Revista Diario

La mujer que nunca sonríe

Por Drajomeini @DoctoraJomeini
La mujer que nunca sonríe
La primera vez que la vi se echó a llorar. Un llanto silencioso con los ojos abiertos de asombro de que alguien creyera en lo que decía. Le pasa a la mayoría de los pacientes con fibromialgia cuando llegan a una Unidad de Dolor Crónico. Pero no era una sonrisa. Eso no.  La mujer que nunca sonríe guiña los ojos al hablar intentando concentrarse para explicar lo que siente a través del velo de dolor que empaña su conciencia. Y hace gestos diminutos con las manos en vez de gesticular. Esta semana, antes de irse, cuando ya habíamos acabado la entrevista, la mujer que nunca sonríe se quedó de pronto callada y me dijo: - He leído su blog - ¿Mi blog? - siempre me parece raro. Sé que lo lee gente, que estáis ahí al otro lado, pero a mí me sigue pareciendo que lo escribo para mí. - Y me hizo reír. Y, por primera vez desde que la conozco, la mujer que nunca sonríe, se permitió una sonrisa tímida. Y yo, no por primera vez, sentí que esto merece la pena. 

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