Tras la muerte de Filipo V de Macedonia, el joven rey Perseo, su sucesor, se encontró con un reino preparado para la guerra; tras más de 30 años combatiendo contra Roma, Filipo V pensaba que un nuevo conflicto con la superpotencia emergente era inevitable, motivo por el cual, tras la derrota de Cinoscéfalos (197 a.C) y el consiguiente tratado de paz con Roma, había comenzado nuevamente el rearme de su reino. Aunque la derrota en la Segunda Guerra Macedónica (200-197 a.C) supuso el fin de su preeminencia sobre Grecia, Filipo no tenía la menor intención de resignarse y acatar el nuevo orden sin más. Comenzará el rearme de su ejército y su marina de guerra y cuando en el año 179 a.C. muere, su hijo continuará su política.

No obstante, los primeros años de reinado del rey Perseo verían una Macedonia en paz, cumplidora de sus obligaciones y acuerdos con Roma y las actividades del rey estuvieron centradas en consolidar su poder dentro del reino, continuar el rearme del ejército macedonio y en la reconstrucción de las fortalezas y los puestos claves en las fronteras macedonias; las sospechas del Senado sobre el nuevo rey parecieron tomar forma cuando este decidió aliarse con los bastarnos, una tribu germánica especialmente belicosa. Macedonia ya no iba a seguir comportándose como un súbdito leal de la república romana que tras varios ataques contra sus aliados, declarará la guerra a Perseo en el año 172 a.C.
El ejército macedonio estaba formado por unos 39.000 infantes y unos 4000 jinetes. Al igual que el resto de ejércitos helenísticos contemporáneos basaba sus tácticas, equipo y organización en el ejército de Filipo II y Alejandro III y estaba formado por soldados profesionales en el que los regimientos de la falange constituían algo más de la mitad del total de la infantería, reclutados entre ciudadanos. Y es que la falange era sin duda el “arma definitiva” de los ejércitos helenísticos, desempeñando el resto de unidades (infantería ligera, escaramuceros y caballería) un papel de apoyo. Actuaba como una fuerza de choque: avanzaba hasta tomar contacto con el enemigo para acto seguido, actuar aplicando toda su presión contra el centro de su línea. En el momento preciso, la caballería cargaba en orden cerrado tras haber flanqueado al enemigo, actuando a la manera de un martillo sobre el yunque.
La formación ideal constaba de 64 syntagmas, mandada cada una de ellas por un syntagamatarchosy a su vez, la estructura de una syntagma partía de la idea de la fila de 16 hombres (lochoi) mandada por un lochagos (primer soldado de la fila), ayudado por el ouragos (último soldado de la fila). Como unidad básica, dos syntagmas se agrupaban en una pentekosiarquia, integrada por unos 512 hombres. La agrupación de dos formaciones de este tipo constituía una chiliarquia de 1024 soldados, al frente de la cual estaba el chiliarca. Las formaciones de mayor rango incluían la merarchia (2048 guerreros), la phalangarchia (4096 hombres) agrupadas en dos alas (keras), constituidas por la suma de 32 syntagmas dispuestas bajo el mando de un kerarka, en total 8192 hombres. La suma de ambas alas formaba el ejército (phalanx) mandado por el strategós.

la Sarissa, una larga pica de unos siete metros de longitud y unos cinco kilos de peso, presentaba en un extremo un pesado contrapeso de bronce que permitía al lancero equilibrar la pica y al mismo tiempo proyectar por delante suyo los dos tercios restantes de la misma.

La fuerza de la falange residía en su masa de picas en la que los lanceros de las cinco primeras filas proyectaba las puntas de sus sarissas por delante de la formación a intervalos de un metro; así, mientras la falange permaneciera en orden cerrado para cualquier enemigo que atacase frontalmente era prácticamente imposible romper la formación. No obstante, era preciso tener asegurados los flancos ya que los piqueros no podían hacer frente con rapidez a cualquier ataque procedente de otra dirección que no fuese el centro.Los pezhetairoi de las filas traseras colocaban sus picas en un ángulo de 70º-80º, y este ángulo iba decreciendo a medida que nos acercamos a la primera línea de combate. Esta formación, además, era eficaz contra las flechas del enemigo.

falange macedonia en formación

Ambos ejércitos situaron avanzadillas por delante de sus respectivos campamentos; los puestos avanzados romanos estaban ocupados por tropas aliadas y el más adelantado de ellos, se acomodaban soldados pelignos y marrucinos junto con dos turmae de caballería samnita, todos bajo el mando de Marco Sergio Silo. Parece que las avanzadillas macedónicas estaban compuestas por un grupo de unos 800 tracios.

Auxiliar Macedonio
Los ejércitos de la antigüedad, normalmente contaban con esclavos que se ocupaban de las tareas cotidianas liberando así a las tropas de pesadas tareas como encargarse del cuidado y alimentación de los animales, del forrajeo, cocina, etc. De esta forma, al finalizar el largo y caluroso día, grupos de esclavos de ambos bandos se acercaron al río para aprovisionarse de agua; unos esclavos romanos perdieron el control de una mula que intentó cruzar la corriente y fue capturada por los auxiliares tracios. Tres soldados italianos la siguieron, dando muerte a uno de los tracios que la sujetaba, acción que provocó que acudieran los compañeros en auxilio del resto, dando comienzo una lucha que inmediatamente atraerá a las tropas de los puestos avanzados. Seguidamente, ambos bandos se desplegaron y muy pronto el grueso de los dos ejércitos estaba involucrado en el combate, combatiendo ya duramente a medio kilómetro de la empalizada del campamento romano. En el caos que se produjo, cada unidad salía del campamento, se disponía en formación de combate y avanzaba hacia el enemigo, sin que en principio se formase una línea de combate convencional.


legionario romano
Debemos tener en cuenta que la falange era ante todo, una unidad de lanceros (de unas 16 filas de fondo) con escasa movilidad y capacidad de maniobra y que por detrás no había reservas; sólo eran efectivos si presentaban ante el adversario un muro de sarissas sin fisuras. Un macedonio, equipado principalmente con una sarissa de 7 mts, (aunque contase como señalamos con espadas) sólo estaba entrenado para luchar como parte de un grupo. Frente a esto, los legionarios romanos luchaban principalmente con la espada y aunque eran maestros en las formaciones, muy flexibles y maniobreros, podía pelear cuerpo a cuerpo con terrible eficacia.

"En el nombre de Roma". Goldsworthy, Adrian
Editorial Planeta S.A. Barcelona 2010También puede interesarte:Alesia: cumbre de la polirocética romanaFarsalia: Cesar aplasta a Pompeyo
