Yo, que tanta facilidad tengo para plasmar todo aquello que pienso, pero sobre todo siento; me cuesta lo inimaginable expresar todo mi amor que siento por ti en palabras. Escribo, sintiendo como se va desgarrando el alma y se remueve la estaca que llevo clavada en mi corazón, desde hace demasiado tiempo.
Nunca olvidaré la primera vez que abriste los ojos. En ese hospital, nada más nacer, las doctoras me regalaron y me pusieron entre mis brazos, el mejor regalo de mi vida. Me aparté del brillo de la luz, y tus ojos se clavaron en mi mirada. Esa pequeña zona oscura, a la que te llevé conmigo, la devolviste con el mayor brillo que jamás haya presenciado.
Hoy ya hace siete años de ese maravilloso instante. Hoy no te tengo entre mis brazos, pero tu mirada y tu bella sonrisa, perdura en mi y lo hará eternamente.
Mi amor, a pesar de todo y que hace mucho tiempo que no nos tenemos mutuamente y físicamente; quiero decirte que la vida es tan bella como tu dulce mirada. Nos hicieron creer lo contrario, pero no es así, y es por ello, todos mis esfuerzos para que todas las personas que viven en este mundo, despierten y se den cuenta del regalo que nos han concedido al poder vivirla y disfrutarla. Que nos vayamos de este mundo, dejando un gran legado de amor.
Los sueños existen y se pueden realizar, ya que estamos hechos de la misma materia. Solo hace falta abrir los ojos del alma y superar la barrera de los miedos.Recuerdo cuando tenías apenas cinco añitos, paseábamos cogidos de la mano, vimos una librería y me dijiste- Papa, cuando pasen muchos años y tu ya estés en el cielo ¿las personas y los niños podrán seguir leyendo tu libro?- En ese momento y sintiendo un gran nudo en mi garganta, me di cuenta que tu eras diferente e increíblemente especial. Tu eres y lo serás por siempre, mi mayor fuente de inspiración. La musa que todo artista anhela encontrar; yo la tuve entre mis brazos un seis de octubre y perdurará en mí, el resto de mis días.
Me siento el hombre mas afortunado del universo, y es por ello que te estaré eternamente agradecido; y cuando esté en el cielo como tu dices mi vida, lo seguiré estando, y mi alma seguirá brillando igual que tu sonrisa eterna. Nunca olvides que siempre serás la mujer de mis sueños. La mujer de todas mis vidas.
Te amo Claudia...desde el cielo, en mis infiernos y en cada suspiro tuyo.