A medida que avanzaba en la lectura del primer relato de la obra de Simone de Beauvoir, La mujer rota, las emociones que despertaban en mí sus letras iban de la alegría por la libertad al desespero del dolor ajeno, pasando por la angustia que genera ver a alguien a punto de caer a un pozo y no tener la capacidad de avisarlo a tiempo. Al más puro estilo de las marionetas tradicionales, en que todos los espectadores son capaces de ver al lobo que quiere comerse a la princesa mientras ella, con sus sentimientos fijos únicamente en el príncipe, no es capaz ni siquiera de girarse para ver su realidad desde otro punto de vista.
Sin duda la obra no induce a error, pues como muy bien anticipa el título, La mujer rota, se trata de la historia de la rotura de una mujer felizmente casada que descubre la infidelidad de su esposo, y como relata los diferentes estados que va atravesando durante el proceso en su diario.
Narrada de forma magistral, el lector se identifica plenamente con la historia, con las razones de todos los protagonistas, y sufre con la amargura de ver derrumbarse el mundo de la protagonista.
Es curioso que ella, la escritora, que fuera esposa y amante, haya tenido la extraordinaria capacidad de pasar al otro lado del espejo para narrar con maestría los sentimientos, no de la amante, sino de la esposa fiel que descubre, después de años de consagración, que su vida ha sido una pérdida de tiempo y un error de magno calibre. Quizá la propia Simone de Beauvoir cambiara en este relato las experiencias masculinas de su marido (que tan bien había de conocer) para convertirlas en los avatares de la protagonista rota por amor, no lo sé.
En todo caso es una novela excelente, de una calidad magnífica y una exquisitez absoluta, pero al mismo tiempo triste, angustiante, demoledora y depresiva hasta el agotamiento.
No puedo decir que la haya disfrutado, sino todo lo contrario, me ha sumido en una tristeza casi metafísica, en una sensación de ridículo, de vacua existencia de la que habré de recuperarme con paciencia y otras lecturas más alegres.
Será difícil encontrar alguna de la misma calidad…
Resumen del libro (editorial)
La mujer rota recoge tres cuentos (La edad de la inocencia, Monólogo, y el que da título al volumen) en los que Simone de Beauvoir expone sus planteamientos éticos y sociales sobre la condición femenina, pero sin que eso suponga el desarrollo de un discurso panfletario, sino que el nivel literario es realmente espléndido. Los tres relatos se centran en personajes femeninos y exponen sus conflictos sentimentales y morales. La mujer como esposa insatisfecha, como personaje oculto siempre tras un protagonista masculino o como ser desorientado en una sociedad injusta son algunos de los temas tratados. Pero destaca en el conjunto un estilo literario ágil, un ritmo vivo (que la traducción transmite en toda su belleza y efectividad) y una variedad técnica entre los tres cuentos (un relato más o menos tradicional, con narrador omniscente y en el que el diálogo lleva el peso del relato; un monólogo interior, y un diario) que convierten esta obra en un texto de gran calidad literaria, más allá incluso de las ideas sociales o políticas que pueden extraerse de él.