Título: La mujer de terracota
Autora: Zen Cho
Ilustradora: Qu Lan
Título original: The Terracotta Bride
Idioma original: inglés
Año: 2011
Editorial: Duermevela (2021)
Traducción: Rebeca Cardeñoso
Género: Relato (fantasía, steampunk)
La editorial Duermevela nos trae el primer texto en español de la autora malasia Zen Cho. La mujer de terracota es un relato de fantasía que combina con elegancia el folklore chino sobre el más allá y la fantasía steampunk.
Zen Cho es una abogada malasia, que sigue ejerciendo, y que reside en el Reino Unido; de hecho, sus obras están escritas en inglés. En 2015 irrumpió en la literatura de género con Sorcerer to the Crown, una fantasía histórica decolonial sobre magos en la Inglaterra victoriana. Además, ha publicado antologías de cuentos y novelas cortas, y editó la colección Cyberpunk: Malaysia, que recoge a catorce autores malasios prácticamente desconocidos para el público. También ha recibido importantes premios de género, como el Hugo o el British Fantasy. Hace unas semanas, Duermevela anunció que este año tendremos en español su afamada novela debut.
¿Qué es el infierno chino?
La mujer de terracota es un relato que originalmente se incluía en una recopilación steampunk no heteronormativa. No obstante, para los lectores españoles, más allá de la perspectiva lgtb, puede ser un primer contacto con el folklore chino sobre el más allá. En esta cultura ancestral, el infierno, o Di Yu (prisión terrenal), se compone por diez cortes o niveles, donde las almas habitan esperando una reencarnación. En cada nivel se aplican distintos castigos de acuerdo con las acciones terrenales, pero la familia de los difuntos les pueden dar una mejor posición en el más allá si queman mucho dinero y dejan oír sus plegarias.
Desde luego, no la habían preparado para la realidad. La muerte era extrañamente parecida a la vida. El infierno era un lugar caluroso lleno de gente desagradable y apresurada, había muchísima burocracia y todos los funcionarios eran corruptos en extremo.
La novia de arcilla
La historia está narrada desde el punto de vista Siew Tsin, una joven que muere de forma repentina en la flor de la vida. En el infierno se reencuentra con su tío abuelo, que pronto la casará con Jusheng, el señor más rico de la décima corte del infierno. Aunque este es el nivel más cómodo, Siew Tsin se ve atrapada en una relación indeseada, convertida en la segunda esposa de un señor que lleva veinte años en el infierno. Su existencia es tranquila y bastante aburrida, hasta que aparece la mujer de terracota.
Jusheng decide casarse con esta mujer de arcilla de forma estratégica. Este personaje parece creado a imagen y semejanza de los guerreros de terracota del emperador chino Qin Shi Huang, que de hecho, aparecen en el relato. La nueva inquilina despierta la curiosidad de Siew Tsin, y también de la primera esposa de Jusheng, Ling'en, que vive por su cuenta a pesar de las estrictas convenciones sociales que se mantienen el infierno. Agente disruptor, y eje de la historia, la mujer de terracota, Yonghua, es concebida como la concubina perfecta.
Yonghua es como un lienzo en blanco, siempre atenta, siempre despierta. Siew Tsin enseguida se siente atraída, y siente la necesidad de proteger a la recién llegada, de la que se dice que es un prodigio de la ingeniería.
Cuando el ama de llaves les dijo que había venido Ling'en, Siew Tsin tuvo el impulso inesperado de esconder a Yonghua. Una cosa era que Ling'en hiciese insinuaciones desagradables sobre ella, pero Yonghua, tan vacía e inocente como un papel en blanco, no se merecía ese trato.
El triángulo
Esta historia converge en un interesante triángulo que es una pena que no haya ocupado más páginas. De antemano el lector sabe que el formato ha de ser breve, pero el tema es tan apasionante, el folklore tan novedoso, que personalmente echo en falta algunas partes se desarrollen más. De la misma forma que siente Siew Tsin, la mujer de terracota nos llama, es un imán en la historia, y una incógnita, porque su personalidad se nos revela a través de los ojos de los demás.
Las mujeres son los mejores personajes de este cuento. No solo las principales, Siew Tsin, Ling' en o Yonghua, sino también las secundarias, como el ama de llaves o la anciana Meng, que es quien da la bebida de reencarnación a las almas que están preparadas para cruzar el puente a una nueva vida. Este es el punto fuerte de la historia que ha creado Zen Cho, junto a la mitología china que en nuestras manos pasa a ser fantasía más que tradición.
Quizá los puntos flacos sean la brevedad y el lenguaje, el estilo narrativo de la autora es sencillo y correcto, pero no demasiado creativo. Sin embargo, la traducción es muy buena, y dado que la traductora también es una de las editoras, hay que destacar el gran trabajo de edición que se ha hecho con este texto.
La edición de lujo
Pocas veces se edita con tanto mimo un relato. La autora introduce el texto, tenemos un posfacio generoso a cargo de Wang Ching, y unas maravillosas ilustraciones realizadas por la artista china Qu Lan, que también firma un texto sobre este proceso creativo. La ilustradora usa el rojo para evocar la terracota; sus imágenes son nostálgicas, ensoñadoras y muy evocadoras. Complementan perfectamente lo que nos sugiere el texto, y rellenan la cosmovisión que nos falta como lectores occidentales.
La mujer de terracota es un acierto y una apuesta arriesgada por esa otra fantasía que ya es la marca de Duermevela. Celebro que sigan trayendo la obra de Zen Cho al español, como también harán con el autor egipcio P. Djèli Clark, o como han hecho con la publicación completa del quarteto del Tensorado de Neon Yang que además, ha salido a un ritmo idóneo para los lectores, algo a lo que no nos tienen acostumbrados. Sin duda, la forma de editar de Duermevela es una actitud, y un aporte muy valioso para la literatura fantástica de nuestro país.