Cuidando de su familia
Margaret Higgins nació el 14 de septiembre de 1879 en Corning, Nueva York. Su padre, Michael Hennessy Higgins, era de origen irlandés. Había vivido en Canadá y aunque estudió medicina, se dedicaba a esculpir pequeñas esculturas en piedra, sobretodo de temática religiosa. Su madre, Anne Purcell Higgins era una mujer profundamente devota que pasó por dieciocho embarazos de los que llegaron a término once. Margaret era la sexta de esa larga lista de vástagos a los que tuvo que cuidar durante su infancia y primera juventud. En 1894, cuando tenía quince años, pudo ingresar en la escuela Claverack de Nueva York pero regresó a casa dos años después para seguir cuidando de sus hermanos y de su madre, enferma de tuberculosis y cáncer cervical. La muerte de su madre en 1899 dejó desolada a Margaret y a toda su familia. Poco tiempo después, Margaret ingresó en el hospital de White Planes, en un suburbio de Nueva York, donde empezó a estudiar y a ejercer de enferma. En 1902 se casó con William Sanger, un arquitecto con profundas ideas socialistas que ayudaron a Margaret a iniciar su vida como activista. En el hospital de White Planes, Margaret observó con impotencia como se sucedían demasiados embarazos no deseados que conducían en la mayoría de casos a abortos mortales. Sin dioses ni maestros Un 1914, un año después de separarse de William, Margaret decidió iniciar una campaña activa de concienciación social sobre la necesidad de desarrollar métodos anticonceptivos que frenara aquel número exagerado de embarazos no deseados. Para ello fundó una revista femenina titulada La mujer rebelde (The Woman Rebel) en la que, bajo el lema “Sin dioses ni maestros” defendió la anticoncepción.El siguiente paso lo dio en 1916 cuando abrió la primera clínica de control de la natalidad en los Estados Unidos. Margaret fue arrestada por distribuir información sobre métodos anticonceptivos hecho que llevó a aumentar su popularidad. Margaret Sanger siguió trabajando y en 1921 fundó la Liga Americana de Control de la Natalidad que terminaría convirtiéndose en la Federación Americana para la Planificación Familiar. Ese mismo año se casaba con James Noah H. Slee, con el que permanecería hasta su muerte.
Después de años de lucha, en 1951, Margaret conseguía financiación para avanzar en la investigación de la píldora anticonceptiva. Tres años más tarde, Enovid, era la primera pastilla anticonceptiva que se probó en cincuenta mujeres. La eugenesia negativa Si su defensa de la píldora anticonceptiva fue controvertida y revolucionaria en aquellas primeras décadas del siglo XX, no menos conflictivas fueron sus ideas sobre la eugenesia. A pesar de declarase contraria a las prácticas racistas de los nazis alemanes, Sanger defendía el control de la inmigración, sobretodo de personas débiles físicas y mentales, así como un control de la reproducción de personas que no fueran perfectas física o mentalmente. Margaret Sanger fallecía en Tucson en 1966. Desde su muerte, su figura continuó siendo recordada como una de las principales defensoras de los derechos de la mujer en los Estados Unidos. Calles, hospitales y reconocimientos a los avances científicos en defensa del control de la natalidad llevan su nombre.