Hubo un tiempo en que la palabra globalización estaba por todas partes. No hace ni diez años, no podía haber en el mundo ni político ni científico social que no utilizara este concepto aparentemente tan novedoso pero que tras de sí no escondía más que la extensión del capitalismo de siempre con ganas de cargarse las identidades nacionales de occidente y la extensión de internet.
En este contexto se comenzó a hacer conocida una iniciativa ideada por el premio nobel de economía James Tobin que proponía al establecimiento de un impuesto global a las transacciones financieras. La idea fue recogida por un movimiento contestatario francés que, utilizando las siglas de ATTAC, promueve la justicia económica global. Huelga decir que el pobre Mr. Tobin, tan liberal él, repudiaba a quienes le habían hecho caso por considerar que utilizaban su idea para fines distintos de los que él había considerado.
Fuera como fuera, la globalización se fue apagando. Ya no se habló más de las tremendas conexiones que cambiaban el mundo, de las inclusiones y exclusiones de este nuevo sistema internacional pues, pareció claro, no existía tal y sólo nos encontrábamos ante la misma historia de siempre pero sin fantasma al acecho.
ATTAC se franquició y sobrevivió hasta estos tiempos de crisis a través de propuestas dentro de los círculos alternativos y de movilización social. Ahora su voz y sus propuestas quizás vuelvan a ser escuchadas como en aquellos inicios de la presente década de beneficios económicos y ERE's injustificables.
Hoy, a través del blog de la editorial Icaria -siempre al quite de las cuestiones actuales para ofrecernos un libro que acompañe el análisis de la realidad- me entero de la última iniciativa de ATTAC España: la nacionalización de las cajas de ahorros españolas.
La idea, que a muchos les aterrorizará pero que yo considero justa e imprescindible, consiste en la nacionalización de las cajas de ahorros, recuperando su titularidad y gestión pública e impidiendo de esta manera que el erario público invierta fondos en estas entidades sin adquirir derechos de gestión y sin restarles ningún tipo responsabilidades a quienes han llevado a la mayoría de éstas a la quiebra técnica.
Puedes informarte y firmar a favor de esta iniciativa a través de este enlace. Si no eres el gobernador de España, deberías hacerlo.