El Abad, sentado en el sillón verde del laboratorio de frey Kaistos, se inclinó un poco hacia adelante para empezar a hablar:
- Me vais a perdonar pero soy viejo y tengo que ordenar mis ideas. Así que voy a contar nuestra historia desde el principio. Los eruditos están de acuerdo en que no se sabe quiénes fueron los primeros gobernantes de la extensión que ahora ocupa el Imperio. Ahora bien, sí sabemos que desde antiguo hubo ciertos pobladores que vinieron aquí desde las amplias estepas del Este, que se desplazaron hasta las tierras del oeste, lejos de las montañas de las nieves perpetuas del noreste y que acabaron formando varios reinos. El más importante de ellos fue el reino sinardo que primero estuvo en el noroeste pero que poco a poco fue extendiéndose hacia el este y el sur. Fueron ellos los que fundaron la ciudad portuaria de Kalistos, que acabaría siendo su capital.
Awlin, desde su escondite en la lámpara del techo, se dio cuenta de que no tenía ni una pizca de sueño. Estaba concentrado en lo que estaba diciendo en el Abad y, por una vez, sintió que se olvidaba incluso de las inquietudes sobre sus propios orígenes.
El Abad, se pasó la mano por la frente y miró hacia arriba para después continuar:
- Como sabéis, ese pequeño reino sinardo es la base del Imperio que conocemos hoy. Los comentaristas de los antiguos textos, escritos a veces de forma bastante tosca, nos dicen que se trataba de un terreno montañoso y orogáficamente complicado, con clima muy frío y con condiciones difíciles, hizo a la población fuerte, ruda, rebelde y tenaz. Aunque ha habido personas (esencialmente críticos al actual Imperio) que han dudado de dichas características, ningún hecho concreto nos hace dudar de que esa fuera su verdadero carácter. Las crónicas de sus primeras beatitudes (que es como se llamaba a los antiguos eremitas que vivían en pequeñas construcciones suspendidas en las montañas) nos muestran a personas que, con pocas posibilidades y recursos, levantaron verdaderas arquitecturas de montaña, más complicadas y fuertes a medida de aprendían cuáles eran las características de los materiales con los que las hacían.
Awlin miró al perro. Uzi, estaba tranquilamente tumbado a los pies de Frey Kaistos y sólo alguna vez alzaba un poco una oreja intentando oír algo. Pero no parecía que hubiera nada que le inquietase, así que seguía con tranquilidad tumbado, casi inerte en el frío suelo de piedra. Después miró al búho mensajero, que estaba mirando con aquellos ojos inexpresivos, aunque no se movía. No creía que le hubiera descubierto pero con esos animales nunca se sabía. La tranquilidad que se respiraba en aquella habitación casi parecía irreal después de la noche que habían pasado.
- Con el tiempo, la fuerza expansiva del reino sinardo hizo que empezara a conquistar territorios que, o bien no pertenecían aún a ningún otro potentado, como así pasó con el área de los tres ríos en el centro del territorio, lugar muy accidentado que no era, en principio interesante para nadie; o bien ganaron a otros nobles y ocuparon sus territorios de manera más o menos violenta. Por las crónicas sabemos que algunos de esos territorios aceptaron de buen grado la ocupación como el gran ducado de Anirándina, en el suroeste, mientras que otros se opusieron y la conquista fue dura y complicada como pasó con la del condado de Tandras en la isla situada en el Océano de Kalistenin, al sureste de la Península que constituía el terreno del Imperio.
El hombre alto y fibroso habló entonces:
- Ese condado aún existe y por lo que me han dicho en el viaje hasta aquí, está bajo ataque.
- Sí, dijo el Abad, un arquero nos ha avisado.
El hombre asintió, pero no dijo nada más así que el Abad continuó.
