Revista Religión
Apocalipsis 17 : 1 Y vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo, diciéndome: Ven acá, y te mostraré la condenación de la gran ramera, la cual está sentada sobre muchas aguas; 2 con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación. 3 Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia y que tenía siete cabezas y diez cuernos. 4 Y la mujer estaba vestida de púrpura y de escarlata, y adornada con oro, piedras preciosas y perlas, y tenía en su mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la suciedad de su fornicación; 5 y en su frente un nombre escrito: MISTERIO, BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA. 6 Y vi a la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé maravillado con gran asombro.
El capítulo 16 describe el castigo de aquellos que adoran a la bestia. Los capítulos 17 y 18 describen la destrucción de Babilonia. El capítulo 19 describe la destrucción de la bestia y el falso profeta. Y el capítulo 20 describe el final de Satanás. Compare con Heb. 10:12-13 en donde Cristo espera a que sus enemigos se conviertan en estrado de sus pies.
La clave para leer este pasaje en Apocalipsis, cap. 17-18, por primera vez es entender que Dios se está refiriendo a Roma como la mujer y al emperador (o imperio) como la bestia. El Imperio Romano se extendía sobre una gran área geográfica y había conquistado muchos reinos. Estos reinos debían extender su lealtad a Roma. El emperador vivía en forma extravagante como la mayor parte de Roma, y grandes cantidades de artículos de lujo y de esclavos eran importadas hacia Roma. De aquí el lamento sobre su caída por parte de los mercaderes y pilotos de barcos que habían perdido sus negocios. Para entonces había una gran inmoralidad dentro de Roma y ésta se había extendido a las provincias circundantes, por ejemplo Corinto. Las cartas a los Corintios fueron escritas para corregir muchos de los problemas que esto traía aparejado. Encontramos en Apocalipsis a la mujer Jezabel que se da como ejemplo de esto dentro de la iglesia de Tiatira (2:20). Roma también persiguió a los santos, lo que se menciona en este capítulo. Recuerde que Juan estaba en Patmos por su fe. Recuerde también que emperador e imperio son intercambiables. Así que Roma y su imperio son su modelo para estos capítulos. Sin embargo, hay un significado más profundo porque Juan está usando el término general, Babilonia, y no específicamente Roma, así que no se aplica sólo a aquellos tiempos sino que se extiende hacia delante en el tiempo para cubrir todos los futuros regímenes impíos de los que Roma es su ejemplo corriente, pero que alcanzarán su clímax con el imperio del anticristo.
La mujer es la personificación de aquella ciudad terrenal que puede verse en contraste con la ciudad celestial de Nueva Jerusalén. Ella es una falsificación terrenal de la ciudad celestial. Está cubierta de joyas preciosas, perlas y oro, al igual que la Nueva Jerusalén. Se la debe contrastar con la mujer del capítulo 12 que representa a los elegidos de Dios y que está vestida del sol, con la luna debajo de sus pies y una corona de las doce estrellas sobre su cabeza. Ella es la copia terrenal de la sociedad celestial de Dios, que es Su iglesia. Ella es el mundo que es la sociedad humana, organizada independientemente y que desafía a Dios. La vemos en Caín, que asesinó a su hermano y salió de la presencia del Señor para fundar una ciudad (Gn. 4:16-17). La vemos en Babel en donde la humanidad, en rebelión contra Dios, conspiró en conjunto para hacer una torre que llegara hasta el cielo (Gn. 11:4), una religión de obras. Vemos que mujer y la ciudad son una ciudad compuesta: Egipto, Sodoma y la Jerusalén terrenal (11:8). Siendo un ejemplo, representa la religión falsa o apóstata como la Jerusalén terrenal que persiguió a los profetas y crucificó a nuestro Señor. También representa al mundo con los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida (1 Jn. 2:16). Representa el poder mundial, las riquezas del mundo, el comercio mundial, las religiones del mundo y el comercio y la cultura del mundo. Su destrucción ocurre con la séptima copa (16:17) cuando un terremoto gigantesco hace que las grandes ciudades de la naciones sean destruidas, la gran ciudad de Babilonia es partida en tres. En Babel comenzaron a construir una ciudad con una torre que llegaba hasta el cielo a fin de hacerse un nombre para ellos, pero Dios los había esparcido alrededor del mundo, y aun hoy todas las principales ciudades del mundo compiten para construir rascacielos más altos que el otro. Uno sólo tiene que pensar en Manhattan con sus grandes rascacielos, las torres gemelas del World Trade Center, que son monumentos a los logros del hombre. Cuando estos sean destruidos el comercio será destruido y los que lo usaban para enriquecerse harán luto por su desaparición. Hailey comenta que ella es el tercer método que usa Satanás para destruir a la iglesia, después de las dos bestias que representan el poder político y la religión falsa o la doctrina falsa. Ella representa el mundo de la lujuria, todo lo que apela a la carne, a la mente o nos induce o seduce lejos de Dios, de la misma forma que ha seducido exitosamente a los reyes y a los habitantes de la tierra lejos de Dios.
