La música de Chumbivilcas

Cuando los españoles tomaron control de todas las provincias del Perú, trajeron consigo una cultura diametralmente opuesta a la que ocuparon, causando por esto una fusión y sincretismo de dos culturas, tradiciones y cosmovisiones. Sin embargo, algunos aspectos de su cultura se los guardaron muy de cerca. Este fue el caso de los instrumentos de cuerda (descontando el charango) durante la época de la hacienda estaban prohibidos para cualquiera que no fuera de origen español, ya que se consideraban una parte esencial y pura de su cultura. Quizá a modo de protesta (algo que se podría esperar de nuestra gente brava), los hermanos chumbivilcanos tomaron estos instrumentos—en particular la guitarra y la mandolina—y los volvieron una parte esencial de su cultura.

Ya sea por este sentimiento de protesta o simplemente por la musicalidad que corre por las venas de este pueblo, hoy la música tradicional de Chumbivilcas es parte importante de la vida de cada ciudadano de la provincia, y el que menos puede tocar un instrumento. No es sorprendente ver a jóvenes chumbivilcanos barajando guitarra, mandolina, y las tradicionales flautas conocidas como pinkuyllus, acompañando estos ocasionalmente con sus voces en armonía.

Por esta musicalidad que es como una segunda naturaleza para nuestros hermanos chumbivilcanos, los conjuntos musicales son muchos y variados. Los conjuntos más comunes son los tios de dos guitarras y una mandolina, con uno de los tres músicos sirviendo también de cantante. Sin embargo, las combinaciones son miles, incluyendo también a otros instumentistas y vocalistas mujeres, formando también cuartetos y quintetos.

Si bien los chumbivilcanos comparten muchas de las tradiciones españolas, como por ejemplo la ferviente tauromaquia y el uso de estos instrumentos en su música folclórica, siempre lo han hecho de una manera independiente y muy personal. Es por esto que, incluso en las plazas de toros, nunca interpretan temas españoles sino sus propias composiciones—que muestran influencias no solo del wayno sino incluso del jazz y otras tradiciones.

Gracias a que esta tradición es tan querida por todos los chumbivilcanos, se ha podido mantener viva a través de los años e incluso ante los embates de la modernidad y las nuevas vertientes musicales, y es por eso que a mediados del siglo pasado, una serie de dedicados músicos chumbivilcanos fueron capaces de viajar a la capital para poder inmortalizar sus canciones en discos de vinilo. Hoy, a través de la tecnología que cada día logra unirnos más a las distintas culturas, podemos disfrutar de la música de estos talentosos hombres y mujeres.

Foto: El Conjunto Pancho Gómez Negrón (Crédito: Sergio Urday para LazosdeOro.com)

Uno de los más prominentes y queridos conjuntos de esta tradición musical fue el Conjunto Pancho Gómez Negrón, quienes empezaron a grabar sus composiciones en 1972 y hasta el día de hoy continúan interpretándolas a todo público. Aquí puedes escuchar una de sus canciones:

Quizá uno de los conjuntos más importantes y originarios de este movimiento musical fueron, sin embargo, los Auténticos Qorilazos, un conjunto conformado por los hermanos Lucho, Víctor e Inocencio Serrano, originarios de Colquemarca, en Chumbivilcas. Según nos cuenta Julia Serrano, allegada de estos hermanos, el conjunto fue muy prolífico para la región, llegando a grabar más de 42 canciones, que se podían escuchar en 3 discos de 45 RPM e incluso 3 LPs.

Una de las canciones más populares de estos hermanos fue “Prisionero”, reproducida aquí:

¡Sigue escuchando más sobre estos talentosos músicos! Junto con muchos otros, son una verdadera joya de la cultura chubivilcana y cusqueña, y que merece recorrer el mundo entero.

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