Hasta que no te quedas embarazada hay términos o incluso partes
de tu cuerpo que desconoces. Las mujeres
vivimos en un mundo paralelo donde nuestra intimidad femenina es ignorada.
A partir del positivo en el embarazo
comenzamos a aprender una terminología nueva y a salir de esa ignorancia -a
veces elegida- a base de blogs, libros sobre maternidad y publicaciones por
doquier.
Hoy, casi 8 años después de convertirme en
madre, sé muchísimas más cosas que cuando empecé en esto. Y entre esas cosas
que he aprendido, está el hecho de darme cuenta de lo necesario que es que las
mujeres sepan maternar antes incluso
de quedarse embarazadas. Maternar no es sólo planificar, conseguir un embarazo
o parir. Para mí maternar es mucho más. Es aquello que enseñaban las mujeres de
antes a sus hijas y a las niñas de la familia en cuanto entraban en su edad
fértil. Eso que podía verse en la calle, algo que se palpaba y respiraba,
jóvenes embarazadas, mujeres lactando, familias con niños que cuidaban entre
todos. Hoy en día cuando una niña se convierte en mujer, cuando experimenta su
primera menstruación las enseñamos poco más que medidas de higiene y se las
mete un poquito de miedo porque ya pueden
quedarse embarazadas, ¡menudo marrón!
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