La novela más larga, el libro más pequeño... Cinco curiosidades que esconde Literatura

Los amantes del mundo literario no solo se interesan por los últimos libros publicados o en qué nueva obra está trabajando su autor favorito sino también por todas aquellas anécdotas o curiosidades que han envuelto, y siguen envolviendo, a la literatura. Desde nuestro blog os dejamos a continuación cinco curiosidades que han destacado en todo el universo literario. 

El libro más grande del mundo: Sí, los libros también baten récords. Se trata de un atlas de 128 páginas editado por el australiano Gorden Cheers, el mismo que se propuso batir este récord y que, finalmente, lo consiguió. Se trata de un atlas de 128 páginas de tres metros de ancho y dos de alto.
El libro más pequeño del mundo: Si existe el libro mas grande del mundo, ¿cómo no va a haber una versión mini? Se trata de un cuento infantil, titulado Old King Cole publicado en 1985. Cuenta con un papel de 22 gramos y mide 1x1 centímetros. La novela más larga de la Historia: Si te has puesto a escribir tu primera novela y crees que te has pasado de extensión, espérate a leer esto.
La novela más larga de la Historia es La Historia de los Vivians, una obra cuyo autor, Henry Darger, escribió nada menos que 16.000 páginas y tardó siete años en escribirla.
La novela más vendida de la Historia: Los libros escritos por Charles Dickens son sin duda de las mejores obras que podemos encontrar. Pase el tiempo que pase seguirán siendo clásicos de la Literatura y por ello, uno de los libros de Dickens se ha convertido en el libro más vendido de la Historia. Se trata de Historia de dos ciudades, con más de 200 millones de ejemplares vendidos en todo el mundo.
La inspiración de El Mago de Oz: La divertida y fantástica aventura de Dorothy, Totó, la Bruja del Oeste, el león ,el hombre de hojalata y el espantapájaros es uno de los clásicos de la Literatura, y también del cine gracias a la genial interpretación de Judy Garland. Sin embargo el nombre de este fantástico mundo tuvo su origen en un archivador. Sí, sí… concretamente en el cajón que permitía almacenar los documentos que indicaba la ordenación alfabética ‘O-Z’.