La Muerte y el Camino de Santiago (II)

Inicié hace tiempo esta serie de investigar o ser testigo mudo de la muerte en los Caminos de Santiago, y lo cierto es que me he encontrado pocas huellas de la muerte de peregrinos, me refiero a sus enterramientos, aunque en parte es lógico, hasta el siglo XVIII que se instituyeron los cementerios tal y como hoy los conocemos, los enterramientos eran en las iglesias los más afortunados y aquellos que morían en los establecimientos hospitaleros, y el resto se enterraba allí donde se producía él óbito. Por tanto los posibles restos de peregrinos muertos en los Caminos y enterrados en este son difíciles que se den y difícil que uno pueda toparse con esas escasas sepulturas.Pero el Camino nos ofrece una visión de las Quintanas de los Muertos, de cómo los distintos pueblos, comarcas y territorios entienden la cuestión de la muerte y la forma del enterramiento. Por tanto una vez que tuve claro que difícil sería encontrar huellas de peregrinos fallecidos en su larga travesía, documentalmente si que nos quedan muchos rastros, pero escasisimas huellas físicas de tales enterramientos, pues me conformé con atisbar la muerte ese esa paso por los diversos territorios.Parte de todo ello lo expuse en la entrada La Muerte en los Caminos de Santiago .Hoy retomo esa idea para con el resto del viaje que hice en esa ocasión y que me llevó por estas etapas:.