Al considerar la identidad de la mujer, deben considerarse los siguientes puntos:
Se la describe como la prostituta, lo que contrasta con la novia (la iglesia) Babilonia, la ciudad terrenal, debe ser contrastada con la ciudad celestial, la nueva Jerusalén La gran ciudad es descrita figurativamente como "Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado" (11:8) Se sienta sobre muchas aguas, que son pueblos, multitudes, naciones y lenguas Se la debe distinguir de la bestia sobre la cual se sienta y que la destruye Es la ciudad de poder, lujo excesivo y gran riqueza Ellla persiguió a los santos Gobierna sobre los reyes de la tierra Está asociada con la música, el comercio, la agricultura, el matrimonio, los mercaderes y la persecución Con ella los reyes de la tierra cometen adulterio y los habitantes son intoxicados con el vino de sus adulterios En vista del énfasis del libro en que sólo Dios debe ser adorado, debe ser vista como la tentadora que tienta a los hombres a alejarse de Dios
v. 1 - Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían la siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas - Esto da comienzo a una nueva escena. La destrucción de la gran ciudad ya ha sido mencionada en la séptima copa (16:19). Esto se amplía ahora en estos dos capítulos. Uno de los siete ángeles que tenía las siete copas llena de las siete plagas le mostró a Juan el castigo de la gran prostituta. Compare esto con el mismo ángel que le mostró a Juan la novia, la esposa del Cordero. Una es castigada; la otra se convierte en la esposa del Cordero (ver 21:9). La palabra griega para castigo (krima) se traduce en otras partes como juzgado (18:20 cf. 20:4). La gran prostituta claramente debe ser contrastada con la novia, la esposa del Cordero, la Nueva Jerusalén y podría ser entonces la iglesia apóstata, aunque no parece haber mucho aspecto religioso en ella (es mucho más probable que la iglesia apóstata sea llamada adúltera). Hay varias referencia a la gente que se prostituye. Algunas son sobre los paganos (Ex. 14:15) pero otros están relacionados con el pueblo de Dios (Dt. 31:16, Ez. 16:15). La raíz de la prostitución mencionada aquí es la idolatría, la avaricia (Col. 3:5); es tremendamente rica. Una prostituta vende su cuerpo por dinero. Babilonia vende su alma por la riqueza y el poder sobre los reyes de la tierra que son sus amantes. Uno se acuerda de las palabras de Jesús en Mt. 16:26, "¿Qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?" Se la llama la "gran" prostituta. Compare esto con la expresión "Babilonia la grande". Sin embargo se da una referencia velada a Babilonia en 11:8 donde la gran ciudad es donde yacen los cuerpos de los dos testigos (la iglesia) y la gran ciudad es descrita como "en sentido espiritual se llama Sodoma y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado". Hay aquí una referencia a la Jerusalén terrenal, el hogar de los fariseos que Jesús castiga en términos que no admiten dudas. Babilonia está también asociada estrechamente con la bestia que tienen a la vez poder político y eclesiástico como se muestra en el capítulo 13. Así, la gran prostituta es la gran ciudad, que es Babilonia. Representa el sistema mundial que incluye a la iglesia apóstata que es tan mundana que es parte del mundo. Se sienta sobre muchas aguas que luego se explican como "pueblos, multitudes, naciones y lenguas" (17:15). Esta expresión en cuatro partes significa que gobierna todo el mundo.
En la Biblia otras ciudades son descritas como prostitutas. Nínive por su brutalidad (Nah. 3:4) y Tiro por su mundanalidad que involucraba el comercio con todas las naciones (Is. 23:15-15, Caird). Jerusalén es condenada por su injusticia (Is. 1:21-23, "¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel?" Adorar a otros dioses es asemejado a la prostitución (Ex. 34:14-17, Lev. 17:6-7). La idolatría es también prostitución (Lev. 17:6-7, Ez. 16:17, 23:49). La mayoría de las referencias en el Antiguo Testamento a la prostitución se refieren a la apostasía espiritual en la adoración de ídolos de Israel o Jerusalén (ver Ez. 16:1 ff., Lev. 20:4-6, Dt. 31:16, 2 Cr. 21:11, Jer. 2:19-21, Jer. 3:1-3, Ez. 23:49, Oseas 9:1. En Num. 15:38-39 a los israelitas se les dice que obedezcan los mandamientos de Dios y que no se prostituyan yendo detrás de sus corazones y de sus ojos.
Como con otras descripciones figurativas de la gran ciudad, como Egipto, Sodoma y Jerusalén (16:19), Babilonia es una ciudad compuesta como Nínive, Tiro y Jerusalén indican más arriba. Las endechas de lamentación sobre la destrucción de Babilonia en el próximo capítulo son tomadas principalmente de los cantos de ruina sobre Tiro, Nínive y Babilonia en el Antiguo Testamento. No hay ninguna evidencia concluyente que sugiera que Babilonia sea la iglesia apóstata. Esta idea es más probable que haya surgido de la escuela historicista durante los tiempos de la Reforma, que veía a la Iglesia Católica Romana como Babilonia. Aunque debería ser contrastada por cierto con la Nueva Jerusalén (la iglesia), Walvoord dice que el capítulo 17 se refiere a la Babilonia eclesiástica, y el capítulo 18 a la Babilonia política. Su argumento principal es que está sentada sobre la bestia, la que representa el poder político, y que en consecuencia ella debe representar el poder eclesiástico. Que esté sentada encima de la bestia sugiere que la bestia la sostiene y, por otro lado, que está en un papel dominante, al menos exteriormente. Ha habido sugerencias también de que Babilonia es el falso profeta o la segunda bestia que ya no es necesario para sostener el poder de la primera bestia. Esto haría que la trama tenga sentido, pero no hay evidencia sustancial que apoye este punto de vista. Que la iglesia apóstata sea parte de Babilonia es cierto. Sin embargo, el modelo de Egipto, Sodoma y Jerusalén indica esto también, así como la Jerusalén apóstata es llamada prostituta junto con Nínive y Tiro.
