Revista Medio Ambiente

La noche de los planetas

Por Davidalvarez
La noche de los planetasVenus y Mercurio sobre la Porra de Enol y reflejo sobre el lago
La pasada semana se produjo un hecho inusual, una conjunción planetaria que nos permitió ver juntos y alineados a Júpiter, Venus y Mercurio. Muchos fotógrafos aprovecharon para salir de noche y capturar ese momento, incluso lo comentaron en el telediario, lo que es de agradecer después de varios meses de primas de riesgo, deficits y recesiones. Además las noches despejadas y la fase de la luna nos permitió disfrutarlo como pocas veces.
El jueves tenía que ir de muestreo nocturno, para ver si las ranas habían empezado la reproducción. En zonas de alta montaña, nada mas que se empieza a fundir al hielo de las charcas aparecen por cientos. Y tan  pronto como llegan desaparecen, en una semana ya no se verá ninguna, pero el agua quedará completamente tapizada de puestas. Y ya que teníamos que acercarnos a la zona de los llagos de Cuadonga, no podía desaprovechar la oportunidad de buscar una imagen que tenía en la cabeza desde hacía tiempo. Quería hacer una foto del reflejo de Júpiter sobre el lago Enol.
Aunque la luna ya había crecido hasta el 50% y se podía andar perfectamente sin ayuda de linternas ni frontales, el resplandor de Júpiter y Venus era tan fuerte que destacaban sobre el resto de los astros visibles esa noche. Después de esperar un poco y buscar el sitio adecuado, sólo tuve que esperar un poco para que Júpiter se asomará detrás de la Porra de Enol y la luz de los dos planetas se reflejara sobre las aguas del lago.
La noche de los planetas
Pero esa noche no sólo se podía disfrutar de la visión de esos dos planetas (Mercurio ya no se veía el jueves desde nuestra posición). Justo a nuestra espalda se podía ver Marte perfectamente, con su color rojo característico. Si os fijáis en la foto anterior es el puntito más luminoso (más bien rayita porque me pasé un poco con el tiempo de exposición) que aparece sobre la nube.
La noche de los planetas
Aunque la intensa luz de la luna no dejaba ver todas las estrellas si nos ayudó a disfrutar del reflejo de la nueve sobre el lago Ercina con el macizo del Cornión al fondo. Y sin ninguna contaminación lumínica, algo que actualmente es prácticamente imposible. La única luz era la de la luna, y alrededor sólo se oían cantar a los primeros sapos parteros, a un cárabo lejano y a las fochas del lago. ¿Qué más se le puede pedir a la primera noche de marzo?
NOTA: haced click en las fotos para ampliar

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