Revista Cine

La naranja mecánica

Publicado el 12 noviembre 2011 por Bojiano

Título original: A Clockwork OrangeLA NARANJA MECÁNICA
País: Reino Unido


Año: 1972


Dirección: Stanley Kubrick

Guión: Stanley Kubrick, basado en la novela homónima de Anthony Burges

Argumento:

Alex es un joven menor de edad al que le gusta Bethoween y la ultraviolencia, que consiste en dar palizas, violar y realizar todo tipo de actos violentos sin sentido ni finalidad alguna. Sus compañeros de fechorías, sus drugos, son otros tres jóvenes de edades aproximadas que comparten la misma filosofía de vida y que lo toman como el lider de su banda. Beben leche-plus, que al parecer, venden legalmente en algunos establecimientos. Se trata de una bebida láctea con alguna droga estimulante, y probablemente alucinógena.

La acción es narrada por Alex en primera persona en una jerga denominada "nadsat", que Kubrick suavizó un poco en la versión cinematográfica. Burgess creó esta jerga introduciendo términos del ruso junto con otras palabras inventadas por él mismo, con el fin de crear una novela atemporal, cuyo lenguaje nunca pareciera arcaico o desfasado. En las ediciones de la novela suele venir un glosario con el significado de las palabras en nadsat para facilitar la comprensión del lector, que no siempre puede inducir el significado por el contexto.

Alex es un verdadero psicópata adolescente que disfruta con la violencia y las violaciones. En una de sus agresiones comete un asesinato y lo encierran en la carcel. Tras un tiempo entre rejas le proponen un tratamiento psicológico experimental para eliminar sus impulsos violentos y lascivos a cambio de conmutarle la pena. El tratamiento "Ludovico" consiste en sentarlo frente a una pantalla de cine donde se proyectan imágenes de ultraviolencia mientras se le administra una droga que le provoca nauseas. Tiene la cabeza inmovilizada y unos alambres mantienen sus párpados abiertos para que no pueda cerrar los ojos (lo cual tiene cierto parecido con las condiciones en las cuales los prisioneros de la caberna de Platón observan las sombras que son proyectadas sobre el muro para engañarles). El tratamiento, genuinamente conductista (enseguida veremos lo que significa), trata de que el cerebro de Alex asocie el malestar físico provocado por las náuseas con la ultraviolencia. El brutal método funciona durante algún tiempo. El dilema lo plantea el hecho de que Alex no puede realizar actos violentos o sexuales, pero no porque haya entendido que no debe hacerlos si pretende poder vivir en sociedad. Alex desea con todas sus fuerzas abandonarse a la ultraviolencia y el sexo, pero no puede hacerlo, porque su cuerpo reproduce la sensación de malestar asociada a estos actos debido al tratamiento Ludovico.

A su salida de la carcel gracias al tratamiendo Ludovico, toda la violencia que Alex había infligido se vuelve contra él


La filosofía de Burgess y Kubrick

En una ocasión asistí a un concierto de un grupo musical de Red Skins, una tribu urbana con estética parecida a la neo-nazi, pero con ideología de extrema izquierda. En una de las canciones, el estribillo decía así: "¡Alex, mi querido drugo!", en clara alusión a La Naranja Mecánica y la "ultraviolencia" que practica el protagonista. La Narana Mecánica era una de mis obras preferidas, y entonces no hacía demasiado tiempo que había leído la novela. Me sentí indignado al comprobar que aquellos individuos no habían entendido el mensaje de la obra, que denunciaba precisamente lo que ellos estaban ensalzando.

Esta anécdota resulta más escalofirante si se piensa que Anthony Burgess escribió en 1962 La Naranja Mecánica basándose en un drama de su experiencia personal: en 1944, cuatro soldados estadounidenses robaron y violaron a su esposa, en Inglaterra, y que estaba embarazada y abortó debido a la violencia del acto <http://es.wikipedia.org/wiki/La_naranja_mecánica>. Al escribir esta distopía inspirada en aquel acontecimiento traumático, Burgess debió tratar de meterse en la mente de alguien capaz de realizar ese tipo de actos brutales para comprender el por qué de lo ocurrido, lo cual no debió se fácil para él. Quizá fue una forma de exorcizar el mal.

La Naranja Mecánica es otra obra literaria perteneciente al género de las distopías. La distopía es lo opuesto de la utopía. Si lo utópico presenta sociedades perfectas y felices, lo distópico aventura futuros habitualmente cercanos en el tiempo donde impera el totalitarismo, la dominación a través de la tecnología, o simplemente la decadencia, como en el caso de La Naranja Mecánica. Me centraré en la grandilocuente adaptación cinematográfica de Stanley Kubrick en 1971, haciendo alusiones a la novela si viene al caso. (quien quiera saber más sobre la obra de Burgess puede descargar la novela gratuitamente aquí http://muchoebooks.blogspot.com/2009/02/la-naranja-mecanica-anthony-burges-la.html).

