Revista Diario

La Navidad no es igual para todos: padres divorciados

Por Belen
La Navidad no es igual para todos: padres divorciados
Llega Diciembre y aunque no quieras, hueles la Navidad. Aunque son fechas que siempre me gustaron, desde que soy madre las vivo de otro modo. Y ahora que el Peque ya es consciente de todo lo que implican estas fiestas, son más divertidas que nunca. Confieso que lo vivimos todo de una manera más hermosa, más intensa, todo adquiere un significado diferente. Los padres volvemos a vivir la ilusión y la magia a través de esos ojitos, de los ojos maravillados de nuestros hijos.
Pero no todos los padres viven por igual esta época del año. Hay parejas que ya solo comparten a sus hijos, y entonces hay que separarse de ellos. Fiestas divididas, familias divididas, regalos divididos, celebraciones por separado.
No debe ser fácil, ni para uno ni para otro, y por supuesto no debe ser fácil para los niños.
Sinceramente creo que cuando una pareja que se separa tiene hijos ha de cambiar el chip y reprogramarse. Veo muchos casos de parejas que aún separadas siguen haciéndose daño, utilizando a los niños, y no pueden avanzar. Cuando se decide poner un fin es para poder continuar, es bueno para los adultos y es vital para los niños. No, no hace falta ser amigos y darse besitos de amor cada vez que se intercambian a los niños. Pero una relación basada en el respeto es necesaria para que esos niños no sufran, vean la normalidad de su situación y no noten carencias.
A esos padres separados, a esas madres que creen morir al verles marchar el fin de semana, pensad en lo que he dicho al principio, pensad en sus ojos llenos de magia e ilusión, pensad en su inocencia, para ellos todo esto es especial. Y aunque sea difícil, aunque ya no seáis una familia "al uso", se puede y se debe vivir de un modo mágico. Por ellos y para ellos. Porque aunque esa noche especial no estén contigo, estarán con su padre, con la familia, y serán felices, y se sentirán queridos. Y cuando regresen contigo te contarán todo lo que han hecho, con quien estuvieron, lo felices que fueron y sus sonrisas te revelarán que aunque viváis una situación diferente, no tiene por qué ser mala.
Las primeras veces son las peores, pero después todo mejora, porque ves que tus hijos están contentos, porque vuelven sonrientes y van entendiendo su nueva situación. Respeto y confianza, esa es la base, ese es el único truco.
Pero hablo viendo casos de otros, suponiendo cómo me sentiría yo si pasara por algo similar. Así que si alguno/a de los que me leéis estáis en esa situación, aquí tenéis mi casa para poder contarnos lo que queráis y sobre todo, cómo os sentís.

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