Revista Cine
Ficha:
Título Original: The Woman in Black.
Director: James Watkins.
Guionista: Jane Goldman.
Intérpretes: Daniel Radcliffe, Ciarán Hinds, Roger Allam, Sophie Stuckey, Janet McTeer, Shaun Dooley, Liz White, Daniel Cerqueira, Andy Robb, Misha Handley, Alexia Osborne, Alfie Field, Lucy May Barker.
Productores: Richard Jackson, Brian Oliver, Simon Oakes.
Fotografía: Tim Maurice-Jones.
Música: Marco Beltrami.
Montaje: Jon Harris.
Países: Reino Unido, Canadá, Suecia.
Lugares de rodaje: Reino Unido.
Año: 2.012.
Duración: 95 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 16 años.
Género: Drama, Suspense, Terror.
Distribuidora: Aurum Producciones, S. A.
Estreno: 17-02-2.012.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 509.286.
Recaudación: 3.199.748,37 €.
Calificación: 5,703.
Sinopsis:
Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), un joven abogado viudo de Londres cuyo dolor ha puesto su carrera en serio peligro, es enviado a una remota aldea para resolver los asuntos de un excéntrico recién fallecido. A su llegada, pronto se hace evidente que todos los habitantes de la aldea guardan un oscuro secreto. Aunque la gente del pueblo trata de mantener a Kipps al margen de su trágica historia, éste pronto descubre que la casa que pertenecía a su cliente no está totalmente deshabitada… Nadie, ni siquiera los niños, estarán a salvo de la mujer de negro...
Crítica:
21-02-2.012 – ANTÓN MERIKAETXEBARRIA
El sabor del miedo
Correcta, sin más, historia de fantasmas, enmarcada en una vieja mansión victoriana, aislada en medio de un sombrío pantano, donde el espectro de una mujer desaparecida tiempo atrás se convierte en el eje sobre el que pivota toda la película. A semejante lugar llega un joven viudo, interpretado con sobria eficacia por Daniel Radcliffe, en un papel a contracorriente, con el que dice adiós para siempre a su inolvidable personaje de Harry Potter. Lo primero que llama la atención del crítico en "La mujer de negro" es el espíritu de la Hammer que planea sobre toda la intriga: famosa productora británica, renovadora del cine de terror en los años 50 y 60, potenciando al máximo el realismo de las imágenes.
Sin llegar a tanto, el director emplea una escenografía clásica a la hora de describir los horrores experimentados en su propia carne por el personaje protagonista, inmerso en un mundo neblinoso, de sombras amenazantes y gemidos apenas susurrados, ribeteado todo ello por elementos sobrenaturales, en sintonía con la índole del relato. Es esta atmósfera casi asfixiante, donde impera el miedo a lo desconocido, lo que confiere sabor a una película de terror que poco tiene que ver con otros chapuceros títulos recientes.
Porque, de lo que se trata aquí es de enjaretar inquietud a una elegante envoltura gótica, preñada de sospechas y una iconografía que encuentra su lado misterioso en el secreto que oculta el personaje central. Así, el realizador conduce la búsqueda de Daniel Radcliffe con un pulso bastante firme en torno a un mundo decimonónico que recuerda la escenografía de Terence Fisher ("Los estranguladores de Bombay", 1.960). De ahí que traspasar el umbral de esta vetusta casona, dejando atrás prejuicios de cinéfilo resabiado, permite reencontrar de algún modo el cine de terror no como discurso literario lineal, sino como 'corpus' de imágenes simbólicas y alegóricas, como crisol alquímico, como droga alucinógena que nos invita a un viaje oscuro, a un dejarnos ir...
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