Revista Insólito

La nevaona de 2015

Publicado el 31 diciembre 2019 por Monpalentina @FFroi
Un moderador de Internet pide a sus visitantes que dejen en el foro fotografías y notas sobre el grosor que ha alcanzado la nieve en sus respectivos pueblos y ciudades. Y es curioso, pero la gente se muestra generosa, describiendo en pinceladas cortas el fenómeno del invierno. Desde los dos centímetros que alguien estima que cubrieron Bilbao, hasta los 90 de Santiago de la Espada (Jaén). Un internauta que reside en Bélgica habla de las ventiscas que se generan en Elsenborn (Altas Ardenas) donde la nieve ha alcanzado un grosor de cien centímetros.
REPORTAJE GRÁFICO DE PUMAR59 | San Salvador de Cantamuda, febrero de 2015
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En un relato titulado “El engaño”, que alguien se ha molestado de traducir de la edición francesa y colgarlo en la red, el autor se fija en el invierno de 1860.
Fue tan duro –señala– que en las llanuras de la Normandía Baja cayeron grandes nevadas y se heló el Oise. Hubo en particular un nevasco tan grande el día de Navidad, que casi enterró a la ciudad de Beamont. Y basta con fijar los ojos en la hemerotecas, para rescatar historias sorprendentes. En el año 1009, por ejemplo, hubo grandes nevadas en todo el centro de España, y en el 1113, hacia el mes de abril, una crecida del Tajo se llevó todos los puentes que encontró a su paso.
Una de las nevadas más grandes que relata la historia, fue la de febrero de 1433. Afectó a toda Castilla y estuvo nevando sin cesar durante cuarenta días seguidos, “que non se falla por crónica que otra tanta en ningún tiempo cayese”. Al otoño siguiente, en el de 1434, las lluvias torrenciales anegaron Madrid y Guadalajara, lloviendo a cántaros desde el 29 de Octubre  hasta el 7 de Enero”. Para compensar o descompesar, todo depende, según nos cuentan las “Crónicas de Don Álvaro de Luna” en 1446; “hubo unos soles muy fuertes y el calor muy grande”.

Matías Escudero, en la “Crónica de Almonacid de Zorita” cuenta que en el invierno de 1529–30 hizo tanto frío que el Tajo se heló y pasaban por encima las gentes y las mulas”. La Reina Isabel II quedó atrapada por la nieve nueve días en Pajares en 1864. Fue a mediados de Abril, cuando un temporal desatado ya en primavera, tras un invierno con poca nieve, sorprendió a la comitiva cuando regresaba a Madrid tras una visita a Oviedo. Pero los asturianos están obsesionados con el año 1888, el año de “la nevaona”, la mayor que se recuerda en aquella región, pese a que el Instituto Nacional de Meteorología explique la que nevada de 1954, la más intensa del siglo XX, pudo haberla superado en algunas comarcas. Repasando estos días “La Nueva España” encuentro que la nevada de 1888 tuvo efectos devastadores en zonas de montaña, tras quince días y quince noches nevando sin parar. El pueblo de Pajares fue el más afectado, pues quince personas perdieron la vida a causa de un alud que dejó sepultada media localidad durante cinco días, pereciendo así mismo centenares de cabezas de ganado. En Leitariegos, un alud causó la muerte a cinco hombres y un niño y el frío hizo estragos entre la cabaña ganadera.
Avanzando en el tiempo, encuentro que nevó en Junio de 1943 y en 1945 una copiosa nevada dejó incomunicada aquella comunidad con la Meseta durante diez días. En Busdongo (León)quedó atrapado un tren cargado con cerdos. Al cabo de los días el hambre hizo presa de los porcinos, que empezaron a devorarse unos a otros, lo que obligó a proceder a su inmediato sacrificio.
En nuestra montaña, uno de los inviernos más crudos que se recuerdan fue el de 1954 y los asistentes a un funeral en la localidad de Lores describen como en casa de Manuela la gente sale por la ventana que da al corral.
El día 5 de Noviembre de 1918 se cerró el Puerto de Piedrasluengas, quedando atrapados varios carreteros lebanenses, cargados de mercancías para el invierno. El puerto se abrió el 23 de abril. Dice un refrán: “Por San Martín no carretea más que el ruín” y hasta el Santo les falló ese año.
Según los datos oficiales el día más frío, en varios lustros, fue el 19 de enero de 1979. Ese día a las ocho de la mañana y en Cervera, marcaba el termómetro –17º. Durante la noche había descendido a –21º.
Reportaje fotográfico:
Pumar, San Salvador de Cantamuga, febrero de 2015.
Froilán de Lózar | La madeja | Diario Palentino, 13 marzo de 2004
La nevaona de 2015
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