Brincan las olas de un mar verdoso bajo el cielo gris perla del malecón trayendo a la mente la imagen romántica de una marina agitada y épica, bandazos del agua que asaltan la adormecida conciencia al abrigo de sobresaltos, que se despereza en el oleaje achispado de una tarde suspendida en la eternidad, aletargada en un sueño de aroma ultramarino.