San Juan es la noche más mágica del año, si la vives en Galicia, por partida doble. Esta tierra, ya de por si cargada de leyendas, esta noche se desborda. Por el san Juan, la sardina moja el pan. Esta es la primera tradición, aprovechar las brasas de la mágica hoguera para asar unas sardinas que se deben comer sobre un buen pedazo de pan de cea. Pero mucho antes que esto, esta el tema de la hoguera, porque es muy fácil juntarse con un par de amigos y decir: “Vamos a hacer una hoguera por san Juan”. Pero del dicho al hecho, hay un trecho. Te encuentras buscando como loco por toda la ciudad un poco de leña, quien no la consigue, recurre a los palets y como no, a los muebles viejos. Hay hogueras tan elaboradas, que parecen obras de arte. Estoy seguro de que así empezaron las fallas de valencia.
Pero para tradición, nada como celebrarlo en la playa del Orzán en Coruña, el lugar más emblemático del mundo esta noche. Si vas puedes estar seguro de que vas a salir de allí con alguna quemadura. Hay tantas hogueras, que cuando se encienden, se hace de día y no queda un lugar donde esconderse. Por suerte, es una playa, es el momento perfecto para cumplir con otra importante tradición de esta noche, saltar nueve olas de espaldas. Fertilidad asegurada, o eso dicen.
En cuanto las hogueras vayan muriendo y alcanzando tamaños más manejables, es el momento de otra de las tradiciones, saltar la hoguera, nueve veces, para más inri. Si no te habías quemado antes, te aseguro que en ese momento saldrás escaldado. Aunque por otro lado, ¿Qué mejor que ese calorcillo después del frío al saltar las nueve olas?
Otra importante tradición entre los estudiantes es, en esta noche justo después de acabar el curso, quemar los apuntes que tanto han amargado el año. Es la liberación que marca el inicio de la libertad veraniega para todos los estudiantes, al menos para los que aprobaron, para los demás, guardad bien vuestros apuntes y más suerte en septiembre.
Por supuesto no puede faltar el alcohol para entrar (aún más) en calor y para darse valor para saltar la hoguera, pero no de cualquier manera, de la manera más mágica y tradicional, al menos aquí en galicia, la queimada.
Dos o tres litros de aguardiente, un buen puñado de azúcar, algunos granos de café y unas ralladuras de limón, y por supuesto, un mechero. Pero una queimada no sería una queimada sin el conjuro, momento solemne donde los haya, de los más mágicos de la noche. Un canto al pasado mítico de esta tierra. Aunque en cuanto el conjuro termina, solo queda apagar la queimada y bebérsela entre soplidos toses y bufidos. Nunca llueve a gusto de todos, e invariablemente para algunos estará demasiado caliente y para otros demasiado fuerte.
Pero no todo es fiesta en esta noche, la breve noche de san Juan también hay que vivirla a solas en el bosque, porque es tradición, cuando ni el sol ni la luna asoman por el cielo, salir a buscar un ramito de verbena, dinero asegurado, pero como además del dinero, también importa la belleza, está el agua de san Juan. A la noche llenas un recipiente de agua y le añades hinojo, hierba luisa, la hierba de san Juan, helecho malva y romero. La dejas macerar toda la noche, y la mañana te enjuagas la cara con esta aromática agua. Dice la leyenda que asegura la belleza durante todo el año, a condición de que no te mires en el espejo esa noche, pero yo creo que lo que realmente cura, es la resaca de la noche anterior.
Estas son las tradiciones de la noche de san Juan, al menos las que yo conozco. Iros preparando, salid a buscar leña, entrad en el bosque a encontrar todas las plantas necesarias y preparaos para disfrutar de la noche más corta del año. Cumplir todas las tradiciones lleva trabajo, aunque lo realmente importante es pasar una buena noche junto a la hoguera en buena compañía.
Orson López