La noche alfombra las ideas. Las recibe en silencio y a oscuras te invita a soltarlas. Como una ametralladora. Dicen que es insomnio. O desvelo. Yo creo que es paz buscada. La que pide el cuerpo y la mente, siempre inquieta. Es cuando uno mejor escribe, escucha y observa. Lo de la nocturnidad lo heredé de mis más de 12 años cerrando páginas y redacciones. De aquella vida al revés. Y no hay forma de que uno se desprenda del inmenso placer que es estar sin bullicio, sin griterío y sin aceleraciones. Desde la pausa junto letras sobre una pantalla. Las acaricio con nocturnidad y pleitesía. Las tecleo ahora en homenaje a esa noche que me sigue atrapando, que me sigue invitando a ser, no a estar. Bendito sosiego.
Buenas noches.