Cuando una persona, en cualquier etapa de su vida; y por las razones, motivaciones o circunstancias que sea; decide incursionar en el mundo de la literatura, debe de tomar inevitablemente una serie de decisiones propias del mismo proceso de iniciación al oficio de la escritura, inmersa en el quehacer literario. Algunas de ellas las revisaremos en este texto.
Una de las interrogantes que debe de satisfacer como aspirante a este noble y exigente oficio está en determinar sobre el o los géneros al cual va a entregar todo su recurso creativo y/o ficcional. Es decir, trabajará en el género de la novela, cuento, poesía, ensayo u otro más. Incluso podríamos hablar de subgéneros. Este es un paso clave para potencializar la creatividad del posible escritor.
En la mayoría de las ocasiones, cuando alguien incursiona en el oficio de la escritura, lo realiza a través de la estrategia de “escribir” una autobiografía. Y eso se entiende por varias razones. En primera, porque resulta ser la técnica más inmediata y accesible para todo aspirante literario. Y esto es así, por la sencilla razón de que tiene material a la mano.
Ese material son las experiencias de vida que el propio futuro autor tiene por su experiencia de vida. Además de que filosófica y psicológicamente, de manera consciente o inconsciente, encuentra una oportunidad para satisfacer una necesidad de catarsis para “argumentar” su propia existencia. Poner en un texto experiencias, recuerdos o sueños personales, ayuda a encontrarse consigo mismo.
De una u otra manera hemos señalado algunos vestigios de materia prima con el que cuenta el escritor. Ahora es oportuno señalar algunas herramientas con la que puede contar el mismo. Evidentemente que ahora cuenta con grandes oportunidades de desarrollo en su oficio, partiendo de la idea de que cuenta con la tecnología al alcance de su mano.
La computadora y la Internet, “facilitan” un poco el trabajo. No se confunda, la sencillez del trabajo estriba en lo que concierne a poner en limpio un texto ya trabajado. Puedes borrar, editar y mejorar el texto en una “hoja en blanco virtual”. Aunque hay quienes prefieren la máquina de escribir o hacerlo a mano.