El famoso publicista Bob Parks ha planteado, en un artículo publicado en decenas de periódicos estadounidense, esta pregunta: “¿Son los latinos intelectualmente inferiores a nosotros?”.
Latino es hispano: básicamente, quien tiene apellidos de origen español, y que figura así en los formularios identificativos; Bob Parks, que es negro, consta como afroamericano.
Afirma que las autoridades de EE.UU. deben creer que los latinos son tontos al facilitarles las condiciones culturales de su origen, lo que no hacen con otras minorías.
Por eso, denuncia, el país está llenándose de carteles en español, mientras que otras culturas tienen que adaptarse solo al inglés.
El español, que arrancó del suroeste y de Florida y Puerto Rico, está invadiendo el centro y el noroeste, donde nunca tuvo influencia.
Parks protesta porque los autobuses de Nueva York, Boston o Chicago tienen letreros en inglés y español. Lo coherente sería que esas ciudades usaran idiomas más tradicionales allí, como holandés, italiano, alemán, yiddish o polaco, dice.
Bob Parks exige que los hispanos se integren en la corriente principal de la cultura estadounidense, porque tras escapar de la opresión y de la pobreza no deben recrear el miserable mundo que abandonaron.
”Y ahora, por su culpa, ya ponen esa extraña letra “gn” en los ordenadores”, protesta refiriéndose a la “ñ”.
E, inesperadamente, al nombrarla, bastantes periódicos introdujeron la “ñ” de verdad en la tipografía de su artículo, porque la “ñ” está introduciéndose implacablemente en el alfabeto del inglés-americano.