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La niña en llamas - Claire Messud

Publicado el 18 febrero 2019 por Rusta @RustaDevoradora

La niña en llamas - Claire MessudEdición: Galaxia Gutenberg, 2018 (trad. Amelia Pérez de Villar)Páginas: 208ISBN: 9788417355531Precio: 19,90 € (e-book: 12,99 €)
Elena Ferrante engrandeció la amistad entre mujeres como motivo literario, aunque no ha sido la primera en plantearla –Carmen Laforet, Edna O’Brien y Fleur Jaeggy, entre muchas otras, lo hicieron, cada una a su manera, con resultados extraordinarios–, ni tampoco la última: Claire Messud (Greenwich, Connecticut, 1966) ha hecho su aportación con La niña en llamas (2017), su título más reciente, una novela coming-of-agesobre ese tránsito crucial entre los once y los catorce años, cuando las niñas dejan de ser niñas. No es la primera vez que la autora aborda la amistad: lo hizo en Los hijos del emperador (2006; RBA, 2007) y The Woman Upstairs (2013), sus libros más aclamados. En estos, no obstante, se centra en personajes adultos; algunos lectores han visto en La niña en llamas la «hermana menor» de The Woman Upstairs. Otro rasgo importante de su narrativa es la caracterización psicológica, teniendo presente el arraigo de los personajes a la sociedad estadounidense contemporánea.Las protagonistas de La niña en llamas se llaman Julia y Cassie, y viven en una localidad de Massachusetts donde los jóvenes apenas tienen distracciones y las vacaciones se hacen largas. La narradora, Julia, comienza el relato cuando su amistad con Cassie ya ha terminado; en su tono se nota cierta tirantez, está dolida. La novela se divide en tres partes, que van mostrando los cambios en su relación. La primera se desarrolla un verano, cuando son dos chiquillas aburridas en busca de diversión. En esta etapa conocemos a una Cassie que, pese a su aspecto frágil, tira más de Julia (en toda relación, de la naturaleza que sea, uno adopta el rol dominante). Conocemos, también, una relación entre iguales, de niñas que van de una casa a la otra con confianza (y complicidad materna). No importa que a Cassie la haya criado su madre sola, no importa que sean de extracción humilde. No importa que Julia tenga unos padres atentos a su educación, que le garantizan el bienestar. Por entonces solo son niñas que juegan sin hacerse preguntas, aunque sus juegos se estén volviendo un poco perversos.El punto de inflexión lo marca el inicio de la educación secundaria. Van al mismo instituto, pero dejan de ir juntas: Cassie se acerca a compañías poco recomendables, se vuelve respondona y descuida los estudios, mientras que Julia sigue siendo una estudiante ejemplar, respetuosa con los profesores y buena compañera. Además, entra en escena otro personaje que quiebra el orden de Cassie: el novio de su madre. Messud escribe sobre el momento en que se rompe la burbuja de protección de la infancia, el momento en el que los condicionantes sociales y familiares empiezan a pesar en el desarrollo. La institución del colegio, por mucho que se jacte de igualdad de oportunidades, en la práctica refuerza a alumnos como Julia, mandados a seguir los pasos de sus padres. Los de clase trabajadora son más vulnerables a caer en el fracaso escolar cuando su situación personal se tambalea, como le ocurre a Cassie.Con estos cimientos, Messud perfila una trama de distanciamientos y acercamientos entre las amigas. Julia encarna la pertenencia a la clase dominante, el camino recto, estable; Cassie, el desarraigo, la desviación. Son precisamente las curvas de la trayectoria de Cassie las que definen el ritmo de la historia y le añaden la sal. Como en su hogar no encuentra lo que necesita (sea solidez, afecto o llenar un vacío adolescente agudizado por las circunstancias), lo busca fuera, lo que la expone al peligro. Ahí entra en juego Julia, que, al menos en el pasado, la conoció bien. ¿Hasta qué punto los lazos de la amistad infantil resisten a ese terremoto llamado pubertad?, parece preguntarse la autora. Es interesante asimismo el rol de un compañero de las protagonistas: más que por el amor juvenil, resulta determinante por la evolución en su trato con ellas, la amistad; no todas las relaciones adolescentes con el sexo opuesto tienen que ser románticas. Y aún hay otro detalle destacable: la historia transcurre en el siglo XXI, como se deduce de las referencias musicales. Las protagonistas son chicas de hoy, no adultas que recuerdan su juventud muchos años después.

La niña en llamas - Claire Messud

Claire Messud

La novela es también, quizá por encima de todo, un ejercicio de punto de vista. Julia narra su versión, y, teniendo en cuenta el enfriamiento de la amistad en algunos periodos, su perspectiva tiene lagunas. Solo puede intuir, reconstruir según lo que conoció de la Cassie niña, sin certezas. Al elegir este enfoque, la autora mantiene el misterio en torno a Cassie, le da un aura de personaje «inalcanzable», la joven bella y desdichada a quien nadie parece comprender. Como puntos débiles, el estilo resulta un poco redicho y con metáforas forzadas. A veces se acerca al discurso (reflexiones demasiado masticadas) y descuida la narración, que no fluye tan bien como debería. Le cuesta dosificar, mantener la tensión, sobre todo en la recta final, porque no da suficiente intensidad, o emoción, a escenas clave. Messud es buena en la construcción de personajes y en las ideas subyacentes, pero su ejecución, la narración de la historia, podría haber estado mejor. Aun así, La niña en llamas es sin duda una novela notable, oportuna en el contexto actual de feminismo y toma de conciencia de la violencia hacia las mujeres y hacia los desfavorecidos en general.

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