Revista Cultura y Ocio
Juanita se quejaba de que no podía concentrarse para realizar sus deberes porque un vaivén de pensamientos no se lo permitía: pensaba en los amigos, en ver la tele, en jugar, en chuches, en imágenes...
Por todo ello habló de esto con su madre diciéndole:
Mami no puedo concentrarme porque los pensamientos y las imágenes mentales no me dejan meditar.Cuando se van unos llegan otros y mi mente se queda confusa.
La madre se acerca y le explica:
_ Agarra esa escoba y sostenla.
Después de unos minutos la madre le dice:
_ Ahora suéltala y dime qué ha pasado.
_ La escoba ha caído al suelo _ señaló Juanita.
Entonces la madre explica:
_ ¡Tú controlas tus pensamientos, no tus pensamientos a ti!
Autora: María Abreu
Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados. ( Proverbios 16: 3)