Edición: Lumen, 2005-2012 Páginas: 208 ISBN: 9788426421463 Precio: 15 € Cuando empezaba a creer que apenas quedan escritores con una voz personal y creativa, llegó a mis manos esta pequeña joya de la inglesa Jeanette Winterson (Manchester, 1959): La niña del faro, una novela que rebosa sensibilidad, gusto por la palabra escrita y, sobre todo, amor. La autora, que fue adoptada por un matrimonio muy religioso que no veía con buenos ojos su homosexualidad, estudió Literatura Inglesa en Oxford y desde 1985 ha publicado una veintena de novelas, entre las que hay títulos como La pasión, Planeta azul y sus recientes memorias, ¿Por qué ser feliz cuando puedes ser normal?, que han tenido una gran acogida entre la crítica y el público. Ha sido comparada con Virginia Woolf y se la considera una de las grandes narradoras de nuestros tiempos.
La novela habla de Silver, la niña que vino al mundo
inclinada y que al quedarse huérfana es adoptada por un farero ciego. Él le
cuenta historias sobre la construcción del faro, historias en las que aparecen
personajes como Darwin o Stevenson, historias que reconstruyen la leyenda de Tristán e Iseo, historias que se
entrelazan entre ellas y que convierten a Silver en una amante de los libros. En
realidad, poco importa de qué hable La
niña del faro, puesto que al leer uno tiene la sensación de que la autora
podría escribir sobre lo que quisiera. El atractivo reside (una vez más) en la
magnífica forma de estar contada.
En este sentido, Jeanette Winterson me ha parecido una escritora muy original: utiliza
fragmentos breves cargados de poesía, en estilo indirecto y sin el orden lineal habitual, con un tono tan
personal y cercano que en ocasiones transmite la sensación de estar hablando
directamente con el lector. En apariencia su prosa puede resultar sencilla (por
aquello de que no cae en esas oraciones subordinadas interminables), pero nada
más lejos de la realidad: hace falta tener un gran talento para escribir con
tantos matices y con ese control que sabe a la perfección qué palabras utilizar en cada
momento. Los finales de capítulo («Cuéntame una historia») desprenden una luz que me embelesó.
Además de ser una obra de historias dentro de historias, La
niña del faro destaca por su aura especial: la autora ha logrado crear una atmósfera mágica, tierna y llena de amor, sentimiento que impregna estas
doscientas páginas. No interpretéis este amor con un romance barato y manido,
porque lo que aquí predomina es la delicadeza, el buen gusto al plasmar las
emociones. Tampoco esperéis una serie de aventuras de Silver y el farero,
porque lo que prima es ese carácter imaginativo y soñador, incluso surrealista, de los relatos,
el hecho de permitir que las líneas nos lleven por donde quieran sin pararnos a
cuestionar su realismo. La novela no es apta para quienes solo busquen una
trama de consumo fácil; en cambio, cautivará a los que saben apreciar los detalles de
una narradora poderosa y única.De La niña del faro me llevo su poesía, su magia, su fuerza. El placer que me ha producido la lectura es difícil de explicar porque se trata de una sensación íntimaque solo se siente muy de vez en cuando, porque el tipo de libros a los que estamos acostumbrados en general van por caminos distintos. Esta obra no provoca pasión por los hechos ni por los personajes ni por la ambientación, sino una especie de embeleso por la gracia y el acierto de esta voz tan particular en su uso del lenguaje. Le seguiré la pista a su autora, sin ninguna duda.

Jeanette Winterson
En conclusión, La niña del faro es una muestra espléndida de delicadeza y singularidad, una pieza que se ha ganado un lugar de honor en mi estantería y que quiero recomendar de corazón a todos aquellos que se consideren amantes de las novelas encantadoras y poéticas. Empezad a leer esta pequeña obra de arte y dejaos llevar por el torrente de palabras de Silver y su nuevo amigo: al cerrar las tapas no os sentiréis igual que al empezar, os lo aseguro. Cuéntanos muchas historias, Jeanette Winterson.Nota: esta reseña se la debo a Jorge, que fue quien me descubrió a la autora.
