Crítica. Música. -
“La noche de los círculos concéntricos”
CIARES ROCK FESTANA CURRA+LAGARTIJA NICK+PERALTA+DIXEBRA
Colegio Los Pericones, Ceares.Sábado 30 de julio de 2016.
Quizás la historia no sea completamente circular, quizás se desarrolle a través de círculos concéntricos, como me comentaba Juan Codorniú -guitarrista de Lagartija Nick- tras el magnífico concierto que los granadinos ofrecieron en la celebración del septuagésimo aniversario del U.C.Ceares. Fue una gran noche, con mucha memoria que reivindicar, con el peso de la historia contada por los supervivientes no por los (supuestamente) vencedores.
La recuperación de Ana Curra y su magnífica banda (enormes Manolo Uvi y Jose Battaglio) del legado de Parálisis Permanente es uno de esos acontecimientos necesarios para situarse sobre qué fue la movida y qué no lo es, ahora que el relato lo manejan los impostores (sí, hombre, sí: Joaquín Sabina y otros como él). La actitud de Ana Curra, mito de real carne y hueso, se impone con la fuerza de los sobrevivientes, plena de carisma, de fuerza escénica y con unas ganas que para sí quisieran muchos novatos. El repertorio se desgranó como un constante resplandor en la oscuridad -para los más exquisitos desenterró el “Pájaros de mal agüero” de los Seres Vacíos- chispas en forma de canciones tremendas como las que se reunían en “El Acto”, devolviéndoles una nueva luz, mucho más contundente que en el legendario original. Si a ello le añadimos sorpresas como la aparición de Dogo -¡otro superviviente!- o el intercambio con Antonio Arias del imprescindible “Nacidos para dominar” de Parálisis con el “Nuevo Harlem” de Lagartija Nick, el concierto se transforma en algo memorable, una joya para guardar en un lugar de privilegio de todos los que allí tuvieron la suerte de estar.
Otra reivindicación en la noche fue la de los imprescindibles Lagartija Nick, con sus dos guitarristas de su brillantísima primera época -Miguel Ángel Rodríguez y Juan Codorniú- devolviendo las sensaciones de un tiempo en que los nombres del rock alternativo se encabezaban con Sonic Youth. Plenos de una añorada electricidad, arrancaron con su primer single “No lo puedes ver” (1991) para completar un recorrido intenso y demoledor. Alcanzando un éxtasis eléctrico como pocas veces puede disfrutarse en la anémica escena indie patria, el grupo que encabeza Antonio Arias ofreció una lección magistral de contundencia guitarrera, pero también trufada con la espiritualidad que les contagió Enrique Morente en ese legendario “Omega” que cumple veinte años (intensísimos “Vuelta de paseo” y, en especial, un glorioso “Ciudad sin sueño” con el que se despidieron). De las chispas de sus guitarras emanó verdadera y auténtica magia en una actuación sensacional.
A los grupos asturianos les tocó abrir y cerrar el festival. Peralta volvieron a mostrar esas melodías escuela Byrds y Big Star, con armonías vocales eminentes, pero también incursiones en el folk-rock más guitarrero, como el “Rollercoaster” con el que culminaron su concierto. Cerraron Dixebra con su rock combativo al que han ido añadiendo una gran paleta de estilos con solvencia. En definitiva, una magnífica velada con la que celebrar los setenta años de un club de fútbol diferente como el U.C. Ceares.
MANOLO D. ABAD
Foto: M.D.A. Publicado en el diario "El Comercio" el 1 de agosto de 2016