El hispanista Paul Preston repasa en El final de la guerra. La última puñalada a la República las últimas semanas del Ejército Popular de la República, su lucha desesperada antes de la perdición. En su documentado estudio, pasa cuentas con los ganadores y los perdedores de la Guerra Civil (1936-1939), y a ambos les coloca en su lugar histórico.
De la misma manera, y con una prosa serena y sobria, la escritora María José Ramos (Barcelona, 1970) se adentra en la vida del poeta más original, sencillo y auténtico de la contemporaneidad española: Antonio Machado.
“Descubrí a Machado cuando tenía nueve años, en tercero de EGB. Me mandaron hacer una biografía y yo fui por primera vez a una biblioteca [Biblioteca Popular Joan Maragall, en Cornellà de Llobregat], que ya no existe, y era la primera vez que consultaba una enciclopedia. Me acompañaba mi abuelo Feliciano, y copié los versos de aquel poema: ‘Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla’”, se emociona. Era 1979.
De aquellos primeros versos copiados al candor de los años escolares, María José Ramos estudiaría la figura colosal del que mejor ha conectado con la gente de la calle, que, entonces, en la primera mitad del siglo XX, era gente de campo.
Ya estamos solos mi corazón y el mar no es solo una biografía ficcionada. Son cuentos vivos, tal y como los describe la poeta Elena Bolodi: “A través de once nombres, algunos reales y otros de ficción, que encabezan cada capítulo, nos sumergimos en los momentos previos a la derrota de la Segunda República”.
De la misma opinión es su colega Monique Alonso, autora de Antonio Machado, el largo peregrinar hacia el mar: “Es el fruto de un trabajo de investigación exhaustivo y minucioso llevado a cabo por María José, que nos permite conocer con una serie de detalles y anécdotas lo que fue la vida de este gran poeta. Y para que ello sea todavía más ameno, un poco de ficción para tener el alma del lector en vilo”.
Ya estamos solos mi corazón y el mar debe su título a uno de los versos de “Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería”, poema que forma parte de la imprescindible obra Campos de Castilla y en el que el bardo sevillano llora la muerte de su amada, Leonor.
Con su primer libro publicado, María José Ramos, residente en la localidad de Cornellà de Llobregat (Barcelona), está recorriendo el circuito de “ciudades machadianas”, entre las que se encuentran Sevilla, Soria, Baeza (Jaén), Collioure (Francia), Rocafort (Valencia) y Segovia. En todas estas localidades el autor de Juan de Mairena dejaría su impronta, una huella correspondida, puesto que estos lugares también marcarían su escritura de alguna manera.
El 19 de febrero, en la Universidad Internacional de Andalucía, en Baeza, María José Ramos compartirá su admiración por la fecunda bibliografía que Machado nos ha dejado.
“Quizá, y junto con Cervantes, que está enterrado en una fosa común, la muerte de Machado supone un ejemplo de la entereza de los poetas en los tiempos negros. Machado vivió y murió de la misma manera, querido por los suyos, vanagloriado por los aduladores y olvidado por el poder, del que siempre desconfió. Machado era un alma libre y por eso no soportó seguir en una España de dictadores”, afirma el editor de Ediciones Carena, José Membrive, poeta y profundo conocedor de los trabajos del insigne escritor.
“Quizá, yo escribo versos por el influjo machadiano.”