- Hace 500 años los territorios se unificaron en un solo reino, en la persona de Rainigen II, rey de Sinardia. Pero en ese momento aún no era un Imperio. Sin embargo, tras el ataque de las gentes del mar que vinieron del Oeste, hace 273 años, el rey Gironliano IV se proclamó emperador y desde ese momento, hasta el día de hoy, ese Imperio ha resistido intrigas, ataques e incluso guerras como la que nos enfrentó al reino fronterizo de Esmedriania al este hace más de 125 años. Sin embargo, la victoria hizo que, aunque siguiera siendo independiente, no haya intentado ningún otro ataque, que sepamos, por el momento.
Awlin miró por la ventana y vio a Frey Sabelior mirar hacia arriba. Sin embargo, no vio a nadie en el balcón, así que debió suponer que no había nadie y siguió hacia la parte posterior del recinto. Suponía que iría hacia los establos, aunque conocía la aversión del monje cascarrabias a los animales. El perro y el búho seguían tranquilos, así que no debía ocurrir nada de gravedad.
- Así llegamos al momento actual. Como sabéis, nuestro emperador, Toringen III, acaba de fallecer. El problema que se plantea es grave porque la viuda es ambiciosa y, como muchos pensábamos, sólo estaba esperando a que su marido falleciera para intentar usurpar el trono al verdadero heredero. Pero creo que ahora debe seguir Arturiano que lo sabe mucho mejor que yo.
Awlin no entendía por qué el Abad daba paso al sinardo, pero decidió que aquello era demasiado interesante como para dejar de escuchar, sea quién fuera el que hablara...
- "Como sabéis, aunque estudié en el Gran Monasterio de Os, nunca tomé órdenes y me dediqué al comercio. Aunque mi hogar siempre será la casa familiar en Kalistos, mis viajes me han llevado por todo el territorio del Imperio e incluso alguna vez he pasado las fronteras para comerciar en los reinos vecinos. Durante los últimos meses, sin embargo, los viajes han sido muy accidentados y no he sido el que más ha perdido en diversos ataques. Tenéis que saber que una de las rutas más productivas es la que va desde la ciudad portuaria más importante del sudoeste, Esdáloren, pasa por el complejo del Monasterio de Nirania en el centro y llega hasta la ciudad portuaria del Sudeste, Mirándomir y desde allí en barco, continúa hasta la ciudad de Karas, en la isla del Condado de Tandras. Los comerciantes de esa isla viajan lejos por el Océano Minádrico, obteniendo muchos mercancías raras que se venden bien aquí. Pues bien, uno de mis empleados, que dirige desde hace muchos años, esa ruta fue asaltado por piratas en el mar. Se defendió bien, pero perdió parte del pedido en la refriega.
Es evidente que no he venido aquí a hacer un recuento de las pérdidas que llevamos estos últimos años, mucho más cuantiosas que normalmente, sino por algo que oyó cuando, habiendo cogido presos a algunos de los atacantes, hacían el camino de vuelta.
Para entender lo que dijo, es preciso volver atrás, a la primera boda del Emperador recientemente fallecido, Toringen III".
Se levantó y empezó a pasear arriba y abajo por la habitación. Cualquiera podía entender que estaba nervioso.
- "
Cuando el emperador era joven se enamoró perdidamente de Eberalda de Esmingen, la heredera de un rico principado del norte y decidió casarse con ella. Las crónicas, el Abad me corregirá si me equivoco, dicen que el amor fue correspondido por ella y que fueron una pareja feliz desde el primer momento. La boda se celebró en la capital, Oberania, y los festejos posteriores duraron varios días. La alegría de los cónyuges fue completa cuando nació su heredero, un niño fuerte y robusto, a quien llamaron Everingen.
La Emperatriz volvió a quedarse embarazada, pero en las fiestas en honor al padre de Toringen III, Rotigraldo IV el Amable, su caballo se encabritó. El Emperador le había dicho que no era necesario que ella se montara a caballo, pero a ella siempre le había gustado y aquella era una ocasión especial. Así que, el caballo la tiró y murió casi al instante, dejando un marido desolado y un país entristecido. Pero sobre todo a un hijo de muy poca edad que nunca conocería realmente a su madre. He pensado mucho en ello, desde que soy padre de familia y sé lo que supondría para cualquier familia la pérdida de uno de los progenitores.
