Muchos comercios y profesionales acumulan "posibilidades". Y para que no se les estropeen han improvisado una especie de "nevera". Esas posibilidades podrán salir algún día o no. La nevera es por la necesidad de mantenerlos frescos. En esa nevera caben productos de marketing, posibles lanzamientos, elementos comerciales como catálogos, publicidad o páginas web; en fin, un larguísimo etcétera que depende de cada uno. Como en las que tenemos en las cocinas, en cada estante hay unas condiciones distintas que tienes que conocer: unos productos se conservan mejor que otros en cada sitio.
El problema surge cuando la nevera está tan llena que puede que busquemos algo "que sabemos que está" pero no aparece. A los 30 segundos pesa más el consumo eléctrico del motor que la necesidad de encontrar eso que buscamos antes de decidir comprar otro.
Al final aparece... lógico: ya sabíamos que estaba. Detrás de los zumos. Pero veremos ahora si aún está en condiciones de ser consumido.
Puede haberse pasado eso que ahora llaman "fecha de consumo preferente"; que no significa que esté "malo". Significa que, en el caso de que sí esté "malo", no le puedes ir a la fábrica, al distribuidor o a la nevera a reclamar...
Pasado de fecha de "consumo preferente" te lo tomas o no... allá tú.
Si es que sí, que tengas suerte. Si es que no, a la basura con él. Tampoco es tanto: unos céntimos de euro. Pero cuando todos hacemos lo mismo se van a la basura toneladas de productos cada día. Toneladas de céntimos de euro que, aunque no lleguen a sumar una cantidad enorme, sí sirven para establecer una mecánica de derroche.
Por eso es muy importante que sepas la fecha de consumo preferente de tus productos de marketing. Y tengas muy claro en que lugar de la nevera (tu nevera) se conservan mejor. Que no tapes unos con los otros al traer cosas nuevas y mantengas un inventario que evite tener que buscar tras la puerta. Porque aunque cada uno de ellos cueste poco por separado, la mecánica del derroche puede hacer que, simplemente, desaparezcas del mercado. A medida que los posibles que salen de la nevera acaben, con suerte, en la planta del reciclaje. Y digo con suerte porque también pueden aparecer contaminando la tierra, los ríos y el mar.
Ten clara esa fecha y consume tus productos de marketing. Eso te salvará. Y salvarás el planeta, de paso.