Revista Opinión

La noticia

Publicado el 10 enero 2013 por Miguelmerino

Nervioso no. Lo siguiente. Acababa de pisar una mina de estas que cuando quitas el pie, pega un salto y te estalla en la cara. Vale que había sido por casualidad, pero nadie dice que las minas pisadas por casualidad no te revienten. Aunque también hay quien piensa, que una mina pisada a tiempo te puede resolver la vida. Dejándote cojo, cuando menos, pero con la vida resuelta. Y en esas andaba.

La noticia lo había atropellado por casualidad. Un primo de un cuñado de un vecino de un portero que un día habló con el hermano de un guardia que le multó por chulo, le puso en la pista. O a lo mejor fue un amigo. Poco importa. El caso es que tenía la noticia, contrastada con cinco personas diferentes y con documentación gráfica. Hace treinta años, hubiera dado un brazo, e incluso el culo y no en sentido figurado, por algo así. Luego terminó dando el culo, esta vez sí metafóricamente hablando, aunque duela igual, por cubrir eventos y ruedas de prensa de medio pelo, pero con canapés. Eso que se ahorraba en comidas. Y si había desplazamientos con dietas, mejor.

Ahora tenía en sus manos la noticia del año. ¡Qué digo del año! De las últimas décadas. Si salía a la luz, la historia de este país se pegaría la vuelta como un calcetín que sacaras sudado del pie. Eso sí. No podría publicarla en su periódico. La línea editorial (forma elegante de decir sumisión) no se lo permitiría. Pero eso no sería problema. Sabía a que periódico y a que director dirigirse. Tendría portada a cinco columnas y todas las páginas interiores que quisiera. Eso sí, descartado hacer un culebrón de la noticia, pues era seguro que la publicación sería secuestrada por orden judicial en cuanto se pusiera en los kioskos. Y él acabaría en la cárcel.

Esa era la cuestión. ¿Quería terminar en la cárcel por tener sus quince minutos de fama? En su lejana e idealista juventud, el sacrosanto derecho a la información hubiera prevalecido sobre cualquiera otra decisión. Pero ahora, la vida le había enseñado otros derechos, tan sacrosantos o más.  Por fin, tomó su decisión. Abrió un documento de word nuevo y empezó a redactar el titular para mañana:

Los suplentes deciden ponérselo fácil a Michel


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