La corte es un imperecedero pozo de rumores: quien no los siembra, los disemina o se los cree, pero siempre hay alguien en cualquiera de esos estados. Y no siempre son los mismos. Fue entonces cuando se señaló que la caída de la Emperatriz no había sido accidental sino que alguien la había asesinado. Por supuesto, nadie en la Corte se tomó aquellos rumores con seriedad".
Awlin escuchaba lo que estaba diciendo el comerciante y aquello le parecía todo muy familiar. Había algo que no dejaba de considerar y es que le parecía que él ya lo había vivido todo aquello, pero no sabía por qué. Miró fuera de la ventana y volvió a ver que pasaba Frey Sabelior y miraba de nuevo justo para donde él estaba. Le dio ganas de sacarle la lengua si hubiera tenido, pero luego pensó que volvía de los establos y no se había ido a ninguna parte. Volvía entonces a la biblioteca, parecía ser.
- El Emperador estaba destrozado pero aún así no entendió que hubiera habido ninguna mala intervención, así que rechazó los rumores y continuó con los rituales del luto por la Emperatriz. No dio orden de investigar los hechos y simplemente se entregó a los deberes del cargo.
A los tres años de aquello y cuando parecía que el Emperador no estaba interesado en volver a casarse anunció su compromiso en la Fiesta primaveral de los Claveles con la condesa Abalina de Tandras. Aquello extrañó sobremanera a todos porque nunca había estado bien considerada en la corte su familia: eran demasiado ... ambiciosos. Se rumoreaba que siempre habían querido derrocar a la Casa de Benaltres, reinante en el Imperio desde que se proclamó emperador Gironliano IV.
Sin embargo, el matrimonio fue feliz, tuvieron cuatro hijos y nunca en estos años hubo motivos, al menos que supiéramos los que estábamos alejados de la corte, para sospechar de ella. Pero justo ahora después de la muerte del Emperador, los hijos de Abalina declaran la guerra al heredero Everingen.
El hombre alto, enjuto y fibroso se levantó entonces y dijo:
- Creo que la continuación de la historia me corresponde a mí contarla. -dijo y miró directamente a Arturiano-. Hay algo que no sabe, comerciante. No todos los hijos de mis padres están a favor de esta guerra civil.
- Usted ha dicho "de mis padres" - dijo Frey Kaistos.
- Sí, Frey, conocemos su fama en la Corte. Dije mis padres porque efectivamente, el Emperador Toringen III, recientemente fallecido y la Emperatriz Abalina son mis padres, pues yo soy Erevin, duque de Golondin, y estoy aquí para reunir apoyos , aunque parece que llego tarde porque ya ha estado aquí el chambelán imperial Astano.
Awlin estaba conmovido. Nunca hubiera supuesto que aquel hombre enjuto y rudo y de una expresión tan enojada fuera un príncipe imperial.
Todo el mundo se arrodilló ante el Príncipe Imperial, pero él, con un gesto, les indicó que volviesen a sus asientos. Entonces comenzó a contar su historia...
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The Abad's story:
The Abbot, sitting in the green chair in Frey Kaistos's laboratory, leaned forward a little to begin to speak:
- You're going to forgive me but I'm old and I have to organize my ideas. So I'm going to tell our story from the beginning. Scholars agree that it is not known who were the first rulers of the area now occupied by the Empire. Now, we do know that since ancient times there were certain settlers who came here from the wide steppes of the East, who moved to the lands of the west, far from the mountains of perpetual snow in the northeast and who ended up forming several kingdoms. The most important of them was the Sinard kingdom, which was first in the northwest but gradually spread to the east and south. They were the ones who founded the port city of Kalistos, which would end up being their capital.
