Por Eugenia Ruiz @EugeniaR_
La NFL tiene una ligera ventaja sobre otras ligas deportivas en medio de esta pandemia: será de las últimas en reanudar actividades, es decir, observa todo lo que ocurre en las demás organizaciones, toma nota y evita cometer los mismos errores (o al menos así tendría que ser). También ha recibido la mayor lección en camino a iniciar la temporada 2020: reforzar los protocolos y no relajar las medidas.
Esta semana en la columna de @Primeroydiez las lecciones que debe aprender la #NFL de otras ligas deportivas que ya reanudaron actividades.
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— Eugenia Ruiz (@EugeniaR_) August 3, 2020
Hace unos pocos días, la MLB reportó un brote de casos de COVID-19 en los Miami Marlins, tras una decisión bastante irresponsable del equipo de jugar a pesar de tener dos positivos en el equipo. Esta decisión llevó a que se generara un brote de más de 14 casos un día después de jugar. Ahora, se han presentado más casos positivos en otros equipos y apenas este viernes el comisionado, Rob Manfred, dijo que, de generarse otro brote, la temporada 2020 podría estar en riesgo de cancelarse.
Como sabemos, la mayor responsabilidad recaerá en los jugadores, quienes, al no poder estar en una burbuja como la NBA o la MLS, tendrán que apegarse a los protocolos de la liga y evitar reuniones personales o salidas que pongan en riesgo su salud.
En un contexto en el que la NFL puede servir como reflejo de la sociedad, parece muy peligroso dejar esta responsabilidad en los jugadores. Quizá podría haber algunos que no crean en la enfermedad, no la consideran tan peligrosa, no le dan mucha importancia, etc. Pero, al menos, quiero creer que son lo suficientemente conscientes como para saber que, si no acatan las medidas, la temporada podría no jugarse completa.
La NFL debe observar muy de cerca cómo se manejan los casos positivos en la MLB, la MLS, e incluso en deportes como la F1. A partir de los casos positivos que hemos visto en otros deportes, la NFL puede adaptar sus protocolos y medidas de seguridad para minimizar al máximo el riesgo potencial de contagio en los jugadores.
Algo que hay que dejar muy claro es: hay una gran probabilidad de que surja algún caso positivo durante la temporada. Sería demasiada buena suerte que no fuera así. El reto para la NFL es lograr que esos sean casos aislados y no se conviertan en un brote, algo que parece sumamente difícil en un deporte en el que el contacto es obligatorio y no algo circunstancial.
La NFL necesita reforzar e intensificar las medidas de seguridad y los protocolos con base en lo que ha observado en el mundo deportivo, ya que no puede proteger a sus jugadores por completo. Esta temporada, tanto los jugadores como la liga tendrán que trabajar hombro con hombro para poder completar una temporada que, en sí, ya será demasiado atípica.
Confiamos en todos ustedes para que exista temporada 2020.
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