Revista Diario

La Música y los fansumers

Por Ivarsmas @ivarsmas

El otro día me quedé hasta tarde viendo la tele y vi dos programas de TV que me dan para un post.

Uno iba sobre el fenómeno fan, algo que realmente me sorprende siempre que lo veo, personas que, inexplicablemente para mí, lo dan todo por otra, que solo viven por otra persona, o grupo de estas, bien sea cantante, conjunto musical..  que idolatran y dedican gran parte de su vida a imitarlos, a seguirlos, a pensar en ellos, y en consecuencia en consumir todo lo que tiene que ver con esa (en realidad) marca.

Nunca he sido un fansumer a ese nivel, en mi caso lo veo como algo muy absurdo, una cosa es admirar a alguien por su trabajo, obra, logros, que lo entiendo a la perfección y lo comparto en muchos casos, en especial a nivel profesional creo que debemos tener referentes en los que fijarnos e intentar alcanzar como incentivo. Pero otra muy distinta es poner por ello tu vida en un nivel inferior absoluto, convirtiendo la pasión que despierta en ti, en devoción religiosa cambiando tu orden de prioridades.

Entre ambos niveles, entiendo que algo debe suceder, porque el fenómeno fan es un hecho y si nos fijamos donde más es visible quizás es en el mundo de la música. La industria musical actual conjuga muy bien todas las reglas del branding, desde la creación de productos y marcas, hasta conseguir auténticos seguidores y consumidores = fansumers, dispuestos a darlo todo por conseguir un poco de la marca.

Por tanto si observamos la música comercial, podemos ver algunos ingredientes a tener en cuenta para aplicar y beneficiar a nuestra estrategia de branding.

Para empezar el nombre, continuando por el continente y el contenido, o dicho de otro modo el mensaje.

En el caso de la música además de buscar un artista atractivo/a, y hoy en día a poder ser con marcado carácter sexual, se acompaña de melodías pegadizas, y si encima sus letras, o cualquiera de las características del conjunto tocan los sentimientos, mejor que mejor, y justo es ahí donde podemos aprender algo e imitarlo.

Porque cada cantante o grupo que es fenómeno de masas, además de la imagen, el nombre y la música que toca, evidentemente, trasmite un mensaje, que llega a los que acaban siendo fans de un modo especial, y por eso es un mensaje que cala hondo en ellos.

Quizás ahora no sea tanto de calado social como en otras épocas, o si, o quizás apela a valores, tendencias o sentimientos como la libertad, el amor, la rebeldía, la independencia, el desamor… La cuestión es que te tocan la fibra, y a partir de ese momento cambian de solo gustar, sin más, a llegar a tener fans.

Y es que el apelar al sentimiento al transmitir tu marca, es una de las estrategias más contundentes para obtener este resultado, ya que el sentimiento creado, si acertamos con él, nos tocará la parte sensible dejando relegado nuestro lado racional y obteniendo un unión muy estrecha entre marca y usuario, que consigue fidelizar.

Tenemos ejemplos claros de éxitos recientes como las campañas de BMW y el “..¿te gusta conducir?..” o la de IKEA “..Donde caben 2 caben 3..”, por nombrar solo algunos que ni hablan del producto, pero llegan y consiguen su objetivo a través del mensaje, más que cualquier otro anuncio.

Cuando la marca no es un grupo, puede ser algo más complejo el transmitirla apelando a los sentimientos, pero una vez que tenemos claro este punto, deberíamos trabajar en explotar esta virtud, entendiendo que sentimientos y a través de que mensaje queremos llegar a nuestros consumidores para así obtener para nuestra marca auténticos FANSUMERS.

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