La naturaleza en venta: cuando todo tiene un precio, nada tiene valor

La Naturaleza en venta: cuando todo tiene un precio, nada tiene valor
El monárquico astro derrota el horizonte, abdica la oscuridad ante el poder absolutista que fulmina de resplandor a todo ser, sin previo consentimiento. Es la dictadura de la naturaleza.

El firmamento se desmorona en ínfimos cristales que tiñen de verde la vista, saciando así la sed de todo ser viviente. Es el comunismo de la naturaleza.

La Luz es universal Brillando para todos por igual, sin distinción ni fronteras.

El Agua es universal, sin frontera alguna.

Dios, Alá, es la Fe en algo superior que no alcanza en nuestra finita mente, es el poder, la fuerza del Amor.

La dictadura comunista de la Naturaleza. Un mundo feliz.

Pero no todo es amor, no todo es universal.

En medio de la naturaleza, una especie se impone alzando muros en la tierra, creando barreras por estupideces como el color de piel, sexo, religión. Convirtiendo la riqueza de la diferencia, en pobreza y opresión.

La naturaleza está en venta
Cuando todo tiene un precio,
Nada tiene valor.

En un mundo en el que todo tiene un precio, nada tiene valor.

Quieren que el Sol deje de brillar para todos, pagar al Sol, apagar el Sol al que no pague.

Vender el agua limpia a precio de oro. Poner fronteras al océano.

Convertir el Amor Universal en la democracia del egoísmo, dónde los egoístas eligen comprar la naturaleza y la humanidad para venderla a cambio de dinero.

La naturaleza está en venta.
La compran los ricos por nada, para venderla por oro a los más pobres.

Compra el que no necesita, y el que lo necesita no lo puede comprar.
Compra el que no necesita, para que quien lo necesita no lo pueda comprar.

La naturaleza está en venta
Cuando todo tiene un precio,
Nada tiene valor.

En un mundo en el que todo tiene un precio, nada tiene valor.

Y que muera una niña por no poder beber agua limpia… No la matamos decimos, es su problema que no puede comprar el agua que le hemos robado gratuitamente y ahora le vendemos a precio de oro lo que siempre ha sido suyo.

Es la excusa, lavado de conciencias.
Al otro lado… decimos… cuando en realidad tan sólo hay un lado.

Una mirada triste de un hombre que ha olvidado sonreír al descubrir que no tenía dinero para comprar la felicidad.

Demasiado pronto ha olvidado su infancia en la que la felicidad estaba en el cielo abierto, infinito, lleno de estrellas sin precio, era feliz, regalaba felicidad, al no poseer nada lo poseía todo.

Ahora, al no poder comprarlo, no puede ser feliz pensando en vender su tristeza para comprar con ello felicidad.

En un mundo en el que todo tiene un precio, nada tiene valor, nadie tiene valores, porque el valor no tiene precio y ha sido delegado a la cuneta del Amor, esperando junto a Él en el banquillo.

Viendo el partido en el que el rico golea a patadas al pobre, aplaudido por la audiencia que sueña y aspira a ser el rico goleador.

La audiencia es ciega, sorda, ignorante. No conoce otra cosa que el campo de fútbol en el que le han enseñado que el bueno es el que más goles marca en la red del pobre sin importar las patadas.

Todos aplauden al rico que acaba de golear. Todos menos uno.

Ese uno, puedes ser tú.