v. 1 - Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas - El ángel quiere mostrarle a Juan su castigo y destrucción, que son descritas en v. 16 y en la séptima plaga (16:19) y en 18:8. Encontramos aquí, en los capítulos 17 y 18, tanto una descripción como un castigo de uno de los enemigos de la iglesia. La destrucción y castigo del resto de sus enemigos se tratan después. No debe ser confundido con la mujer de Ap. 12 La mujer es la ciudad de Babilonia (ver v. 18). Es insolente, orgullosa e idólatra. Se llama a sí misma la reina eterna (Is. 47:7). Ver también la descripción de Tiro en Ez. 27, 28. Tiro es también un tipo de Babilonia. Un lamento sobre la caída de Tiro se usa como base para el lamento de los mercaderes y los capitanes de barcos en 18:11-19. Babilonia indica el mundo de la industria, comercio, arte y cultura que intentan inducir y seducir al creyente lejos de Dios. La descripción del rey de Tiro en Ez. 28:12 se piensa a menudo que describe el origen de Satanás (ver también Is. 47:7-13 para una descripción de Babilonia y Is. 23, especialmente v. 17, donde Tiro "volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra". Se la describe en Ap. 17:18 como "la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra". En el tiempo de Juan sería Roma, que había conquistado a muchas naciones. Como prostituta, seduce a la gente fuera de Dios y hace que sean infieles, así como una prostituta seduce a los hombres de sus esposas, ella hace multiplicar a los infieles entre los hombres (Prov. 23:28). Las aguas son explicadas en 17:15, como "pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas." Note esta descripción en cuatro partes, que indica que su reino se extiende sobre los Cuatro Rincones del mundo. Sin embargo, muchas aguas es probablemente una referencia a los canales de irrigación de la antigua Babilonia (Jer. 51:13). Ella también está sentada sobre la bestia del agua (muchas aguas) que tiene autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua y nación (13:7).
v. 2 - con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación - El adulterio aquí es su adulterio espiritual, que es seguir a los ídolos y los deseos de sus propios corazones en vez de obedecer los mandamientos de Dios. Se menciona también la avaricia como idolatría (Col. 3:5) como en el materialismo del mundo moderno. La mujer se prostituyó en desafío de Dios y los reyes y las naciones la siguen en desobedecer los mandamientos de Dios. Al hacerlo se intoxican como con vino y no entienden sus propias acciones. Un ejemplo de la prostituta es el comercio de Tiro (Is. 23:17, "y volverá a comerciar, y otra vez fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra") cuyo pecado básico es el materialismo. Los reyes de la tierra se unen a la mujer en sus pecados, y al hacerlo son infieles a su Creador. Los reyes se unen a Roma en buscar riqueza y poder. Swete habla de reyes de la tierra como gobernadores de territorios, que han sido absorbidos por el Imperio o son aliados a él, y han promovido sus objetivos. El adulterio del que son culpables estos reyes es compra el favor de Roma al aceptar su soberanía y con ella sus vicios y sus idolatrías. Si Roma era la tentadora, las naciones y sus gobernantes se mostraron listos para satisfacerla. Pocos reyes de este tipo quedaban dentro del Imperio, pero Juan está hablando del pasado. Él podía recordar, por ejemplo, los príncipes de la familia de Herodes. Los reyes se han unido a ella en sus pecados, como lo hace el resto del mundo que sigue el ejemplo de los reyes. Dos veces más, en 18:3 y 18:9, hay referencias a los reyes de la tierra que cometen adulterio con ella. En ambas hay referencias a sus lujos, es decir su materialismo. Jesús advierte a sus discípulos que estén en guardia contra todo tipo de avaricia, y que la vida del hombre no consiste en la abundancia de sus posesiones (Lc. 12:15).
v. 2 - y los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación - No sólo los reyes sino los habitantes de la tierra están ebrios con su vino. Los habitantes de la tierra agregan esto a sus pecados. Están ebrios con su vino, así como persiguen a los santos (6:10), se regodean sobre su muerte (11:10), adoran a la bestia (13:8) y en 17:8 están aquelos cuyos nombres no están en el libro de la vida del Cordero. En 14:8 ya hemos oído la descripción de Babilonia como la ciudad que hizo que las naciones bebieran el vino enloquecedor de sus adulterios. Ver la descripción de Jeremías de su caída en Jer. 51:7, "Copa de oro fue Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra; de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las naciones". El mundo es seducido por su esplendor y la copa de oro en su mano que está llena de cosas abominables. En Ef. 5:18 se nos recuerda que su embriaguez lleva a la disolución (pecado desenfrenado). En Nahum 3:1-7, Nínive es condenada porque "seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los pueblos con sus hechizos" (v. 4); era una "ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y rapiña, sin apartarse del pillaje" (v. 1); se la describe como que tiene "la multitud de las fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra de hechizos" (v. 4). Podemos ver de aquí de dónde Juan consiguió parte de su lenguaje. Hughes comenta que aun una gran ciudad que una vez fue fiel (Jerusalén) puede volverse una prostituta (Is. 1:21). De aquí la distinción entre la vieja Jerusalén que se ha vuelto la ciudad de este mundo caído y la nueva Jerusalén, la ciudad de Dios, que viene de arriba y es libre y pura (Gal. 4:25, Heb. 11:10, 16, 12:22, 13:14, Ap. 3:12, 21:2). La fornicación y la prostitución que se mencionan acá son simplemente la infidelidad a Dios, que se vuelve una expresión de orgullo no santo y la ambición centrada en el humano, en odio y violencia, en vicio e inmoralidad, y en todo tipo de idolatría que, sea adoración a las imágenes o adoración del dinero o del poder mundial, es la adoración de la criatura en vez del Creador (Hughes). En términos simples podemos decir que el mundo es mundano; se ha entregado a las cosas de este mundo en vez de a las cosas de Dios (1 Jn. 2:15 ff. , Col. 3:2). El engaño de la riqueza y el deseo de otras cosas vienen a distraer a una persona de Dios (Mr. 4:19).
