Revista Cine

La Música clásica

Publicado el 10 noviembre 2008 por Jjgutierrez

¿Quién no ha escuchado alguna vez una pieza tan popular como la de Johann Sebastian Bach; ‘Tocata y fuga en Re menor ‘? O ¿Quién no se ha deleitado con la Sinfonía Nº 6 Pastoral de Ludwig van Beethoven? Y es que para entender y apreciar la música del cine es necesario conocer y comprender sus orígenes. Y decimos esto porque la inmensa mayoría de compositores de la música del cine han estudiado y aprendido de estos genios que han legado a la humanidad uno de los tesoros más valiosos; el arte de la música clásica.
Por eso es difícil amar a Williams, Rózsa o Newman y no sentir nada por Vivaldi, Mozart o Schumann. La música clásica fue el score de los siglos XVIII y XIX. Los compositores clásicos se inventaban historias y luego las explicaban con notas en el pentagrama. Eran historias de amor, tristeza, dolor y a veces odio. Si hubieran podido, le habrían puesto imágenes a sus partituras, y ese es el privilegio que tienen los compositores de bandas sonoras. Es verdad que muchas veces no es tan romántico y todo se ha industrializado. Ahora las cosas vienen más ‘empaquetadas’, más sintéticas, más comerciales. Pero en un mundo desalmado y feroz, todavía hay sensibilidad y belleza en artes como la música. Cuando escuchas la armonía de un piano, con los violines de fondo, y a eso le unes un montón de instrumentos más, lo que sucede es que te ves transportado, se te llena el corazón y sientes que la vida tiene cosas muy hermosas. Eso debían sentir los grandes como Chopin, Handel o Tchaikovsky. Y transmitían ese sentimiento a la gente que les escuchaba. ¿Acaso no sentimos algo parecido cuando escuchamos la música de Steiner, Bernstein o Morricone?
Con la llegada del siglo XIX y la entrada del ‘Romanticismo’ se unirán más instrumentos a las partituras, y con ello más sensaciones y creatividad. Solo hay que escuchar a Serguei Rajmaninoff (1873 - 1943) en su concierto Nº 2 - para piano y orquesta (1901), para comprender el esplendor y la belleza en su máxima expresión. Rózsa utilizaría parte de este concierto en su Score; Historia de 3 amores en 1953.
En unas sociedades cultas donde el arte musical tiene mucho arraigo es muy normal ver a los jovencitos, y me refiero al este y norte de Europa aprender solfeo y tocar varios instrumentos. Así que no es de extrañar que muchos llamados ‘grandes’ provengan de esta parte del mundo. Compositores como Stravinsky o Rachmaninoff, Franz Schubert, Franz Lizst, Rimsky Korsakov sin olvidar que también Italia (Vivaldi) aportaron mucho al mundo de la música, sobre todo, con la opera y España con la zarzuela. Ejemplo de gran compositor español fue Manuel de Falla, un músico universal de principios del siglo XX.
Algunas bandas sonoras, en esencia, parecen piezas clásicas del siglo XIX, como ejemplo;

Philip Glass
Las horas 2002 James Horner
Willow
1988
Trevor Jones Cristal Oscuro 1982
También debemos destacar el hecho de que en diferentes bandas sonoras se inserten piezas clásicas, así fue con,

John Barry
La letra escarlata 1995 Adrian Johnston Jude 1996 George Delerue Platoon 1987 Carmine Coppola Apocalypse Now 1979 Wojciech Kilar El pianista 2002 Trevor Jones Excalibur 1981
El perfil de los grandes compositores nos muestra a una persona culta, formada, con estudios en las distintas áreas de la composición, dirección, orquestación y otras especialidades. Me gustaría poner un ejemplo de la formación de un gran compositor como botón de muestra.

James Horner

Hijo de Harry Horner (su padre fue un gran director) nació en Los Ángeles (California) el 14 de agosto de 1953. A los cinco años inició sus estudios de piano, pero fue en Inglaterra dónde él se formó musicalmente, cursando sus estudios en dos centros, en el Holland Park School, y en el prestigioso Royal College of Music de Londres. Su influencia más importante llegó de la mano del músico húngaro György Ligeti con quien estudio composición. A mediados de los setenta sacó una licenciatura de música en la universidad del sur de california, y consiguió un master en teoría musical y un doctorado en composición y teoría musical en UCLA.

Por algún tiempo fue profesor de música en UCLA y durante ese tiempo escribió una obra de concierto, de música clásica. Poco después comenzaría su carrera como compositor de bandas sonoras. Dicen algunos expertos que su inspiración viene de clásicos como Prokofiev y Shostakovich. Solo hay que escuchar algunos de sus temas para comprobar esto como es el caso de Braveheart.

¿Le queda duda a alguien de la vinculación entre una música y otra?

Es evidente la complicidad que existe entre la música clásica y las bandas sonoras (y no me refiero a los temas de canciones que se venden en Cds aprovechando el gancho de un film, y que últimamente está tan de moda). Conocer y disfrutar de los grandes clásicos de la historia nos ayudará a apreciar más a los compositores de nuestro tiempo. Ahora comprendo mejor porque a la mayoría de ellos, no solo les gusta componer la partitura, sino que además dirigen la orquesta, y muchas veces ellos mismos hacen los arreglos musicales. A esto se le llama trabajar duro. Y muchas veces en tiempos record.


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