiero decir?
Tus decisiones son una declaración de quién eres y de quién quieres llegar a ser a través de la misma. Antes de hacer algo pregúntate ¿Me ayuda esta decisión a vivir la máxima expresión de mi mismo?
Toda esta explicación de la vida y la muerte tiene que ayudarnos a entender que NO HAY NADA QUE TEMER. No hay nada por lo que preocuparnos y SÍ MUCHO por lo que disfrutar.
Curiosamente nuestra actitud hacia la muerte es lo que nos lleva a vivir la vida de una forma o de otra.
¿Te imaginas vivir sin miedo a morir?
¿Te imaginas de qué forma tomarías todas tus decisiones?
¿Ves el alcance de esta declaración?
¿Verdad que sería como saber que nunca tienes nada que perder y TODO por ganar?
¿Verdad que vivirías de otra forma?
¿No te provoca una especial vibración saber que puedes empezar AHORA a vivir así?
Vivir así es vivir apasionadamente.
Hasta pronto
Luis