¿Te gusta leer? Seguro que has leído innumerables cuentos que, según tú crecías, han ido cambiando: se han hecho más complicados, con más personajes que abordaban temas más serios..., hasta que un día te has dado cuenta de que lo que lees ya no es un cuento, sino una auténtica novela. ¿Sabes cuál es la diferencia entre ambos géneros? ¿Quieres conocer la gran variedad de novelas y novelistas que existen? Pues, empezamos... ¿QUÉ ES LA NOVELA? La novela es un relato extenso, normalmente en prosa, que narra unos hechos que le suceden a unos personajes. Normalmente, se conoce a su autor, que suele escribir con la finalidad de entretener a sus lectores. Los elementos básicos de una novela son los mismos que los que se encuentran en un cuento: personajes, marco narrativo, acción y narrador; pero entre ambos géneros se pueden distinguir algunas diferencias:
- Los personajes que intervienen en la novela no son tan sencillos o esquemáticos como los del cuento, sino que muestran una mayor complejidad; no solo actúan, además, muestran sentimientos, dudas, miedos, contradicciones... El personaje principal se conoce como protagonista.
- El contexto o marco narrativo, que es el que define el lugar y el tiempo en el que se desarrolla la acción, en una novela tiene una gran importancia, pues se recrea el mundo en el que los hechos se desarrollan de una forma detallada. En ocasiones, un autor puede dedicar varias páginas a describir un lugar o una época concreta.
- La acción, que son los hechos o acontecimientos que viven y rodean a los personajes, son más complejos en la novela que en el cuento. En ocasiones, se intercalan otras historias dentro de la principal o hay varias acciones paralelas. También puede ocurrir que los hechos no se narren en orden cronológico (tal y como se desarrollaron en el tiempo), sino que, a veces, el narrador anticipa sucesos que están por venir o cuenta episodios que ocurrieron anteriormente.
- El narrador que cuenta la historia, en la novela, puede hacerlo desde distintos puntos de vista. El más habitual es el narrador en tercera persona, que relata los hechos como si los viera todos en cualquier momento y conociera todo de sus personajes, incluso sus sentimientos y pensamientos más profundos. También se puede hacer en primera persona, en forma autobiográfica, en la que el narrador es el propio protagonista de la historia. Otro modo es relatar los hechos a través de la correspondencia que se establece entre los personajes, es la conocida como forma epistolar.
- La novela policiaca, que narra la resolución de algún caso policial: crimen, robo, secuestro, desaparición... Es bastante habitual que se dosifique la información o que se presenten pistas o sospechosos falsos para mantener el interés del lector hasta el final. Los relatos policiacos se hicieron realmente populares en 1887, fecha en que se publicó Un estudio en escarlata, la novela de Arthur Conan Doyle en la que se presenta por primera vez el detective más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes. Ya en el siglo XX, Agatha Christie alcanzó un éxito similar con la serie protagonizada por Hercules Poirot.
- La novela histórica se basa en hechos ocurridos en el pasado. Generalmente, se trata de sucesos y personajes reales a los que se añaden otros inventados. Este tipo de obras tienen la capacidad de trasladar al lector a épocas, lugares y formas de vida muy diferentes de los actuales. Los Episodios nacionales (publicados a partir de 1873), de Benito Pérez Galdós, son un ejemplo de este tipo de narración.
- La novela de ciencia ficción relata sucesos que transcurren en mundos imaginarios dominados por grandes avances técnicos. El gran maestro del género fue sin lugar a dudas el escritor francés Jules Verne, que aborda cuestiones como la geología y la espeleología en Viaje al centro de la tierra (1864), el viaje espacial en De la Tierra a la Luna (1865), y describe las maravillas de las profundidades oceánicas en Veinte mil leguas de viaje submarino (1870).
- La novela de aventuras narra las peripecias de sus personajes para lograr un objetivo concreto. La acción es uno de sus ingredientes principales, y su objetivo principal es entretener a los lectores. Existen muchos ejemplos de este tipo de narraciones, y seguro que tú habrás leído algunas, como La isla del tesoro (1883), del escritor escocés Robert Louis Stevenson.