v. 3 - Y me llevó en el Espíritu al desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos - Juan fue llevado en el Espíritu (ver también 1:10, 4:2, 21:10). En el desierto, donde no hay distracciones y está a salvo de ella, la ve como realmente es (xxxx). La ve sentada sobre la bestia, lo mismo que la bestia del mar (13:1). En el cap. 13 la bestia es descrita como teniendo "siete cabezas y diez cuernos; y en sus cuerpos diez diademas; y sobre sus cabezas, un nombre blasfemo". Su color escarlata también la conecta con la mujer que está vestida de escarlata. Algunos relacionan el escarlata con el rojo del dragón, pero en realidad las palabras griegas son distintas. Sin embargo las siete cabezas y los diez cuernos están de acuerdo con la descripción del dragón en 12:3. La cercanía de la mujer a la bestia está indicando una conexión cercana entre ambos. La bestia está cubierta de nombres blasfemos (cf. 13:1, 5) lo que indica su desprecio por Dios y Su pueblo, a quienes la mujer persigue (17:6). La mujer está sentada sobre la primera bestia del mar, es decir que está apoyada por el poder político de la bestia, y por tanto por Satanás. El hecho que esté sentada sobre la bestia indicaría que está en control, pero esto es ilusorio. Tenemos que pasar tiempo en el desierto sin distracciones mundanas para verla tal como realmente es (xxxx). Hay claramente una relación estrecha entre la mujer y la bestia, porque la mujer está sentada sobre la bestia. Ella está ebria con la sangre de los santos (ver v. 6) y la bestia también hace guerra contra los santos (13:7). Ambos persiguen a la iglesia; actúan en conjunto. Algunos ven en esto la alianza entre la iglesia y el estado; la mujer eclesiástica monta a la bestia y está en control de la bestia, o el estado.
v. 4 - Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación - La tela púrpura y escarlata era muy cara y sólo sería usada por los ricos (ver el hombre rico en Lc. 16:19). Su riqueza también se indica por el hecho que brillaba con oro, piedras preciosas y perlas (ver también la descripción de Tiro en Ez. 27:22). Los mercaderes en 18:16 describen a la gran ciudad como "vestida de lino fino, de púrpura y de escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas". Debe notarse que estaba "adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas" y por lo tanto tiene alguna similitud con la Nueva Jerusalén que es descrita también como hecha de oro puro, decorada con todo tipo de piedra preciosa y perlas (21:18-21). Es, por lo tanto, una copia terrenal de la nueva Jerusalén, la ciudad de Dios. Es una falsificación; Satanás copia lo que Dios crea (xxxx). En 17:18 la mujer es descrita como la gran ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra, lo que es una alusión a la Roma del tiempo de Juan. La Roma de ese día era muy rica y extravagante. Las perlas era apreciadas en especial, y para mostrar su riqueza la gente solía disolver una perla preciosa en vino y la tomaría (Barclay).
En v. 2 encontramos que "los moradores de la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación"; ahora vemos la copa de oro en su mano de la cual la gente tomó, que estaba "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación". La mujer tiene el atractivo de su apariencia atrayente pero su copa de oro está lleno de inmundicia (Jer. 51:17). La copa de oro parece atractiva por afuera y tiene éxito en seducir a los hombres lejos de Dios, que en consecuencia se vuelven sucios. Juan está describiendo el espíritu del mundo y "todo lo que brilla". La ve como Dios la ve, tal como es. El mundo y su atractivo están descritos por Juan en 1 Jn. 2:16, "todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo". Algunos también señalan que la púrpura y la escarlata son la vestidura eclesiástica de la Iglesia Católica Romana, que en algunas ocasiones involucra joyas brillantes y, por supuesto, la copa de oro. El lado eclesiástico de la prostituta se encuentra también en v. 6, donde esta ebria con la sangre de los santos. En su mano hay una copa de oro, otro símbolo de lujo y riqueza, de donde uno esperaría una bebida pura y deliciosa. Pero, en cambio, está "lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación (xxxx)". "Esto resume las cosas detestables de su adoración de los ídolos, sus vicios y las corrupciones que el mundo ofrece y por el cual quiere seducir a la humanidad. El mundo podrá servir su bebida en una copa de oro, pero lo que ofrece es abominable a la vista de Dios, y conduce a la degradación y a la muerte (Prov. 9:13-18). Contiene todo lo que apela a los deseos de la carne, el deseo de los ojos, la vanidad de la vida, pero resulta en consecuencias sucias y bajas. Aunque Babilonia ofrece la copa al mundo, ella a su vez se vuelve una copa de oro en la mano de Dios para enloquecer a las naciones (Jer. 51:7). Ella tiene en su mano la copa de su propia auto-destrucción a medida que las consecuencias de sus pecados se vuelven contra ella (cf. v. 16)," (ver Hailey). La raíz de sus abominaciones está en la idolatría (Dt. 7:25, 2 Pedro 4:3). Un ejemplo contemporáneo de la copa de la inmundicia del mundo es la televisión que muestra muchas cosas que a los ojos de Dios son una abominación, "lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación" (Lc. 16:15). Caird señala que la palabra griega bdelygma (obscenidad) es la misma palabra usada en "abominación desoladora" (Mr. 13:14).