Awlin, from his hiding place in the ceiling lamp, realized that he was not even a bit sleepy. He was focused on what he was saying at the Abbot and, for once, he felt that he was forgetting even the concerns about his own origins.
The Abbot passed his hand over his forehead and looked up and then continued:
- As you know, that small Sinard kingdom is the basis of the Empire we know today. The commentators of the ancient texts, sometimes written in a rather crude manner, tell us that it was a mountainous and orographically complicated terrain, with a very cold climate and difficult conditions, which made the population strong, rude, rebellious and tenacious. Although there have been people (essentially critics of the current Empire) who have doubted these characteristics, no concrete fact makes us doubt that this was their true character. The chronicles of their first beatitudes (which is what the ancient hermits who lived in small buildings suspended in the mountains were called) show us people who, with few possibilities and resources, built true mountain architectures, which grew more complicated and stronger as they were acquainted with the characteristics of the materials they built them with.
Awlin looked at the dog. Uzi was lying peacefully at the feet of Frey Kaistos and only occasionally raised one ear a little trying to hear something. But there didn't seem to be anything enough worrying for him, so he continued lying calmly, almost inert on the cold stone floor. Then he looked at the messenger owl, who was watching with those expressionless eyes, motionless. He didn't believe that he had discovered him but with those animals he never knew. The tranquility that was felt in that room almost seemed unreal after the night they had spent.
- Over time, the expansive force of the Sinard kingdom made it begin to conquer territories that either did not yet belong to any other potentate, as happened with the area of the three rivers in the center of the territory, a very rugged place that wasn't then interesting to anybody; or they won over other nobles and occupied their territories in a more or less violent way. From the chronicles we know that some of those territories willingly accepted the occupation, such as the grand duchy of Anirándina, in the southwest, while others opposed it and the conquest was hard and complicated, as happened with the county of Tandras on the island located in the Kalistenin Ocean, southeast of the Peninsula that constituted the territory of the Empire.
The tall, wiry man then spoke:
- That county still exists and from what I have been told on the trip here, it is under attack.
- Yes, said the Abbot, an archer has warned us.
The man nodded, but said nothing more so the Abbot continued.
- 500 years ago the territories were unified into a single kingdom, in the person of Rainigen II, king of Sinardia. But at that time it was not yet an Empire. However, after the attack of the sea people who came from the West, 273 years ago, King Gironlian IV proclaimed himself emperor and from that moment, until today, that Empire has resisted intrigues, attacks and even wars such as the one that confronted us with the border kingdom of Smedriania to the east more than 125 years ago. However, the victory meant that, although it remained independent, it has not attempted any other attack, as far as we know, for the moment.
Awlin looked out the window and saw Frey Sabalior looking up. However, he did not see anyone on the balcony, so he must have assumed that there was no one and he continued towards the back of the compound. He assumed he would go towards the stables, although he knew the cantankerous monk's aversion to animals. The dog and the owl were still calm, so nothing serious could have happened.
- Thus we arrive at the current moment. As you know, our emperor, Toringen III, has just died. The problem that arises is serious because her widow is ambitious and, as many of us thought, she was just waiting for her husband to die to try to usurp the throne from the true heir. But I think that now Arturiano should continue, he knows it much better than me.
Awlin did not understand why the Abbot gave way to the sinard, but decided that this was too interesting to stop listening, whoever was speaking...
- "As you know, although I studied at the Great Monastery of Os, I never took orders and dedicated myself to commerce. Although my home will always be the family home in Kalistos, my travels have taken me throughout the territory of the Empire and I have even occasionally crossed the borders to trade in neighboring kingdoms. During the last few months, however, the trips have been very eventful and I have not been the one who has lost the most in various attacks. You have to understand that one of the most productive routes is the one that goes from the most important port city in the southwest, Esdáloren, passes through the complex of the Monastery of Nirania in the center and reaches the port city of the Southeast, Mirándomir and from there by boat, continues to the city of Karas, on the island of County Tandras. Merchants from that island travel far and wide across the Minadric Ocean, obtaining many rare goods that sell well here. Well, one of my employees, who has been running that route for many years, was raided by pirates at sea. He defended well, but lost part of the order in the fray..
