Qué historia más bonita, qué delicadamente escrita y qué recomendable.Nos cuenta la historia del señor Lihn, que pierde todo lo que tenia debido a la guerra. Tan solo sobrevive a la catástrofe su nieta, un bebe de semanas, con la que parte en un barco hacia un nuevo lugar. Al llegar a este lugar del que no conoce ni personas, ni idioma… nada, saca fuerzas de flaqueza para criar a una niña que es la única testigo de lo que le rodeó.En el nuevo lugar, completamente solo, cansado y asustado conoce a un hombre que ha enviudado recientemente con el que comparte tardes sentados en un banco de un parque. A pesar de no hablar el mismo idioma, entre ellos surge un gran afecto, una verdadera amistad.Es una historia muy breve, escrita de una manera muy sencilla, muy accesible, con personajes a su vez simples, humanos, que atraen inevitablemente.Habla de la amistad, de la soledad, de la vida. Habla de lo perdido y de lo encontrado. De la constancia y de la resistencia. Habla del ser humano en situaciones extremas, y para hablar de todo esto desborda ternura.He leído muchas reseñas comentando que se quedaron con ganas de más, y es que realmente es un librito muy breve. Yo creo que esta perfecto así como esta, así como acaba, dejándonos encantados y apaciblemente enternecidos con la historia. Lo que si me he quedado indudablemente, es con ganas de leer mas (mucho mas) del autor.Varias palabras resumen el tono del librito: ternura, lentitud, delicadeza,… Todo suave, todo bueno.Y acabo la reseña como la empezaba…Qué historia más bonita, qué delicadamente escrita y qué recomendable.Nada como un final circular para reseñar algo tan cálido como una caricia…