Jesús usó la metáfora de la copa para describir a los fariseos que parecían justos por afuera (limpiaban la parte de afuera de la copa) pero por dentro estaban llenos de avaricia y auto-indulgencia (Mt. 23:25). También usó la metáfora de una copa para describir su propio sufrimiento, cuando tuvo que tomar la copa que Dios le había dado (Mt. 26:39, Jn. 18:11). En la comunión también tomamos de la copa para recordarnos de Su sufrimiento cuando tomó de la copa del Padre hasta el final (1 Cor. 11:25), para que no tengamos que tomar la copa de la ira de Dios.
La copa de oro contiene aquellas cosas que seducen e inducen a los hombres lejos de Dios. La copa promete placer, poder y riquezas pero tomar de la copa de ella resulta en destrucción. La forma de Dios es tomar la copa de la negación propia y su bebida resulta en la vida eterna. El uso de la copa aquí, llena de inmundicia, también contrasta con la copa de vino de la furia de Su ira, que le dio a Babilonia la grande (16:19). En 18:6 el ángel dice que Dios le preparará una porción doble de su propia copa. En 14:10 la misma metáfora es usada, los que adoran a la bestia beberán también de la copa del vino de la ira de Dios. De la misma forma que ella le ofreció al mundo tomar de la copa de su inmundicia y sus abominaciones, así ella y aquellos que toman de su copa tomarán de la copa de la ira de Dios. Tanto los que pecan como aquellos que causan el pecado serán castigados por igual (Mt. 18:7).
v. 5 - y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA - Su nombre revela su verdadero carácter. Esto presenta a la mujer como Babilonia, la gran ciudad. Babilonia ya ha sido mencionada por el segundo ángel en 14:8 y en la séptima copa cuando un terremoto partió a la gran ciudad (Babilonia) en tres. Babilonia la grande es entonces presentada. Babilonia es mencionada también más figurativamente como "Sodoma, y Egipto, donde también nuestro Señor fue crucificado" (11:8). Ahí encontramos una definición de Babilonia que consiste en inmoralidad, crueldad y persecución. Las ciudades concentran todo lo peor de la humanidad. Babilonia está identificada como la gran ciudad en 18:10 y se la describe como la ciudad de poder. La mujer es también identificada claramente por el ángel como la gran ciudad en 17:8, "la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra." En 18:17 se la describe como teniendo gran riqueza. Se la llama la madre de las prostitutas, y multiplica los que son infieles a Dios (Prov. 23:27). Una madre produce más de su propio tipo. Una prostituta vende su cuerpo por dinero. Babilonia vendió su alma por la riqueza y el poder (Mt. 16:26, "¿qué aprovechará el hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?"). La palabra misterio no debería ser parte de su nombre. Misterio, en el sentido bíblico, significa algo desconocido para los no iniciados pero que será obvio para los iniciados. Le misterio es revelado por el ángel, empezando en v. 7. Otros grupos tienen nombres sobre sus frentes, los que tienen la marca de la bestia (13:16, 14:9), los 144.000 que tienen el nombre de su Padre escrito sobre su frente (14:1, 22:4). Varios autores señalan que las prostitutas romanas usaban sobre sus cejas rótulos inscritos con sus nombres (Morris).
De acuerdo con Horton, el nombre "Babilonia" es la forma griega de la palabra hebrea Babel, que se deriva del hebreo balal, "confundir", que produjo el sustantivo Balbel, que evolucionó para que la primera l fuera asimilada a la segunda b (ver Gn. 11:9). Los griegos solían agregar terminaciones a sus nombres, así que la cambiaron a Babilonia. Babilonia estaba construida en el sitio de Babel. Ellos quisieron construir una ciudad con una torre (Gn. 11:4). La torre representa la religión humana del esfuerzo propio. También representa la unión de la política y la religión. Milligan destaca que Babilonia significa "ciudad de confusión" (ver Gn.11:9). La mujer debe ser vista como la ciudad de la bestia que es Babilonia. La primera ciudad fue fundada por un asesino, Caín, que no entendió los principios de la verdadera religión como lo hizo Abel (Gn. 4:17). Abel reconoció que se requería un sacrificio para agradar a Dios. Está también el vínculo con la mujer Maldad de Zac. 5:6-11 que fue transportada en una cesta para medir a la tierra de Babilonia donde se le construiría una casa; la implicación es que Babilonia es donde mora toda la maldad. En el versículo que estamos estudiando Babilonia la Grande es la madre de las prostitutas y de las abominaciones de la tierra. En 18:23 se la describe como la ciudad que por sus hechizos mágicos engañó a las naciones. En 14:8 hizo que todas las naciones bebieran el vino enloquecedor de sus adulterios. Cuando las lenguas de la gente en Babel fueron confundidas, su maldad se extendió alrededor del mundo, así que todas sus religiones e idolatría también se extendieron alrededor del mundo. El reino de la bestia ejercita poder político y religioso como se muestra en capítulo 13: la bestia del mar (político) y la bestia de la tierra (religioso). Así, la bestia intenta terminar el proyecto y crear un reino que Dios dijo que no debía ocurrir. Para hacer esto la bestia usa la religión (la imagen de la bestia) para unificar al mundo, en tanto que anteriormente el mundo estaba unificado por una sola lengua.
