Revista Viajes
Una vez más se activan las alarmas. Olas de más de diez metros van a coincidir con la pleamar de una marea viva. Elegimos un buen y seguro observatorio para disfrutar del espectáculo que miles de personas en toda la cornisa cantábrica no quieren perderse.
El mar parece salirse de dársenas y puertos mientras las primeras olas rompen en la costa elevándose a más de veinte metros. Siento los movimientos del temporal como la respiración de un cíclope que se despierta molesto tras las agresiones de pequeños e insignificantes humanos ¿Aprenderemos de este aviso?