NUESTRA OPINIÓN...
Zoe Whittaker parece que tiene todo lo que puede pedir. Es joven, bonita y desde que se casó con Henry, uno de los hombres libres más guapos y codiciados, lleva lo que podríamos denominar una vida regalada codeándose con lo más granado de la sociedad, aunque muchos de sus miembros sólo la vean como una advenediza y procuren no mezclarse con ella.Pero ¿Es todo tan color de rosa? ¿De verdad es todo tan idílico? ¿Está Zoe conforme totalmente con la vida que lleva o según va pasando el tiempo y se va disipando la novedad de su matrimonio preferiría cambiar algunas cosas?
La mujer que no existió está narrada en primera persona por su protagonista, de manera que sólo vamos a ir conociendo la historia desde su punto de vista, sus sensaciones, pensamientos y sentimientos, no teniendo en ningún momento otro punto de referencia exterior sobre los acontecimientos relatados.
Y también a través de sus ojos será lo que conozcamos de Henry, su marido tras un corto noviazgo, al que siguieron una boda rápida y sin invitados y un largo viaje de novios, tiempo durante el que ninguno de los dos vio la necesidad de conocer nada del pasado del otro; y ahora que la vida transcurre con más normalidad hace que Zoe se plantee ciertas actitudes de su marido, y todo lo que en él le parecía un comportamiento romántico ahora piensa que es más parecido a querer ejercer el control sobre ella en todo momento, aunque a veces quiera convencerse de lo contrario.
Como también empieza a parecerle extraño que, aunque resulte para él dolorosa la pérdida de su mujer, no quiera nunca hablar de ella, ni cómo fue el accidente en que murió. Claro que ella poco tiene reprocharle ya que tampoco parece tener interés por la vida de ella antes de conocerle ni ella le ha contado nada de lo que, como intuimos desde el principio, esconde. Una vida de la que parece nadie sabe nada y que nosotros iremos conociendo a través de sus recuerdos y al ritmo que ella va a ir marcando.
La mujer que no existió es un thriller psicológico, con una trama en la que se nos van desvelando una serie de hechos que poco a poco iremos situando y que nos proporciona una lectura con una intriga constante.
La novela no tiene un ritmo endiablado y aunque al principio no tiene mucha acción a partir de cierto punto no dejan de suceder cosas cada vez más rápido, sucesos que nos hacen replantearnos continuamente la idea que hemos ido forjando en nuestra cabeza con giros totalmente inesperados, aunque llegado cierto momento, para mí, algunos de los aspectos finales de la trama resultaron un tanto predecibles.
Si os gustan los thriller en los que prima la intriga, el suspense, la tensión y en el que ir recolocando una y otra vez las piezas de un puzzle que poco a poco nos van facilitando para encontrar su lugar adecuado, sin dudarlo esta es tu lectura.
FICHA DEL LIBRO