v. 6 - Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús - No sólo hace que otros se embriaguen (14:8, 17:2) sino que ella misma está ebria con la sangre de los santos. Estar ebrio con sangre es una figura del deseo de violencia. La ciudad es descrita figurativamente como Sodoma, Egipto y Jerusalén en 11:8. Jerusalén significa la religión de los fariseos y saduceos que matan a los profetas y apedrean a los enviados a ella, además de crucificar a nuestro Señor. Ella persigue a los santos, tipificada por la vieja Jerusalén que mataba a los profetas (Mt. 23:37, Ap. 11:8). Ebria porque no saben lo que hacen (Lc. 23:34). Juan probablemente tiene en mente especialmente al sumo sacerdote y a principales sacerdotes que crucificaron a Jesús (11:8, cf. Jn. 19:15). Pero no sólo Jesús fue crucificado sino Sus seguidores también lo serán (Mt. 23:34). Roma persiguió a los santos especialmente durante el tiempo de Nerón y Domiciano, y más tarde durante la Reforma. Si bien es principalmente la riqueza y el comercio de Babilonia que se describe aquí, hay un costado religioso en ella que persigue a los santos. Ella los persigue por que no beben su vino y por medio de sus vidas la condenan. Se siente sobre la bestia quien hace guerra ella misma contra los santos (13:7) y en este respecto hace alianza con ella y lleva a cabo su trabajo, haciendo la obra de Satanás que está haciendo guerra contra los que obedecen los mandamientos de Dios (12:17).
v. 6 - y cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro - El asombro de Juan era porque ve a la mujer montada sobre la bestia espantosa, y ve la atracción del mundo tal como es. Estaba en el Espíritu en ese momento así que vio la realidad espiritual. La vio como Dios la ve. Quiera Dios abrir nuestros ojos espirituales también.29. 1. El misterio de la mujer y la bestia, explicado (17:7)
(Ap. 17:7) Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos. {8} La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será. {9} Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer, {10} y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo. {11} La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a perdición. {12} Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia. {13} Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia. {14} Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. {15} Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, y muchedumbres, naciones y lenguas. {16} Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego; {17} porque Dos ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios. {18} Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra.
v. 7 - Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras? Yo te diré el misterio de la mujer, y de la bestia que la trae, la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos - Juan se asombra de la mujer y la bestia, el ángel lo reprende apenas a Juan, y explica el misterio de la mujer y la bestia. Esto probablemente traiga más problemas que los que soluciona. El ángel describe con detalle a la bestia primero porque es el más importante. La caída de la mujer se describe en detalle más adelante. La bestia es la que sale del mar (13:1) y sobre la que se sienta la mujer (17:3).
v. 8 - La bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición - "La bestia que has visto" es la bestia de 17:3. La descripción de la bestia que "era, no es, y será" está en contraste con Dios que es, era y vendrá (1:4, 1:8, 4:8). La carrera de la bestia parodia la del Cordero, porque el Cordero desciende del cielo y vuelve al cielo, en tanto que la bestia asciende del Abismo y luego desciende allí. Por lo tanto, puede ser considerado "un" o "el" anticristo. Anti no significa "contra" sino la antítesis (opuesto), o "en vez de"; es una falsificación. Juan lo define como el hombre que niega que Jesús sea el Cristo (1 Jn. 2:22) y Pablo dice que, "se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tes. 2:4). La bestia "no es" significa que no está ahora en la escena mundial que anticipa su aparición futura, y es por lo tanto una advertencia a la iglesia. De la misma forma el v. 10 los coloca en el reino del sexto rey. La bestia sube del Abismo y vuelve a su destrucción en el Abismo o infierno. Esto enfatiza la naturaleza satánica de la bestia al venir del pozo del infierno y recibir su autoridad de Satanás (13:2, cf. 9:1, 9:11, 11:7, 20:3). Esto podría ser una referencia a Nerón que una vez fue, ahora no es (se suicidó) y vendrá de nuevo, una referencia quizás a una persecución renovada bajo Domiciano. Es más probable que se refiera al anticristo final o el hombre de pecado que está destinado a su destrucción (2 Tes. 2:3) del cual Nerón y Domiciano serían tipos. En 13:3 encontramos que la bestia tenía una herida mortal que había sido sanada.
v. 8 - y está para subir del abismo - Ver 11:7: cuando los dos testigos han terminado su testimonio, entonces la bestia que sube del Abismo los atacará y los vencerá. Es la misma bestia que hace guerra contra los santos y los vence (13:7). Sale del Abismo, que es la morada de los demonios. El hecho de que salga del Abismo lo vincula con Satanás que es el ángel del abismo (9:11).
v. 8 - e ir a perdición - Será arrojado al lago de fuego, junto con el falso profeta y, más tarde, Satanás (ver 19:20).
v. 8 - y los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será - Juan estaba asombrado cuando vio a la mujer. El mundo se asombrará cuando vea a la bestia (ver también 13:3, donde el mundo se asombra de la herida mortal que había sido sanada). Esto podría ser una referencia al mito de Nerón redivivo, en que Domiciano sería visto como Nerón resucitado. Hay algo acerca de la reaparición de la bestia que asombra al mundo, probablemente porque será tan inesperado como lo será la Segunda Venida de Cristo. Será una sorpresa para el mundo que hará lamentación por Su venida. Pero los santos que están en el libro de la vida no serán engañados por él; aquellos conocen a su Dios lo resistirán firmemente (Dn. 11:32).
