La música se vino al sur (I): Territorios Sevilla 2012

Cuatro escenarios montados al aire libre. Una temperatura idónea (rara en Sevilla a estas alturas) y centenares de personas dispuestas a pasarlo bien escuchando música para todos los gustos. Esto puede parecer un anuncio, pero no hay que confundirse. El Festival Territorios Sevilla, en su recién cumplida edición número quince, demostró ser el evento musical ineludible en el sur español.Ocho de la tarde del viernes 18 de mayo. Sevilla comienza a vibrar con el gentío que se aproxima al Monasterio de la Cartuja. La masa no se aproxima para ver una de las muchas exposiciones del CAAC (Centro Andaluz de Arte Contemporáneo). La cita hoy es otra bien distinta. No había camisetas para los madrugadores en llegar como sí hubo la edición anterior. Pero muchos de los asistentes no retrasaron su entrada demasiado.Jóvenes que jugaban a diferenciarse cual tendencias de ver el mundo a través de la música sólo con su vestimenta. Aquí el mito del viejo rockero volvió. Unos más jóvenes que otros pero con camisetas para la ocasión esperaban lo más duro del cartel. Con una organización más que mejorada respecto a la del año anterior, el Territorios Sevilla 2012 logró cumplir casi con escrupuloso rigor los horarios acordados para los 42 grupos citados y un tráfico en los accesos a los escenarios de sobresaliente.Desde el primer momento en pisar el césped cartujano se oía ya la música de los cercanos a la entrada Falsalarma y un nutrido grupo de fans alzaban las manos a la formación catalana en el escenario Territorios.Unos doscientos pasos después, cocinando un caldo de cultivo que empieza a dar buenos resultados y se consolida en sonido, se encontraba El Puchero del Hortelano. Sin duda, las dos apuestas más minoritarias para abrir boca fueron Full, banda de tendencia pop a caballo entre Madrid y Sevilla, y un hueso viejo del blues español, Lolo Ortega. Lo primero que llegaba a los oídos servía para entonarlos de cara a una noche larga e intensa musicalmente. Lolo Ortega / © GritanlosdedosEn la barra, los precios se mantenían inmutables e incluso en el stand del merchandising las cifras no parecían demasiado infladas para estar en un festival.Cuando la noche cayó y un insospechado frío en la capital andaluza tomó las riendas de la velada, aquellos que habían reservado su llegada para los cabeza de cartel se hacían notar como público en los escenarios más mayoritarios, Cruzcampo y Territorios.Los catalanes Love of Lesbian, que últimamente llenan lo indecible, salieron a presentar ‘La noche eterna. Los días no vividos’ con un público entregado que se elevaba a su décima potencia. Un respetable incapaz de ver que los mensajes de estas nuevas canciones no volverán a significar tanto como ‘1999 o cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando la luna’. Digno de mención el vestuario de algunos fans, ataviados cual amante guisante, falso héroe de Te hiero mucho. Bromas aparte, la banda se mostró correcta, sin arriesgar demasiado y a todo lo que daba la voz de Santi Balmes, que francamente tampoco es mucho. Brindaron composiciones coreadas por el respetable como 1999 o Incendios de nieve. Eso sí, no escaparon de entonar Club de fans de John Boy y, por supuesto, sembrar la apoteosis final con el germen de la bailable Algunas plantas, himno mofa sobre el perroflauta. Love of lesbian / © GritanlosdedosLa noche empezaba a pintar bien pero el frío no quería dar tregua a los que habían previsto un festival demasiado veraniego. Checopolaco sembró tranquilidad en el escenario Ron Brugal. El estilo del granadino, ex miembro de Lori Meyers y también ocasional de otros grupos de la talla de Los Planetas o Lagartija Nick, late entre el pulso continuista de la batería propia de Los Planetas y la pausa adormecida de otras pistas. Como bien hablaba para su disco, era un trabajo al que se acercaría a echarle un oído quien tuviera curiosidad. Lo mismo le ocurrió en suelo sevillano. Escuchar de fondo a Checopolaco fue escuchar a un músico que aún tiene mucho que decir y que no le falta experiencia aunque no  supo demostrarlo todo. Para el público era el gran desconocido de una hora punta (00:15) y consiguió reunir a un buen número de mentes atentas a descubrir nueva música. Concierto tranquilo y sin groupis que pelearan por la primera fila. Julián Méndez y su banda se dejaron ver tímidos tanto en la entrada como en la salida. Repasó su corta discografía en solitario -apenas una hora- a la vez que exprimió los mejores temas, cual naranjas para zumo, estirando su media mitad favorita del cítrico Verte al norte y se fue con la digna alegría de haber pasado por un festival que crece de forma bestial. Checopolaco / © GritanlosdedosMuchos de los antílopes no quisieron despegarse demasiado de las proximidades del escenario Territorios donde después de ver a un Tricky que decepcionó en general al público llegó Amaral para cerrar bocas. La banda zaragozana impregnó su fuerte personalidad en un escenario hecho a su medida donde no faltaron grandes himnos de antaño que sabían bien ya en la lejanía de los años. Aunque no sonó por completo su último trabajo ‘Hacia lo salvaje’ sumergieron al público en un ambiente auténticamente de repertorio festivalero y que tiende a ser más que electrizante. Eva se mostró enérgica y desgarradora y Juan Aguirre como el buen guitarrista en la sombra que siempre será. No olvidaron hacerle un guiño a los estudiantes de la Universidad de Sevilla dedicando Un día más. El grupo demostró estar pasando su mejor momento y eso hasta los más reacios a la banda de Zaragoza supieron reconocerlo. Algún despiste al final con la cejilla en la guitarra de Juan para comenzar un tema -Cuando suba la marea- que despediría a Amaral del Territorios Sevilla. Amaral / © GritanlosdedosOtro de los grupos más esperados de la noche, Los Enemigos, reclutó a buena parte de los auténticos rockeros de Sevilla. La banda madrileña, liderada por Josele Santiago, abría el primero de una serie de conciertos tras su esperada vuelta a los escenarios. Para los que ya los habían visto y los que deseaban hacerlo fue un concierto único. Los Enemigos se reconciliaron con su pasado a base de canciones de su larga discografía.Con un manto de flores Fuel Fandango se presentaba a una hora intempestiva donde buena parte del público había dado cerrojazo a esta jornada. El grupo comenzó a dar rienda suelta a un espectáculo, donde predominaba su trabajo homónimo, que mezcló flamenco, rock, funk y electrónica magistralmente. Todo este eclecticismo puso una de las mejores bandas sonoras de la noche en el Monasterio de la Cartuja por su arriesgada apuesta. La voz de Nita brilló y el experimentalismo en sus composiciones recordó el porqué de un éxito que lleva rozando la cúspide desde que agotaran entradas en casi todas las ciudades españolas por las que han girado.La noche iba terminando con un regusto a música electrónica. Los últimos escenarios en ofrecer sonido, el Territorios y el Cruzcampo, se despidieron con más de dos horas a cargo de Basement Jaxx Dj Set y Tiga, respectivamente. El festín musical del viernes había tocado a su fin pero aún quedaban las buenas vibraciones que traía el segundo día de festival.Entradas relacionadas:El Territorios Sevilla completa su cartel con... 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