Revista Asia
Ya es la hora. A cientos o quizá miles de familias norcoreanas les tocará dar paso a la oscuridad en sus hogares para disfrutar de su afición peligrosa. Las mantas son unas herramientas fundamentales para evitar la vigilancia abusiva de los funcionarios nocturnos del régimen y preparar la programación favorita. Es un momento donde empiezan a descubrir una sociedad distinta a la suya y echarse unas risas viendo a sus actores o presentadores preferidos. Se sorprenden ante la simpatía y la naturalidad de los "vecinos" del sur. Adultos y niños. Todos juntos. Si alguien toca sus puertas inesperadamente, la manta empieza a actuar como un escondite de libros y discos de origen surcoreano que había importando ilegalmente desde China.
Casi todos los habitantes que disponen de una televisión en casa, sean de blanco y negro o de color, recibieron dicha máquina por los pasados cumpleaños de los líderes ya desaparecidos. Hace algunas semanas, se dio la noticia de un grupo de personas que fueron ejecutados solamente por tener en sus casas, DVDs que contenían series de éxito surcoreanas y canciones actuales de grupos jóvenes que empiezan a influenciar sus ritmos en otros continentes. Fueron acusados de desobedecer las leyes de Corea del Norte y "contaminar" las ideologías capitalistas. Y ya al día siguiente fueron fusilados teniendo al público que les observaba que quizá eran sus clientes y que en días posteriores cogerán la manta y empezarán a ver el siguiente capítulo de su serie favorita.
Nota: Para el régimen norcoreano, es considerado como un peligro la cultura surcoreana reciente pero vertiginosamente floreciente que dio la orden de encarcelar de forma inmediata a todos aquellos que tengan algún tipo de objetos provenientes de Corea del Sur. El diario de Corea del Norte