v. 9 - Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer - Por segunda vez en el libro se requiere sabiduría, así como se requiere sabiduría para calcular el número de la bestia (13:18). La bestia tiene siete cabezas que son los siete montes sobre la que se sienta la mujer. Esto la identifica con la Roma del tiempo de Juan. La gran ciudad es más que sólo Roma, pero Roma era el ejemplo supremo en ese tiempo. Su lujo excesivo, su orgullo y su persecución eran bien conocidos, como sus siete montes. Johnson señala que la palabra traducida acá como montes (oros:G3735) se traduce en otras partes de Apocalipsis como montaña. También señala que los siete montes se refieren a la bestia y no a la mujer. Las montañas alegóricamente se refieren a los poderes del mundo en los Profetas (Is. 2:2, Jer. 51:25, Dn. 2:35, Zac. 4:7). Ver Dn. 2:35, "mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra". La expresión en el próximo versículo que son también siete reyes identifica a las montañas como siete reyes.
v. 10 - y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo - Se requiere sabiduría una vez más. Las siete cabezas de la bestia son siete montes y también siete reyes. Son siete encarnaciones de la bestia y el número siete debe ser tomado simbólicamente. Cinco han caído y uno es y otro aún no ha venido. Así que una de las cabezas es actualmente un rey, pero note que en v. 11 la bestia no es. Es posible que Juan se esté proyectando hacia atrás al reino de Vespasiano. Los cinco que habían sido son, por tanto, Augutso, Tiberio, Calígula, Claudio y Nerón; el que "es" es Vespasiano; el que aún no ha venido es Tito (Barclay). Hay muchas permutaciones más posibles, y ninguna es satisfactoria. Las dificultades surgen de tomar "siete reyes" como un siete literal en vez de significar completo, una serie completa de emperadores. Están viviendo en el tiempo del sexto rey y es mayormente un tiempo de quietud. Hay un solo mártir contemporáneo (Antipas) y parte de la iglesia está dormida. Está colocando a sus lectores en el tiempo del sexto por razones simbólicas: a la sexta trompeta y la sexta copa, las fuerzas se reúnen para la demostración final, en tanto que cada una de las séptimas describen un tiempo corto pero crucial de crisis. Si no se mantienen despiertos ahora, cuando venga la crisis estarán entre los habitantes de la tierra cautivados por la bestia - el Anticristo que no discernieron (Sweet). El otro no ha venido, pero cuando venga "es necesario que dure un breve tiempo". Esto muestra el conocimiento previo y la voluntad de Dios. Es más probable que el rey "que es" sea Domiciano, un tipo del anticristo venidero. El séptimo rey no es la bestia, que es el octavo rey. Uno debe recordar también que los reyes tienen reinos, así que los siete reyes pueden interpretarse también como una sucesión de (no necesariamente siete) imperios. En el próximo versículo encontramos que la bestia es un octavo rey y que pertenece a los siete. Por lo tanto los siete reyes deben ser tomados como una serie de imperios tiránicos que persiguen a la iglesia. Son proto-bestias. Recuerde que estas siete cabezas son las cabezas de la bestia, siendo el octavo rey el anticristo.
v. 11 - La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a perdición - La bestia no es el séptimo rey que debe permanecer por un tiempo. Pero pertenece a los siete y va hacia su destrucción. Su destrucción aparece en 19:20 y también en 2 Tes. 2:7-8. Note la repetición del v. 8, "la bestia que has visto, era, y no es; y está para subir del abismo e ir a perdición". Reaparecerá en el futuro del pozo del infierno e irá a su destrucción. Apocalipsis está diseñado para mostrarnos la victoria final del bien sobre el mal. Él es la encarnación suprema de los siete reyes anteriores. Siete representa lo completo y no debe tomarse literalmente. Ocho es uno más que siete, y ocho es el número de Cristo; él es la falsificación de Cristo (ver 13:18). La bestia pertenece a una serie completa de siete reyes, estuvo presente una vez en el mundo pero no está aquí ahora, sino que reaparecerá en el futuro en una forma nueva. Hay alguna validez en el concepto de que podría aparecer en un imperio romano redivivo o aun en un imperio papal. La bestia probablemente debe ser identificada con la cuarta bestia de Dn. 7:23, "la cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará". Su destrucción se muestra en Dn. 7:26 (ver también Dn. 11:45).
v. 12 - Y los diez cuernos que has visto son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia - Diez es un número simbólico y los diez reyes es un número completo de reyes, no necesariamente diez. Reinan por una hora, un tiempo corto según lo ve Dios. Esta hora es la última hora mencionada en su carta (1 Jn. 2:18). Se unirán al anticristo para la última batalla que se menciona en v. 14 y también en 16:14, 19:19. Podrían ser los reyes del este (16:12). Los diez reyes pueden ser también los diez reyes de Daniel que vienen del reino de la cuarta bestia (Dn. 7:24). También pueden ser los reyes de la tierra mencionados en 19:19. Sea quienes sean, son "figuras puramente escatológicas que representan a la totalidad de los poderes de todas las naciones sobre la tierra que han de someterse al anticristo" (Beckwith, citado por Mounce). El número diez es simbólico e indica algo completo. No apunta a diez reyes específicos ni a diez reinos europeos o a un imperio romano redivivo (Mounce).
