La música de los Oscar.
Capítulo 2: Años 50 y 60
Continuando con nuestra historia, llegamos a la década de los 50. En 1950 Franz Waxman se lleva el Oscar en la categoría de drama por su înolvidable trabajo en Sunset Boulevard en dura pugna con el lirismo trágico de Sansón y Dalila a cargo de Victor Young y cla omposición aventurera y vibrante de Max Steiner en El Halcón y la Flecha (The Flame and The Arrow). Son estos tres scores, perfectos exponentes del estilo compositivo y lírico de la época.
Durante estos años encontramos grandes obras musicales de su época dorada. Grandes actores y compositores prestan su talento en obras galardonadas como Johnny Green y Saul Chaplin por Un Americano en París en 1951, Adolph Deutsh y, de nuevo, Saul Chaplin por Siete Novias para Siete Hermanos en 1954 o Alfred Newman y Ken Darby por El Rey y Yo en 1956. Aunque no obtuvo el galardón, no podríamos olvidar a Lennie Haytonpor Cantando Bajo la Lluvia que en 1952 se tuvo que conformar con la nominación al premio que obtuvo Alfred Newman por Con una Canción en mi Corazón.
Mención especial en esta categoría merece la factoría Disney, que si bien no el reconocimiento de la Academia en forma de premios, si lo hizo en forma de merecidas nominaciones por joyas como Cenicienta y Alicia en el País de las Maravillas en 1950 y 1951 respectivamente.
En 1957 se establece una nueva categoría, la de orquestación (score), siendo el primer ganador Malcolm Arnold por su inmortal composición bélica para El Puente sobre El Río Kwai como inmortal también es el score que Miklòs Rozsa crea para Ben-Hur y con la que gana el Oscar en 1959.
Llegando a la la década de los 60, encontramos en 1961 galardones para Desayuno con Diamantes, de Henry Mancini como mejor música original y a nombres importante en el género como musical como Saul Chaplin, Johnny Green, Sid Ramin e Irwin Kostal por West Side Story como mejor musical.
Aunque no ganó el Oscar, no podríamos olvidar el trabajo de Elmer Bernstein en Los Siete Magníficos en 1960 que se convirtió en un icono del salvaje oeste por derecho propio desde entonces. En 1962, Maurice Jarre nos regala su inolvidable composición para Lawrence de Arabia y encontramos la primera nominación del maestro Jerry Goldsmith por Freud.
En 1964 la factoría Disney se lleva de nuevo el gato al agua en la categoría de mejor música original con Mary Poppins a cargo de los hermanos Sherman.
Un año después, de nuevo Maurice Jarre obtiene el reconocimiento de la academia por otra obra atemporal para una película igualmente atemporal: Doctor Zhivago. Entre las nominaciones destacadas, el cine religioso, en boga en aquella época, encuentra en el score de Alfred Newman para La Historia Más Grande Jamás Contada uno de sus mejores exponentes.
En 1966 John Barry gana su primer Oscar por Nacida Libre, que ya revisamos en un especial dedicado al genial compositor. Su estrella se prolonga durante 1968, año en el que repite galardón por El León en Invierno. Ese mismo año encontramos de nuevo nominado a Jerry Goldmith, que regala a sus seguidores un clásico de la ciencia-ficción en El Planeta de los Simios.
La década se cierra en 1969 con otro clásico del Oeste, Dos Hombres y un Destino, con el que pianista y compositor estadounidense Burt Bacharach consigue el Oscar y con la nominación de John Williams por Los Rateros (The Reivers).
Aún queda mucha historia que revivir. Acompañadnos en este viaje.
¡Hasta pronto!
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