Revista Cultura y Ocio

La noche en que Frankenstein leyó el Quijote. Santiago Posteguillo

Por Mientrasleo @MientrasleoS

La noche en que Frankenstein leyó el Quijote. Santiago Posteguillo
     "El anverso, la cara que todos ven de la literatura, son las novelas, los poemas o las obras de teatro representadas sobre un escenario. Eso es lo que se ve, lo que iluminan las luces de las librerías, lo que se anuncia en las páginas web de sus equivalentes virtuales en la red, lo que resplandece a las puertas de los grandes teatros, pero ¿qué hay detrás? La noche en que Frankenstein leyó El Quijote busca conducir al lector audaz más allá de la frontera que nos marcan las páginas de un libro, las palabras de un poema o las luces de una función."
     Suelen decir que hay actores que son encasillados en un tipo de papel, y que cuesta mucho dejar de verlos como tal. A mi me pasó con Daniel Radcliffe, al que me cuesta horrores ver sin su traje de mago. Pues bien, resulta que he descubierto que es algo aplicable a los autores. Cuando ví el libro que hoy traigo me tuve que parar un par de veces a leer el nombre de su autor, ya que esperaba algo mucho más voluminoso y relacionado con novela histórica. Así que... me lo tuve que llevar, la curiosidad manda. Por eso hoy traigo a mi estantería virtual, La noche en que Frankenstein leyó el Quijote.

     Contar el argumento de este libro sin desvelar los misterios que desentraña va a ser relativamente fácil. Es un libro que destaca por el conocimiento de detalles, curiosidades de esas que tanto me gustan, y que se exponen de una forma amena que destila pasión por la literatura. Veremos desde el comienzo del orden alfabético de los libros hasta la vida de alguno de los grandes nombres de la literatura a lo largo de sus 24 relatos.
     En este libro Posteguillo nos sorprende mostrando una faceta desconocida para casi todos y es su dominio del relato. Lo hace desde el conocimiento y la pasión por la literatura, contando historias muchas veces ya conocidas por todos, pero utilizando un ángulo un poco diferente, guardando un as en la manga siempre hasta el final. Y eso es de agradecer, ya que no nos limitamos a leer una enumeración de curiosidades bien enlazadas, aunque admito que a mi no me importaría que así fuera, ya que, como he expresado muchas veces, las curiosidades me pierden. He conocido a Zenodoto por ejemplo y he descubierto que, casi cualquier autor u obra, si se rasca un poco en la superficie, esconden una historia que merece la pena ser contada. Y eso se lo tengo que agradecer, el interés que genera en el autor por encima de la obra que lo consagró.
     No hay que pensar que ha salido el autor que se dedica a la docencia y que pretende enseñarnos literatura, ya que es un libro entretenido, de esos que te dan una nota curiosa que comentar cuando sale la ocasión. Porque quien más quien menos alguna vez se hace eco de como nace Frankenstein en una noche lúgubre, por poner un ejemplo. Y eso es lo que me ha gustado más, el tono ameno que otorga y que hace que queramos seguir descubriendo lo que le queda por enseñarnos. Que busquemos el nombre del protagonista cada vez, y que avancemos y terminemos el libro con la sensación de "querer saber más", porque, si algo me ha quedado claro, es que Santiago tiene mucho que decir sobre la literatura. Casi tanto como sobre los romanos.
     Ya he defendido alguna vez los libros de relatos, argumentando que permiten interrumpir su lectura y poder retomarla pasado el tiempo sin temor a habernos olvidado los nombres de los protagonistas o los motivos que les llevaron a la situación en la que nos encontramos cuando volvemos abrir el libro. Y en este que hoy os traigo, el motivo es, simplemente, disfrutar de un conocimiento un poco más íntimo, de algunos de los nombres y situaciones más importantes de la literatura. Una obra con un título muy llamativo para curiosos y no tan curiosos que proporciona, cuanto menos, un buen rato de entretenimiento.
     Porque si hoy tuviera que pediros algo, sería muy sencillo; ¿me dejáis una anécdota que tenga que ver con la literatura? e vale cualquiera, incluso la de aquella vez que fuisteis a comprar un libro y....
     Gracias
     PD. Yo, como lectora, no pude resistirme a la invitación de Santiago Posteguillo a asomarme al otro lado del libro y, siguiendo su recomendación de hacerlo, mañana os acercaré al propio autor.

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