Esta obra realiza una crítica demoledora al conductismo, una escuela de psicología que practicaba un método llamado "condicionamiento". El conductismo es una escuela psicológica heredera del positivismo filosófico, vigente hasta no hace mucho en psicología. Los psicólogos conductistas consieraban (y consideran) que el método científico exige estudiar cosas tangibles, no hacer suposiciones sobre la mente, o el inconsciente como el psicoanálisis, por ejemplo, que son cosas imposibles de demostrar. La conducta, el comportamiento de un individuo, es observable, y por tanto, se puede experimentar con él y conocer científicamente.

Por razonable que pueda parecer este planteamiento, el conductismo se resistía y negaba la existencia de la mente como fenómeno, y se limitaba a hablar de "conductas aprendidas". La enfermedad mental no existe puesto que no existe la mente, según el conductismo. Los individuos aprendían según el esquema "estímulo-respuesta", y lo que en planteamientos psicológicos menos científicos se conocía como enfermedades mentales, para estos psicólogos eran conductas mal aprendidas, o conducas aprendidas nocivas para el individuo.

El condicionamiento, método por excelencia en el conductismo consiste, por ejemplo, en aplicar descargas eléctricas al individuo ante una conducta indeseada para corregirla. En el caso de La Naranja Mecánica se trata de administrar sustancias revulsivas mientras el individuo visiona imágenes que se corresponden con la conducta que se intenta erradicar. Las imágenes serían el estímulo que desencadena como respuesta la conducta extremadamente violenta de Alex.

LA NARANJA MECÁNICA
La razón de esta ferviente oposición de Burgess y Kubrick, entre muchos otros, al modelo conductista nace del hecho de advertir el poder para doblegar la naturaleza humana que posee el condicionamiento conductista. Además, considerar al ser humano como un ser dotado de conducta, pero no de mente, supone, en cierto sentido, "cosificar" (tratar como cosa) al ser humano. Muchos intelectuales debieron pensar que el conductismo era un poder demasiado peligroso que podría ponerse al servicio de estados totalitarios o dirigistas (no necesariamente dictaduras, puesto que las pinceladas que Kubrick nos da de la sociedad que engendra a ese monstruo que es Alex no parece un totalitarismo).
De una distopía se suele esperar la descripción de una sociedad futura con un orden establecido, al cual denuncia el autor, o una situación decadente o totalitaria a la cual se ha llegado a través del progreso tecno-científico. En La Naranja Mecánica sólo se ofrecen pinceladas sobre la situación social que ha llevado a los jóvenes (puesto que Alex y sus drugos no son los únicos, sino que se da a entender que es un fenómeno extendido) a practicar la ultraviolencia. Si bien en el film de Kubrick no aparece de forma explícita, en la novela se explica que mientras estos jóvenes practican la ultraviolencia en las calles, sus mayores permanecen pegados a sus respectivos televisores, donde se emiten "programas mundiales". Una vez más, como en muchas otras distopías, la televisión y los medios audiovisuales aparecen como elementos idiotizantes de las masas, cuando no como instrumentos de control social esgrimidos por los poderes fácticos. En Kubrick, simplemente, los adultos viven sumergidos en una existencia feliz de colores vivos para empapelar las paredes, barbitúricos adormecedores de la conciencia y una ignorancia absoluta sobre lo que sus hijos hacen en horario extraescolar.


Otro dato que apunta Kubrick en el atrezzo de los decorados de las escenas de su film, es que el tema del arte en la sociedad de La Naranja Mecánica está compuesto casi exclusivamente por motivos sexuales, rozando lo pornográfico, mezclados con algunos toques pop-art. De hecho, se ha dicho que el gran director intercaló imágenes pornográficas subliminales, algo que, dicho sea de paso, no sé por qué no he comprobado hasta ahora. Esto no deja de ser curioso si se tiene en cuenta que las violaciones son una de las expresiones más comunes de la ultraviolencia. En la novela, Alex comete su asesinato golpeando a una mujer madura con un busto de Beethoven. En el film de kubrick, sin embargo, el arma homicida es una escultura en forma de pene gigantesco.

En mi opinión, Kubrick y Burgess reflejan una sociedad en la que se intenta doblegar a través de la tecnología del tratamiento Ludovico, una naturaleza humana que nadie se ha preocupado en educar. La película muestra la hipocresía de una sociedad que encierra y doblega a Alex por su violencia anárquica y caótica, mientras las instituciones practican también la violencia, pero de forma ordenada y regulada. La policía es viloenta, el funcionario de prisiones es una padorida de la figura del dictador, el trabajador social (o lo que sea) encargado de llevar el caso de Alex es violento , los mendigos y las víctimas del joven son violentos... El tratamiento Ludovico es extremadamente violento. La expresión "la violencia engendra violencia" cobra un nuevo sentido con La Naranja Mecánica, puesto que se podría interpretar que es una expresión bidireccional. Me explico: una sociedad con violencia regulada por las instituciones junto con la pasividad de los "educadores" engendra violencia caótica juvenil Y la violencia caótica juvenil engendra violencia por parte de las gentes y las instituciones.


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