La Muerte
La muerte es una "amiga" leal, despreciada por la mayoría de los humanos por misteriosa y desconocida , y a la que evitamos permanentemente por mal educada, ya que nos visita sin ser invitada. Dependiendo del anfitrión, esta visitante despierta entre el resto de los presentes emociones y sentimientos encontrados de dolor, alegría, desconcierto, rabia. impotencia, alivio, resignación, liberación, codicia. Dicen que la muerte se nos presenta por igual a todos, pero lo que no nos dicen es que las reacciones de los allegados tiene que ver con la cantidad de cifras bancarias y con el poder ostentado por el difunto. Si la cifra es alta, las visitas al velorio y los halagos al finado son mayores: "Que hombre tan honesto", "Fue el mejor padre", "Era ejemplo para la sociedad", "Hacia el bien y ayudaba a los mas necesitados". En fin, este personaje pasa a ser un santo sin canonizar. Y si sumamos a esto que el sujeto velado era poderoso, las visitas son masivas, como feria de pueblo, y los halagos, ni se diga: "Nunca conocí a alguien tan bueno", "Su ejemplo vivirá en nosotros", "Murió, porque su alma ya no cabía en este cuerpo y tenia que regarse por el mundo entero", ser santo le queda corto, este pasa a ser DIOS. Ahora hablemos del occiso pobre o del pobre occiso. Su cuenta bancaria esta en negativo, le debe hasta al portugués del abasto de la esquina y no ejerce influencia ni en sus vecinos. A la funeraria van sus familiares y alguno que otro conocido que le gusta el chisme. Los comentarios que se escuchan son: "Fue buen padre pero sin carácter", "Salia a trabajar a las 5 de la mañana, pero era muy flojo", "Me quedo debiendo cobres". Este señor, lamentablemente, no llega ni a beato.Sí señores, esta es la vida relacionada con la muerte o la muerte relacionada con la vida, como usted mejor quiera. Y si no me cree, mire a su alrededor.
Autor: María Gabriela León
Buenos Aires, 07 de marzo de 2013