Revista Opinión

«La muerte tenía un precio», de Sergio Leone

Publicado el 28 mayo 2019 por Carlosgu82

La muerte tenía un precio (V.O. Per qualche dollaro in più, a.k.a. “For a few dollars more”)

Italia, 1965

Director: Sergio Leone

Género: Western

(Imagen: wikimedia commons, dominio público)

Argumento

Un cazarrecompensas de aspecto sombrío llega a un pueblo de Nuevo México. Cerca de las dependencias del sheriff ve un cartel de “se busca” del bandido Callaway, y se propone atraparlo. En el saloon averigua su paradero. No le resulta difícil localizarlo y tras enfrentarse a él lo elimina sin mayores complicaciones, pues es un tirador de muy certera puntería.

Tras cobrar su recompensa, encuentra un nuevo cartel (de un tal Cavenage) y se dispone a realizar un nuevo trabajo. Pero el sheriff le avisa que tras ese fugitivo ya hay otro cazarrecompensas, un tal “Monco”.

Al mismo tiempo, no lejos de allí, un grupo de forajidos mexicanos liberan a su líder, que estaba preso. Usando dinamita y matando a todos los guardias del penal (menos a uno, para que pueda contar lo que sucedió) el temible bandido conocido como “El Indio” escapa de la cárcel en una fuga espectacular.

Por su cabeza se ofrece una recompensa mucho mayor que por las de Callaway o Cavenage: 10.000 dólares. E idéntica suma por los integrantes de su banda, una docena de hombres. Los dos cazarrecompensas ven el cartel con la imagen del Indio y ambos, cada uno por su lado, comienzan a seguirle la pista…

Comentario

Las que para mí son sin duda las dos mejores trilogías de la historia del cine (La del “Padrino” de Coppola y la del “Dólar” de Leone) tienen principalmente una cosa en común: La segunda parte es tan buena como la primera o incluso mejor. Que la secuela iguale o supere a su antecesora es algo que casi nunca sucede, si descontamos las excepciones de “El Padrino II” o “La muerte tenía un precio” (cuyo título original “Por un par de dólares más” es un típico y obvio indicador de que la película es una secuela).

Tan grande fue el éxito de “Por un puñado de dólares” que al año siguiente Sergio Leone y su equipo decidieron filmar un nuevo western, en el que volverían a participar tanto Clint Eastwood (en el rol del “héroe”) como Gian Maria Volonté (nuevamente “el malo”). Lee Van Cleef o Klaus Kinski también estaban destinados a integrar el elenco de actores. El remake apócrifo en clave western del chanbara “Yojimbo” (Akira Kurosawa, 1961), tendría así una continuación.

Si bien ésta vez los dos actores principales de la primera entrega interpretarían papeles que, aunque análogos, eran diferentes: Pues Ramón Rojo, el villano de “Por un puñado de dólares” había muerto. Gian Maria Volontè es ahora otro bandido mexicano, también histriónico e impredecible, igualmente sediento de sangre y de oro. El personaje de Clint Eastwood, por su parte, ésta vez se llama “Monco” en lugar de “Joe”, pero es básicamente el mismo. Ese pistolero solitario, con su poncho, su sombrero y su purito se ha convertido en todo un icono – y no sólo en el ámbito del western, sino en el cine en general (“El hombre sin nombre”).

Clint Eastwood, por cierto, odiaba tener que llevar constantemente el purito en la boca durante los rodajes (nunca lo fumaba). Cuando Leone le contrató en 1965 para la segunda parte, Eastwood le pidió que ésta vez su personaje no fuera fumador. Pero Leone le dijo que eso era imposible, pues el purito “era el auténtico protagonista”.

Lee Van Cleef da vida al maduro militar, ex-coronel convertido en cazarrecompensas, hombre igualmente solitario y taciturno – cuya motivación para encontrar al Indio va más allá de los dólares… (lo de la venganza personal del protagonista es un recurso que Leone emplearía de nuevo para su último western “Hasta que llegó su hora” en 1968)

Klaus Kinski tiene un papel secundario como uno de los esbirros del Indio. Las dos escenas en las que su personaje tiene relevancia son sumamente memorables: En ambas se enfrenta con Mortimer y la tensión se masca en el ambiente.

Otros dos secundarios repiten en la segunda parte de la trilogía (igualmente con papeles distintos): Mario Brega (el gordo y barbudo lacayo de Ramón Rojo, que ahora es “el Niño”, uno de los matones del Indio) y Joseph Egger (“El profeta”, quien en el film del año anterior interpretó al anciano enterrador).

Si en “Por un puñado de dólares“ el misterioso pistolero solitario trata de sacar provecho enfrentando a las dos bandas que controlan una pequeña ciudad, en “La muerte tenía un precio” sólo hay una banda, pero dos “misteriosos pistoleros solitarios” – que inicialmente son rivales pero deciden aliarse.

Una vez más, la excelente banda sonora corre a cargo del maestro Ennio Morricone. La estructura y el estilo de la composición es muy similar a la música de “Por un puñado de dólares”, pero aquí se incluyen más melodías a base de silbidos y también elementos como el arpa bucal.

Entre las escenas más destacables se encuentran la del enfrentamiento de los dos cazarrecompensas, con Monco disparando una y otra vez al sombrero de Mortimer en el suelo alejándolo cada vez más e impidiendo que éste lo recoja; y cómo después el coronel “se venga” disparando repetidas veces al sombrero de su oponente en el aire, sin ni siquiera dejar que caiga al suelo… Así se demuestran el uno al otro que están “empatados” en lo que a destreza con el revólver se refiere.

Y como en todos los westerns de Leone, la secuencia del duelo, la del enfrentamiento final, es sublime en todos los aspectos (la música de Morricone contribuye poderosamente a ello).

Fernando Di Leo, gran director de polizzieschi como “Milano Calibro 9” (1972) o “Il Boss” (1973) vuelve a participar como uno de los guionistas si bien no resulta acreditado. La función de director de fotografía la desempeñó Massimo Dallamano (“La polizia chiede aiuto”, 1974).


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