Una mutación, es un cambio en el material genético de un ser vivo. Todos conocemos casos de mutaciones con las que convivimos en la vida diaria. Un ejemplo habitual, es el cáncer adquirido. Es decir, el cáncer que es provocado por la exposición a un agente mutagénico. El cáncer de pulmón que se produce en los fumadores, o el cáncer de piel habitual en la gente que toma demasiado el sol. Porque las mutaciones no son solo producidas por productos químicos, también las distintas radiaciones ionizantes pueden provocar cambios en nuestro genoma.
Muchos os estaréis preguntando si todas las mutaciones son producidas por productos químicos o radiaciones. Pues no, en nuestro genoma, y en el de todos los seres vivos, también se dan mutaciones espontaneas.
Las ADN polimerasas, las enzimas encargadas de copiar el genoma tienen errores. Su tasa de error es muy pequeña, además, tienen mecanismos para corregir sus propios errores, pero no son completamente eficaces. De vez en cuando, con una probabilidad muy baja, estas enzimas cometen un error. Este error originado, puede tener efectos perjudiciales, es decir, provocar una enfermedad. También puede ocurrir una mutación que no tenga ningún efecto. Por último, una mutación puede ser beneficiosa.
Al fin y al cabo, la mutación es la fuente de variabilidad de la que se sirve la evolución. Si no fuera por las mutaciones, la vida en la tierra no habría cambiado desde que surgió. Una mutación nueva, si es buena, se verá beneficiada por la selección natural consiguiendo más descendencia. De esta manera, se hace más común y finalmente se impondrá a otras alternativas peores.
Si la mutación no aumenta la probabilidad de supervivencia del individuo que la porta, acabará desapareciendo gracias al mismo proceso.
Pero ¿Si las mutaciones pueden ser malas o buenas, por qué solo vemos las malas, las que causan enfermedades?
Esto se debe, a que las mutaciones siempre son aleatorias. Nosotros, somos como somos gracias a millones de años de evolución, que fueron seleccionando las mejores mutaciones en cada caso. Es muy poco probable que una mutación al azar sea mejor que todas las que poseemos, ya que estas sufrieron un proceso de competencia que dejó solamente a las mejores. Una analogía simple, es lo que ocurre cuando le damos un golpe a un reloj. Todas las piezas que este tiene dentro fueron colocadas así porque es la forma en que mejor cumplen su función. Dándole un golpe, introducimos una variación, es decir, una mutación, y esta es al azar. Es tremendamente improbable que mejoremos el reloj de esta forma. Esto no quita, que siempre que se nos para el reloj, lo primero que hagamos sea darle un par de golpecitos.
Todo esto no quiere decir que no pueda surgir en nosotros una mutación mejor. Podría ocurrir, pero con una probabilidad ínfima.
Es cierto que la evolución tiene como materia prima a la mutación, pero esta tiene una tasa tan baja de aparición, que resultaría tremendamente lenta, mucho más lenta de lo que ya es. Esto se debe a que la evolución, trabaja principalmente con las miles de combinaciones posibles que hay entre estas mutaciones. La recombinación sucede en la meiosis, en la producción de células reproductivas. Es un proceso en el cual se mezclan de todas las maneras posibles las distintas mutaciones presentes, con la esperanza de que surja una combinación mejor que las anteriores. De este modo, la recombinación potencia el efecto de la mutación. De cierta manera, pretende incluir todas las mutaciones buenas en un solo individuo, produciendo un ser vivo con gran éxito, y relegar todas las mutaciones malas a otro, que no conseguirá tener descendencia, de manera que las mutaciones malas desaparecerán de la población. Por supuesto, todas las alternativas intermedias son posibles, pero según cierta lógica cruel, lo deseable biologicamente hablando sería el caso extremo.
En definitiva, la mutación no es mala en si misma. Es el proceso por el cual llegamos a ser lo que somos. Por desgracia, somos tan perfectos que es muy difícil mejorarnos. Por eso, todas las mutaciones que nos rodean habitualmente dan lugar a una enfermedad.
En cualquier caso, no tentéis a la suerte. Si veis una señal de ¡Peligro rayos X! No os acerquéis. La probabilidad de que os produzca una mutación beneficiosa, es muy cercana al cero.
Orson López