v. 13 - Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia - El propósito que tienen en común es hacer guerra contra el Cordero (v. 14) y para hacer esto le dan su poder y autoridad a la bestia que es otro rey. Sin embargo, los propósitos de Dios son diferentes a sus propósitos, que es que ellos destruyan a Babilonia (17:16-17).
v. 14 - Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de Señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles - El título Señor de señores y Rey de reyes se remite atrás a Dt. 10:17 (también Sal. 136:3, Dn. 2:47, 1 Tim. 6:15) y se repite en 19:16 que es presumiblemente la misma batalla. En 1:5 se lo describe como "el soberano de los reyes de la tierra" y encontramos su cumplimiento aquí. Así como la bestia hace guerra contra los santos (13:7) y los vence, ahora hace guerra contra el Cordero pero pierde. Esto se menciona en 19:19 que es la segunda venida. Los elegidos del Cordero, seguidores elegidos y fieles son llamados su ejército (19:14). Esta es llamada también al batalla de Armagedón de la sexta copa (16:14). Esta es claramente la segunda venida (v. 15). Esto debe identificar a la bestia como el anticristo a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida (2 Tes. 2:7-8). Una vez más hay una referencia al salmo mesiánico 2:1-5. Para sus seguidores elegidos y fieles, ver los ejércitos del cielo (19:14) y los 144.000 de 14:4.
v. 15 - Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, y muchedumbres, naciones y lenguas - Habiendo descrito a la bestia, el ángel ahora dirige su atención a la mujer. "Las aguas que has visto" se refiere atrás al v. 1 donde vio a la gran prostituta que se sienta sobre muchas aguas. Estas son interpretadas como los pueblos del mundo, los que adoran a la bestia y de donde surge la bestia. La bestia surge del mar que es también las naciones. Note la descripción en cuatro partes, que indica que ella gobierna sobre los cuatro rincones de la tierra.
v. 16 - Y los diez cuernos que viste en la bestia, éstos aborrecerán a la ramera, y la dejarán desolada y desnuda; y devorarán sus carnes, y la quemarán con fuego - En su deseo de poder la bestia y los diez reyes (diez cuernos) destruirán el mundo, su comercio y su brillo, y así cumplirán con el propósito de Dios. Nerón, el emperador, de hecho incendió a Roma, lo que tipifica lo que está por venir. La bestia... aborrecerá a la prostituta... y la quemarán con fuego. En Lev. 21:9 el castigo por ser una prostituta era ser quemada en el fuego. Su fin es el fuego, del que el humo que sale sube por los siglos de los siglos (19:3). También corresponde al fin de los otros enemigos de Dios, el diablo, el falso profeta y la bestia que son arrojados al lago de fuego y azufre (20:10), y de los que adoran a la bestia y a su imagen (14:11, 20:15). Estos reyes devoran sus carnes así como las aves comen la carne de los reyes y los generales más adelante en la gran cena de Dios (19:17). La destrucción de Babilonia también coincide con la séptima plaga (16:17). Los diez reyes reciben autoridad por una hora junto con la bestia y luchan contra el Cordero (17:14, ver también 19:19 que ubica la destrucción de Babilonia cerca de la segunda venida de Cristo). Si Babilonia se toma como el poder eclesiástico, entonces habiendo conseguido lo que necesitaba de ella, que hiciera que el mundo adorara a la bestia, ahora la destruye. Milligan, que ve a la mujer como la religión falsa, da un ejemplo que Juan conocería, donde la iglesia falsa y la bestia persiguen a la verdadera iglesia pero luego la bestia destruye a la iglesia falsa. Cuando lo crucificaron a Jesús, Pilato les dijo a los judíos, "¿A vuestro Rey he de crucificar? Respondieron los principales sacerdotes: No tenemos más rey que César" (Jn. 19:15). Tenemos un ejemplo de la mujer que monta o controla a la bestia, y sin embargo en 70 d.C. los ejércitos romanos tuvieron éxito en destruir a Jerusalén por completo y todos los que estaban en ella.
v. 17 - porque Dos ha puesto en sus corazones el ejecutar lo que él quiso: ponerse de acuerdo, y dar su reino a la bestia, hasta que se cumplan las palabras de Dios - Ellos, la bestia y los diez cuernos, son ayudantes dispuestos. Su propósito es hacer guerra contra Cristo y Su ejército (ver v. 14) pero Dios los usa para llevar a cabo sus propósito a fin de destruir a la prostituta.
v. 18 - Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la tierra - En el Antiguo Testamento la dos ciudades indicadas como "gran ciudad" son Nínive y Jerusalén, y está también la "gran Babilonia". La interpretación de la mujer como la gran ciudad, significa Babilonia (ver 18:2, 10, 21, es decir Babilonia la grande). En el tiempo de Juan era Roma, un tipo de Babilonia. Roma representa todo lo que es del mundo. Babilonia gobierna sobre los reyes de la tierra, como lo hacía Roma y todas las otras ciudades capitales de los imperios del mundo. Probablemente se la coloca última a fin de presentar la próxima sección sobre su destrucción. Deberíamos ver a la gran ciudad, que es el mundo, como una falsificación de la Nueva Jerusalén que es, por supuesto, la Iglesia. La gran ciudad es una ciudad compuesta. La vimos primero en 11:8 que es donde yacen los cuerpos de los dos testigos. La ciudad es llamada figurativamente Sodoma y Egipto donde su Señor fue también crucificado. También sabemos que estaba ebria con la sangre de los santos (17:6). La ciudad terrenal gobierna el mundo; la Jerusalén celestial es gobernada por Cristo (xxxx).
Fuentes: Apocalipsis.Org