"Éxito de la misión. Hemos recibido confirmación termal de que se ha producido el doble impacto", dijo el control de la misión en el Centro Ames de Investigaciones de la NASA. "Ha sido un trabajo impecable. Los instrumentos funcionaron como estaba previsto", añadió.
El primer impacto lo produjo el cohete vacío de más de dos toneladas, que causó una columna de polvo que se elevó sobre la cima del cráter, a más de seis kilómetros de altura. Le siguió poco más de tres minutos después la sonda LCROSS (Lunar Crater Observing and Satellite) que cruzó la estela, de la que recogió información antes de estrellarse.
Según los científicos de la NASA, si efectivamente existe agua en el fondo del cráter ésta fue lanzada al espacio por el doble impacto y su consiguiente aumento de la temperatura. Una vez fuera del cráter el agua quedó expuesta a la radiación solar y sus moléculas debieron separarse en sus respectivos átomos de hidrógeno y oxígeno (H20).
El doble impacto fue el capítulo final de la misión LCROSS que se inició con la partida de la sonda el 18 de junio y que la llevó a realizar órbitas en torno a la Tierra y la Luna sobre una trayectoria de casi nueve millones de kilómetros por el espacio.
El cráter fue elegido como punto óptimo tras el análisis de la información transmitida por otras misiones lunares, incluyendo la del Lunar Reconnnaissance Orbiter (LR0), señaló Anthony Colaprete, científico de LCROSS.