It is evident that I have not come here to recount the losses we have suffered in recent years, much greater than normally, but because of something my agent heard when, having taken some of the attackers prisoner, my people were making their way back to Esdáloren.
To understand what he said, it is necessary to go back to the first wedding of the recently deceased Emperor, Toringen III."
She got up and started pacing up and down the room. Anyone could understand that he was nervous.
- "When the emperor was young he fell madly in love with Eberalda of Esmingen, the heiress of a rich northern principality and decided to marry her. The chronicles, the Abbot will correct me if I am wrong, say that the love was reciprocated by her and that they were a happy couple from the first moment. The wedding was celebrated in the capital, Oberania, and the subsequent celebrations lasted several days. The joy of the spouses was complete when their heir was born, a strong and robust child, whom they named Everingen.
The Empress became pregnant again, but at the festivities in honor of Toringen III's father, Rotigrald IV the Kind, her horse reared. The Emperor had told her that it was not necessary for her to ride a horse for the occassion, but she had always liked it and this was a special occasion. So, the horse threw her and she died almost instantly, leaving a devastated husband and a saddened country, and, above all a very young son who would never really know his mother. I have thought about it a lot since I became a parent and I know what the loss of one of the parents would mean for any family.
The court is an everlasting well of rumors: whoever does not plant them, spreads them or believes them, but there is always someone in any of those states. And they are not always the same. Some people then maintained that the Empress's fall had not been accidental but that someone had murdered her. Of course, no one at Court took those rumors seriously."
Awlin listened to what the merchant was saying and it all seemed very familiar to him. There was something that he kept considering and it seemed to him that he had already experienced all of that, but he didn't know why. He looked out the window and saw that Frey Sabellior was passing by and looked again right where he was. He made her want to stick her tongue out at him if he had, but then he thought that he was coming back from the stables and hadn't gone anywhere. He then returned to the library, it seemed.
- "The Emperor was devastated but still he did not understand that there had been any bad intervention, so he rejected the rumors and continued with the rituals of mourning for the Empress. He gave no order to investigate the facts and simply surrendered to the duties of the office.
Three years after that and when it seemed that the Emperor was not interested in remarrying, he announced his engagement at the Spring Carnation Festival, to the Countess Abalina of Tandras. That surprised everyone greatly because her family had never been well regarded at court: they were too... ambitious. It was rumored that they had always wanted to overthrow the House of Benaltres, reigning in the Empire since Gironlian IV was proclaimed Emperor.
However, the marriage was happy, they had four children and there was never any reason in these years, at least as far as those of us who were far from the court knew, to suspect her. But just now after the Emperor's death, Abalina's children declare war on the Everingen heir".
The tall, muscular man then stood up and said:
- I think the continuation of the story is up to me to tell. -he said and looked directly at Arturiano-. There's something you don't know, merchant. Not all of my parents' children are in favor of this civil war.
- You said "my parents" - said Frey Kaistos.
- Yes, Frey, we know your fame at Court. I said my parents because indeed, the recently deceased Emperor Toringen III and the Empress Abalina are my parents, since I am Erevin, Duke of Golondin, and I am here to gather support for the heir, although it seems that I am late because the imperial chamberlain Astano has already been here.
Awlin was moved. He would never have guessed that that muscular, rugged man with such an angry expression was an imperial prince.
Everyone kneeled in front of the prince and he made a signal for them to regain their places. Then he began his story:
La imagen 1 está tomada de aquí.
La imagen 2 representa a Ute y Ekkegard, margraves de Meissen, en la Catedral de Naumburgo (Alemania). Más información aquí .